Editorial

Editorial: ::: CASO ESPELUZNANTE :::

Complicada tarea es la que tienen los agentes de investigación criminal de la Policía Nacional de Chimbote, luego que se hallara en el sector de La campiña, cerca al poblado agrícola de Cascajal derecho, el cadáver de una mujer que no solo presentaba dos impactos de bala que indicaba que fue asesinada, sino que había sido calcinada por el o los autores con la finalidad de borrar las huellas del delito o desaparecer el cadáver.

El hecho se registró hace una semana cuando el Teniente Gobernador de Cascajal se desplazaba por la zona y advirtió la presencia de un cuerpo y al acercarse se encontró que se trataba de una mujer que había sido totalmente quemada.

El hallazgo no solo ha permitido conocer, de primera intención, que estamos ante un cruel asesinato sino que es muy posible que este hecho haya sido perpetrado en otro lugar y que los autores llegaron a Cascajal con la única finalidad de deshacerse del cadáver.

Esta es una conclusión inicial que se extrae de las primeras observaciones del médico forense que señaló que el cuerpo tiene varios días de hallarse en descomposición, de allí que si se tiene en cuenta el testimonio del Teniente Gobernador en el sentido que todos los días pasa por esta misma zona y no había visto antes el cuerpo, quiere decir que lo llevaron a este lugar para arrojarlo en las condiciones que estaba.

Con el paso de los días se pudo establecer la identidad de la víctima, se trataba de la joven identificada como Hilsa Gadi Príncipe Veramendi, de apenas 21 años de edad, quien es natural de Huánuco pero que desde hace ya varios años estaba radicaba en Lima, empero, se desconoce las razones por las cuales llegó a Chimbote, si conocía nuestra ciudad o fue traída por los asesinos a nuestro puerto.

Esto parece ser lo más lógico si se tiene en cuenta que llegó el esposo de la víctima para reconocer su cuerpo y señaló que ella desapareció el día domingo 10 de este mes, una semana antes que su cuerpo fuera encontrado en nuestra ciudad, en circunstancias que había salido de su domicilio con la finalidad de acudir a votar en las elecciones, lugar de donde no retornó tras cumplir con el deber cívico.

Lo extraño es que pese al tiempo que pasó nadie de su familia haya presentado ante la Policía una denuncia por su desaparición, por el contrario, solo advirtieron que algo pudo pasarle cuando las autoridades se pusieron en contacto con ellos para que puedan reconocer el cadáver que estaba en la Morgue de Chimbote, pues las pruebas dactiloscópicas que permitieron reconstruir su dedo arrojaron que el cadáver le correspondía a la joven Hilsa Gadi Príncipe Veramendi.

Creemos, como la épica película de Alfred Hitchcock, que no hay crimen perfecto, que siempre se deja una huella que permite a las autoridades desentrañar el caso siempre que exista voluntad de hacerlo, inclusive, hemos visto en las películas en las que los forenses dicen que es el propio cadáver el que finalmente les otorga las pistas mínimas a las autoridades para dar con los asesinos.

En este caso, habrá que reconstruir los últimos días de la joven víctima, desde que salió de su domicilio y se despidió de sus familiares hasta los diálogos y encuentros con amistades y conocidos que permitan hallar las razones por las cuales terminó cruelmente asesinada en un paraje de Chimbote, muy lejos a su domicilio y del lugar de sus actividades.

Esperemos que la Policía resulte siendo lo suficientemente profesional como para desentrañar este caso, no solo porque de por medio se encuentra la vida de una joven madre de familia que deja en la orfandad a un menor que seguramente será quien más la extrañe, sino porque se trata de un caso espeluznante, de los más terribles que conozca la historia policial de Chimbote en el que el ensañamiento y la bestialidad se ponen de manifiesto cuando los asesinos no se conforman con dar muerte a su víctima sino que tratan de desaparecerla y la incineran, algo realmente repudiable y chocante que amerita que se identifique a los culpables y les caiga todo el peso de la ley.

                                                                          MEDIDA NECESARIA

Con ocasión de llevarse a cabo la ceremonia de apertura del año académico 2016 en la Universidad Nacional del Santa, su rector Sixto Díaz Tello anunció que los 116 millones de soles que tiene esta casa universitaria correspondientes a las remesas del canon minero, serán destinadas a la investigación con carácter prioritario.

El anuncio de la máxima autoridad de la UNS llega en momentos en los cuales se cuestiona la aplicación presupuestal que le dieron sus antecesores a los recursos del canon, la mayor parte de ellos destinados a la ejecución de obras físicas y soplo un mínimo que fue a parar al financiamiento de proyectos de investigación.

Cierto es que la construcción de nuevos ambientes y la necesidad de ampliar la capacidad de recepción de alumnos de esta casa universitaria es un argumento válido y plausible, empero, lo que no se toma en cuenta es que siendo la Univer4soidad la cuna de la investigación en la UNS no se cumple con esta premisa y solo el esfuerzo voluntario y decidido de algunos alumnos han permitido que ellos destaquen en otros países con proyectos nacidos en la propia universidad.

De tal suerte que si existe el potencial, si la UNS cuenta con egresados que han podido destacar en el campo de la investigación en medio de las profundas carencias que se observan a la fecha, es incuestionable que con una inyección de capital para mejorar las condiciones al estudiante en el campo de la investigación, redundará en la mejora de este aspecto que es esencial en la vida académica de las universidades.

De allí que hay que aplaudir la decisión del rector de la UNS, sin embargo, ello no nos puede colocar una franela sobre los ojos y dejar de ver la realidad universitaria, por el contrario, se impone una celosa fiscalización a la aplicación de esas millonarias partidas, se sabe que en un país en donde la corrupción ha calado tanto, es un lugar común ver que funcionarios y autoridades se someten a la tentación del dinero y terminan malversando los recursos que tienen a su disposición. Creemos que esto no ocurrirá con la nueva gestión de la U. del Santa, empero, nuestro deber es estar a la expectativa de cualquier cuestionamiento en ese sentido.