Editorial

Editorial: ::: DESESPERACION FATAL :::

Los padres de familia del colegio “República Argentina” han tomado la difícil, complicada y perjudicial decisión de tomar por dos días las instalaciones del plantel para exigir que los funcionarios del Ministerio de Educación, por intermedio del PRONIED, agilicen los trámites y procuren lo más pronto posible encausar la culminación de la remodelación de este postergado centro estudiantil.

Premunidos de carteles y pancartas, con megáfono en mano, cientos de padres de familia tomaron la puerta de ingreso del Plantel e impidieron el ingreso de sus propios hijos y de los docentes, quienes no solo se quedaron en el exterior sino que se sumaron a esta protesta porque entienden que tiene justos objetivos.

Esta manifestación sucedió a otra medida que iniciaron el miércoles de la semana pasada con un plantón en el frontis del Plantel con ocasión del arribo a nuestra ciudad de una comisión enviada por el PRONIED y cuya finalidad era la de supervisar el estado de la obra, verificar el avance realizado por la ultima constructora que estuvo a cargo de los trabajos y calcular el saldo de obra que es el que se debe licitar nuevamente.

Precisamente, este es el ofrecimiento que han efectuado los funcionarios del organismo encargado del manejo de la infraestructura educativa en el país (PRONIED), es decir comenzar nuevamente los tramites de licitación de la obra, lo que incluye un proceso de valorización y una nueva convocatoria con todos los pasos que debe seguir un cronograma de estas características, de acuerdo a lo que establece la ley.

Los padres de familia, en el entendido que esta obra tiene ya cuatro años desde que se puso en marcha, consideran que un nuevo proceso licitador solo postergaría mucho más la fecha de entrega de la obra, por ello han planteado que se eliminen todos estos cronogramas burocráticos y se proceda a adjudicar la obra a la empresa o consorcio que quedó en segundo lugar en la última licitación, es decir, que si la empresa ganadora, que era consorcio Sensus Jergo, falló entonces que tome su lugar quien presentó la segunda mejor propuesta económica en ese proceso de selección.

Lamentablemente en la administración pública no se pueden tomar las decisiones que resulten las más expeditivas y hasta efectivas, sino que se deben seguir los lineamientos contenidos en las normas bajo apercibimiento de incurrir en delitos contra los deberes funcionales, de tal suerte que el pedido de los padres de familia fue desestimado.

Por ello es que se ha enviado a Chimbote una comisión que hará el mismo trabajo que ellos ya vieron y observaron en una oportunidad, es decir, la presencia de funcionarios, profesionales contratados para trabajos de valorización y técnicos encargados de elaborar nuevos informes que sustenten la convocatoria a una nueva licitación.

Obviamente, esta clase de trabajos toman su tiempo, con mayor razón cuando se realizan en una entidad estatal, de allí que los padres de familia se ven empujados a tomar acciones radicales en razón que no están dispuestos a seguir esperando más, peor aun cuando de por medio se encuentran sus hijos que desde hace cuatro años están sin infraestructura educativa y deben recibir sus clases en aulas prefabricadas que han sido acondicionadas en los espacios vacíos del Plantel y en donde estudian en medio de muchísimas carencias.

La angustia de los padres es justificada, esta sería la tercera vez que se licita esta obra en medio de dos paralizaciones, la primera de ellas más escandalosa que la segunda pero todas envueltas en el mismo matiz, aquel de la conveniencia  y la indiferencia, la primera (conveniencia) por parte de empresas sin mayor cartel que se hacen, sabe dios cómo, de la buena pro y no concluyen la obra, y la segunda (indiferencia) porque a los funcionarios de los organismos estatales les va y les viene si los proyectos se terminan en los plazos establecidos, al fin y al cabo para ellos no significa absolutamente nada que un millar y medio de estudiantes de un colegio de provincias se quede sin aulas donde estudiar.

Y es que la realidad nos dice que este es el escenario en el que se ubica la obra del colegio “República Argentina”, son dos las empresas que fueron seleccionadas para realizar esta obra y las dos defraudaron las expectativas de la comunidad educativa, la primera de ellas se largó sin que le hayan ejecutado la carta fianza de fiel cumplimiento que debe presentar de manera obligatoria toda empresa constructora y la segunda debió ser echada porque sencillamente no le daba la gana de trabajar, el avance que había observado en el tiempo que estuvo al frente de los trabajos ha sido nulo.

De allí que se entiende la absoluta desconfianza que existe entre los padres de familia del Colegio Argentino, a este paso, con empresas que hacen lo que se les viene en gana, con funcionarios que no toman sus precauciones y entregan la buena pro a quien más les convenga así garanticen o no que puedan concluir el trabajo, la pregunta que se hacen es ¿para que una tercera licitación? ¿Para que hagan lo mismo que han hecho hasta la fecha? ¿Para que se burlen de las expectativas de cientos de escolares y se vayan sin sanción alguna? ¿Para qué diablos quieren tomarse dos o tres meses más para preparar una licitación si seleccionan a empresas desconocidas y que terminan dejando tirada la obra sin que les pase absolutamente nada?

Los funcionarios limeños del PRONIED no han dado la cara hasta el momento, no han convocado a los padres de familia para darles a conocer cuál es la real situación de la obra, se han limitado a viajar, mirar la obra, comer bien y retornar a sus oficinas desde donde envían servicios de prensa con la finalidad que los medios de comunicación de la localidad se encarguen de informar a la comunidad educativa.

Si esto no es una sinvergüencería no sabríamos como llamarla, lo cierto es que los padres de familia se han visto empujados a tomar medidas radicales que atentan contra los intereses de sus propios hijos, que los dejen sin clases y tácitamente los retrasan en sus programas de estudios, es una desesperación fatal que tiene sus responsables, es esa casta de burócratas que hace cuatro años inició un proyecto y hasta la fecha no lo puede culminar, los únicos que se les parecen son los corrompidos de la denominada red de criminal del gobierno regional en la época de César Álvarez, quienes también dejaron abandonadas las obras como ocurrió en el Colegio República Argentina. Una verdadera lástima.