USANZA
Ha llamado la atención en el foro Chimbotano la forma como en el Ministerio Público se ha blindado a un ex servidor que estuvo involucrado, junto al ex Decano Dante Farro Murillo, en un caso de tráfico de influencias y corrupción de funcionarios. El caso fue investigado por la misma Fiscalía a raíz de la denuncia del abogado Edgar Pérez Guerrero, a quien el ex servidor de la Fiscalía Maximiliano Herencia Félix le solicitó una suma de dinero a nombre del ex Decano para que pueda ser propuesto en una terna de fiscales, cosa que no ocurrió. Y es que extraña que se archive una denuncia sin que se haya investigado, sin que se haya solicitado el informe del levantamiento del secreto de las comunicaciones a la Compañía telefónica, sin que se haya solicitado la manifestación del abogado agraviado, sin que se haya confrontado a las partes y sin que se haya solicitado ni siquiera una pericia al equipo celular en el que se recibieron los mensajes. Lo único que se hizo fue solicitar información al propio Ministerio Público en Lima respecto a la asignación del celular y un acta en la que consta que no se hallaron los mensajes aludidos. Cualquiera sabe que los mensajes de texto se pueden borrar y ante la existencia de una denuncia tan grave es evidente que los responsables procedieron a eliminar los textos pero ello no significa que el caso debe quedar impune, la compañía telefónica estaba en condiciones de haber confirmado la existencia de los mensajes. Empero, no se le solicitó información. No deja de sorprender que se haya archivado una denuncia a la usanza de los fiscales archivadores de antaño, aquellos que mandaban al tacho las denuncias sin haber impulsado la investigación y sin que se haya actuado una sola prueba. Ojo que en la Fiscalía de la Nación reabrieron una serie de denuncias archivadas en la época de la red de corrupción por no haberse investigado convenientemente, al extremo que ahora esas denuncias vienen corroborándose y se obtienen las pruebas a pesar del tiempo que ha transcurrido.
INTERCEPTACION
La resolución que ha expedido la Sala Penal de Apelaciones con la cual ha revocado la medida de comparecencia para un grupo de efectivos policiales y ha dispuesto su internamiento en el Penal de Cambio Puente por haber proporcionado información a las organizaciones delincuenciales para frustrar operativos y huir de la justicia, es clara y elocuente. Allí se transcriben varios párrafos de las transcripciones realizadas a los audios que forman parte de las pruebas de cargo y que responden a los diálogos interceptados por los servicios de Inteligencia de la misma Policía a los efectivos investigados. En ellos se puede advertir de manera inobjetable que estos malos Policías, efectivamente, se vendieron a la delincuencia, se prestaron al juego sucio de la venta de información en perjuicio de su propia institución, traicionaron los principios de su institución que los llevaron a ponerse el uniforme y se pusieron de lado de la delincuencia. Allí se aprecia como advertían a los delincuentes de los golpes que se aprestaban a perpetrar las unidades especializadas y les decían que se pongan a buen recaudo, los diálogos con claros y evidentes, por ello nos llama poderosamente la atención que la Juez que resolvió este caso en primera instancia, el año pasado, haya pasado por alto estas pruebas, haya señalado en la audiencia pública que no encontraba una prueba concreta de la acción dolosa de los Policías investigados. Pasar por alto estas evidencias es casi lo mismo que lo que hicieron los Policías, hacerse de la vista gorda para no con cumplir con sus funciones.
DESESPERACIÓN
Lo que ha sucedido con el ex ministro y candidato presidencial Fernando Olivera Vega, en donde debieron sacarlo de un set de televisión por tremendo escándalo que promovió, ya no nos llama la atención pues en esta misma columna habíamos comentado la clamorosa orfandad de respaldo que advierte en nuestro puerto. Caminar por las calles con apenas un grupito de 10 a 15 personas no dice nada bien de un candidato que tiene aspiraciones de llegar a Palacio de Gobierno, por ello es que estando en un set de televisión de la localidad a la espera de ser entrevistado y al escuchar a un ciudadano que comentaba sus nulas posibilidades de pasar siquiera la valla electoral reaccionó de manera desaforada, insultando a una persona que ni siquiera conoce, sin saber que estaba atacando a un profesional conocido de Chimbote y reaccionando como si estuviera en un callejón. Su pésimo comportamiento llegó a tal extremo que el entrevistador debió pedir que saquen a Olivera del set. Esta es la manera como terminan aquellos que no son capaces de advertir que ya no tienen espacio en la política y que las malas acciones y decisiones del pasado se pagan muy caro.