Editorial

Editorial: ::: NO BAJAR LA GUARDIA :::

La Jefa del área de salud ambiental de la Red Pacífico Sur, Marilú Taboada Vicente, dio a conocer la semana pasada que el índice de pacientes con síntomas del mal del dengue ha comenzado a disminuir en la vecina provincia de Casma, en donde se registró el brote de esta enfermedad que ha dejado a cientos de personas sometidas a estrictos tratamientos para su recuperación.

Sin embargo, las estadísticas que manejan dicen de una presencia preocupante de la temible enfermedad del dengue, pues son 462 los casos sospechosos cuyas muestras fueron remitidas al Instituto Nacional de Salud en Lima, desde donde han confirmado que 144 fueron descartados y hay 124 pacientes que fueron confirmados con este mal.

De todas formas en las últimas semanas el índice de pacientes ha disminuido y la funcionaria adjudicó este hecho a la prevención vectorial que se ha aplicado en las últimas semanas y que se apuntaló gracias a la inyección presupuestal que hizo el gobierno tras declarar la emergencia sanitaria en esa provincia.

Incluso, la representante de la red de salud reconoció que esta baja del índice aédico ha sido posible gracias a la nueva estrategia que se ha aplicado en base a una nueva técnica denominada “larvitrampa” que no solo se trabaja en la misma ciudad de Casma sino que a través de un sistema de GTPS es monitoreada desde Lima, con participación de personal especializado de la Dirección  General de Salud en Lima

Seguramente que todo esto es cierto, que la arremetida de las entidades del sector y de toda la provincia de Casma, quienes fueron convocadas ante la difícil situación que se afrontaba, ha permitido que disminuyan los casos de pacientes contagiados con el mal del dengue, empero, lo que no se puede negar es que la diosa fortuna también ha jugado un rol importante en este nuevo escenario.

Nos estamos refiriendo al repentino y abrupto cambio de las condiciones climáticas en todo el litoral, la ostensible baja de las temperaturas y el alejamiento de los rayos solares y el tremendo calor que ha azotado nuestras ciudades en los últimos meses como consecuencia del fenómeno de El Niño, ha permitido que el mosquito vector también se aleje y busque otros lares en donde reproducirse.

Esto lo han experimentado todos los hogares en donde ya no se tiene que hacer frente a la presencia de los zancudos entre los cuales suele confundirse el vector del dengue y que en la vecina provincia de Casma se había asentado con ribetes de un brote epidémico, de tal suerte que con otro escenario la cosa, evidentemente, tendría que cambiar.

Empero, esta ostensible disminución en los pacientes con dengue no debe llevar al triunfalismo de los representantes del sector salud y menos aún de los funcionarios del gobierno regional, pues la enfermedad permanece y ha sentado sus bases como un mal endémico en la provincia de Casma por lo que su monitoreo debe persistir y se debe establecer como permanente.

Lo que se está advirtiendo es que estos anuncios vienen siendo tomados como una erradicación del mal del dengue, lo cual no es cierto. Basta dar una lectura a las impertinentes afirmaciones que hizo el Gobernador Regional Waldo Ríos Salcedo en la ciudad de Huaraz para darnos cuenta de lo equivocado que se encuentran quienes tienen la obligación de velar por la salud del pueblo.

Muy suelto de huesos el gobernador ha señalado que se ha registrado cero casos de dengue en este mes que termina, lo cual no es cierto, nadie sabe de dónde ha sacado esa información, si alguien lo ha empujado a hacer un papelón o es que ha tomado equivocadamente los anuncios de los funcionarios del sector, tal como lo ha tratado de justificar el Director de la Red de Salud Pacífico Sur, Hugo Meléndez Cuentas, quien llegó al extremo de la adulonería al manifestar que su superior se refería a las estadísticas de las ultimas semana y no a todo el mes, cuando es consciente que ni siquiera en las últimas semanas se ha dejado de recibir pacientes sospechosos de este mal.

Lo que se debe tener en cuenta es que los apresurados triunfalismos son perniciosos, ante una enfermedad como el dengue las autoridades no deben bajar la guardia, aun cuando hayan disminuido el número de pacientes, estamos ante un mal endémico y por lo tanto, el monitoreo debe ser permanente y continuo.

                                                           PESQUISA OLVIDADA

La semana pasada se ha podido conocer la disposición fiscal expedida por el fiscal anticorrupción Risel Angel Chicle Flores, mediante la cual abre una investigación preliminar para establecer la presunta consumación de delitos en el abandono de 20 obras que fueron iniciadas por el gobierno regional de Ancash.

Sin precisar e identificar a los presuntos responsables, el Ministerio Público, por intermedio de la Fiscalía de Prevención del Delito, ha hallado indicios suficientes de la comisión de delitos en la existencia de un promedio de 20 obras que fueron abandonadas por las empresas contratistas y cuyos presupuestos desaparecieron sin que exista una explicación lógica y razonable hasta la fecha.

Ello porque toda obra que es licitada o se somete a un proceso de selección cuenta con un presupuesto reservado, de allí que no se entiende cómo es que en la gestión de César Álvarez quedaron decenas de obras paralizadas por falta de presupuesto, las cuales permanecen en la misma condición pese a todo el tiempo que ha transcurrido, con el agravante que se vienen deteriorando y algunas de ellas no podrán ser concluidas, lo que significa que ese dinero se perderá indefectiblemente.

Lo extraño es que estas obras llevan tres años en esta situación y recién el Ministerio Público decide tomar acciones, es la conocida lentitud de la administración de justicia que suele decepcionar a los ciudadanos, empero, en este caso habrá que consolarnos con aquello de “la justicia tarda pero llega”. Esperemos que en este caso el Fiscal consiga los argumentos necesarios para pedir una condena a los responsables, pues que hay delitos eso es más que evidente.