Editorial

Editorial: ::: OTRO PERNICIOSO TRASPIES :::

El rostro de felicidad y entusiasmo de cientos de niños y padres de familia que hace unos meses vieron con satisfacción que se reiniciaba la obra de remodelación de su añorado plantel, de pronto se vio deslucido y entristecido la semana pasada, luego que se tomara conocimiento que el Ministerio de Educación nuevamente ha rescindido contrato con la empresa constructora que estaba a cargo de su ejecución final.

Esto se conoció el pasado fin de semana, luego que los padres de familia hicieran una suerte de protesta en las instalaciones del Plantel al tomar conocimiento que la empresa constructora había iniciado los trabajos de demolición de la torre que existe desde hace 40 años en este centro educativo y que ellos la consideran como una edificación histórica que no debería ser retirada del lugar.

Inclusive, la mencionada edificación ya se muestra inclinada luego que los obreros comenzaron a socavar las bases, empero, mientras se realizaba esta protesta llegaron a nuestra ciudad funcionarios del PRONEID, organismo a cargo de la infraestructura educativa en el país, quienes verificaron una información que ya se mostraba preocupante para los propios medios de comunicación y para los padres de familia, cuál era el visible retraso que observaban los trabajos.

Los progenitores fueron informados que en los cinco meses que el consorcio Sensus – Jergo  estaba trabajando solo estaba mostrado un avance del 7%, lo que representaba una causal de rescisión de contrato en la medida que la entidad educativa no puede verse afectada por una lesión generada por el ente ejecutor.

Esta medida, lamentablemente, deja el expediente del proyecto de remodelación a fojas cero en esta última fase de construcción, nuevamente la obra se ve paralizada y no existe certidumbre de la fecha en que será culminada pues existe la necesidad de convocar otra vez a una licitación a efectos de seleccionar a la empresa constructora que concluya el 25% del proyecto que aún está pendiente.

Aun cuando el PRONIED, con el ánimo de tranquilizar a la comunidad educativa, ha manifestado públicamente su decisión de retomar las gestiones con diligencia y poder seleccionar en el mas breve plazo posible a la empresa constructora que se encargue de terminar los trabajos, todos saben que estos trámites toman su tiempo, se trata de despachar documentos que no pueden festinarse, que tienen que cumplir con formalidades, de tal suerte que volver a realizarlos tomará el mismo tiempo que se demoró hace más de un año para reiniciar los trabajos.

Es sumamente complicada la suerte del Colegio “República Argentina”, una de los principales instituciones educativas del distrito de Nuevo Chimbote y considerada como uno de los colegios emblemáticos de la provincia, justamente, por esta condición es que en el gobierno de Alan García se priorizó su remodelación y se destinó el presupuesto necesario para que se ejecute un envidiable proyecto que, como suele ocurrir en la administración pública, se postergó por varios meses.

Solo la decidida intervención de los alumnos y docentes que sacaron sus pertenencias a la vía pública para recibir clases en esas condiciones por el peligro que representaba la antigua infraestructura, obligó al gobierno ya de Alejandro Toledo a emprender este proyecto con la respectiva licitación que trajo a Chimbote, como suele ocurrir, a una empresa foránea que se comprometió a ejecutar los trabajos dentro de los términos establecidos en el contrato que se firmó en medio de un marco festivo.

Sin embargo, la empresa ejecutora no cumplió, si bien es cierto avanzó considerablemente el expediente terminó abandonando la obra cuando apenas presentaba un 70% de avance y tras una azarosa jornada a lo largo de dos años en el que se vivieron paralizaciones constantes por los problemas entre los ejecutores y los trabajadores.

Eran los conocidos enfrentamientos por la contratación de empresas que no tienen trayectoria ni respaldo financiero, aquellas que suelen ganar las adjudicaciones en base a los diezmos y prebendas y cuya actuación se vio diezmada posteriormente cuando el retraso en el pago de las valorizaciones y avance de obra las deja expuesta a los naturales reclamos de la clase obrera.

Esa empresa dejó abandonada la obra, se supone que el Ministerio de Educación debería haberle ejecutado la carta fianza de fiel cumplimiento y con ese dinero ejecutar la culminación de los trabajos a través de un sistema por administración directa o en convenio con alguna entidad ejecutora, empero, no se hizo nada de ello.

Después de muchos meses de permanecer la obra en esta condición, el PRONEID decidió convocar a otra licitación solo por el porcentaje de obra faltante, estableció el marco legal en el que se debería ejecutar este último tramo y se suscribieron los contratos respectivos, todo indicaba que pronto la obra sería realidad.

Los alumnos que por años estudiaron en condición de “encargados” en otros plantarles se mudaron a su centro educativo pero instalados en módulos pre fabricados que los acogía de manera provisional hasta que se termine la obra, empero, el tiempo fue pasando y la cosa no ha cambiado en absoluto, la obra sigue inconclusa y se ha llegado el extremo de rescindir contrato con la nueva empresa ejecutora.

Un retraso más si importa dirían los padres de familia, son ellos los que viven la incertidumbre de tener que enviar a sus hijos a la escuela para que reciban sus clases en aulas provisionales, no tienen cuando ver culminada la obra con todas las comodidades y equipamiento moderno que se ofreció.

Por un momento se pensó que estas cosas solo ocurrían en las obras del gobierno regional, aquellas que fueron licitadas en la época de la red criminal con la finalidad de beneficiarse con los diezmos, que se iniciaron sin presupuestos y con recursos tomados de otras obras, por ello terminaron condenadas al abandono. Lamentablemente, este es el mismo esquema que nos muestra la obra del Colegio Argentino, presenta un nuevo y pernicioso traspiés que la verdad es que ya nos deja dudas de la manera como y cuando se concluirá. Una verdadera lástima pero muestra también la ineficiencia del aparato estatal, tan defectuoso e informal como el del gobierno regional.