Editorial

Editorial: ::: EL OTRO HOMENAJE :::

Con ocasión de celebrarse el 35 aniversario de la creación del Ministerio Público, la semana pasada se rindió un justo y merecido homenaje póstumo al fallecido fiscal Luis Junior Sánchez Colona, quien fuera cobardemente asesinado por sicarios a sueldos hace ya cuatro años atrás.

El acto estuvo a cargo de la Presidenta de la Junta de Fiscales del distrito Fiscal del Santa, Dra. Nancy Moreno Rivera, quien con este motivo le hizo entrega de un pergamino a la viuda del fallecido magistrado, en un momento sumamente emotivo que no dejó de deslizar lágrimas en muchos de los asistentes.

Luis Junior Sánchez Colona era un joven y prometedor magistrado miembro del Ministerio Público que hasta el 16 de abril del año 2012 se venía desempeñando como titular de la Fiscalía Mixta de la vecina provincia de Casma en donde atendía casos importantes por aquel entonces, como el crimen del periodista Pedro Silva Flores.

El día 16 de abril fue cruelmente asesinado por dos sicarios que lo sorprendieron en las primeras horas de la mañana, cuando había salido de su domicilio y se dirigía al paradero de vehículos de servicio público que lo condujera hasta su centro de trabajo, en la ciudad de Casma, recibiendo varios impactos de bala que le cegaron instantáneamente la vida.

Los asesinos lo atacaron con el objetivo de eliminarlo en el acto, existía una orden de ensañamiento por parte de los autores, uno de los cuales, el autor de los disparos, corrió por las mismas calles sin advertir que se cruzaba con el padre del occiso quien pudo reconocer sus facciones, pues es miembro de la Policía.

Como no existe crimen perfecto, las pruebas que llevarías a las autoridades a dar con los autores se encontraban alrededor del mismo cadáver, la víctima había dejado las suficientes señales como para que se pueda identificar a los autores y esas pistas estaban en su teléfono celular.

A diferencia de otros casos en los cuales las víctimas son centradas a través de una llamada telefónica que queda como una huella que puede llevar a los asesinos, en esta ocasión no hubo llamada en ese momento, por el contrario, quedaron registradas llamadas anteriores de quienes lo amenazaron en vida y concretaron sus designios a través de sicarios contratados, inclusive, a través de gente de su propio entorno.

De esta manera, en dos semanas la Fiscalía, a cargo por entonces de la Fiscal Carmen Berrocal, y, un equipo especial de la Policía de Investigación Criminal de Lima, pudieron identificar al empresario del ramo de la construcción, Jack Castillo Castillo como el autor intelectual de este hecho, como el instigador del asesinato por motivos de venganza personal.

Por lo menos así está registrado en llamadas telefónicas que el malogrado Fiscal tuvo el acierto de grabar para que queden como un medio probatorio contundente de la responsabilidad penal de los criminales, de los archivos del equipo celular se extrajeron hasta tres llamadas amenazantes en las que se puede escuchar la voz del empresario que amenazaba de muerte al magistrado, aparentemente, por un triángulo amoroso que finalmente no ha quedado nada claro, pero la evidencia de la amenaza es contundente.

Inclusive, el empresario llega a recordarle al asesinado Fiscal que su hijo estaba por nacer, un hecho cierto que quedó como otro de los factores sumamente dolorosos de este alevoso crimen en la medida que una criatura se quedó sin padre y llegó a este mundo en la orfandad paternal como consecuencia de este execrable hecho criminal.

Lo importante es que este hecho que conmocionó a los Chimbotanos pudo ser esclarecido por la Policía y la Fiscalía que no solo consiguió las pruebas físicas en el equipo celular, sino que en base a un trabajo de inteligencia pudo identificar a los autores materiales del crimen, los sicarios que cobraron por cegar la vida del joven Fiscal y de alguna manera estaban vinculados con el empresario Jack Castillo.

Esto se consiguió en base a datos proporcionados por informantes de la Policía que identificaron a dos sujetos que apenas un día después del crimen se ufanaban entre ellos en el interior de un bar de haber asesinado a un Fiscal, la pista suficiente para dar con Richard Bracamonte Méndez y Danny Huamancondor de la Cruz, quienes fueron involucrados en el proceso y por ello estuvieron sujetos a mandatos de prisión, inclusive, el primero de ellos fue parte de la cuadrilla de seguridad el empresario.

Era evidente que ante la necesidad de cobrar una venganza, el empresario apeló a los contactos delincuenciales de quien laboraba en sus obras como “chaleco” para que consiga al sicario que haga el trabajo y resulta que Danny Huamancondor fue compañero de prisión de Richard Bracamonte, lo que establece un lazo que demuestra cómo se tejió este alevoso crimen que se llevó a todo un prospecto de la Fiscalía.

Lo más enigmático pero elocuente es que estos dos individuos fueron asesinados en el curso de los dos últimos años, como se dice en el argot criollo, les pagaron con su propia medicina, Danny Huamancondor fue abandonado con un tiro en la sien en un paraje de la urbanización Los Pinos, mientras que Richard Bracamonte fue ultimado a tiros en una losa deportiva, delante de familiares y decenas de personas, después de haber salvado el pellejo en otras ocasiones.

No hay que ser un avisado para colegir que ambos sujetos fueron silenciados, los asesinaron porque representaban una amenaza por lo que sabían y lo que podrían declarar en algún momento cuando fueran aprehendidos por las autoridades y no hay que ser muy inteligente para entender a quién   favorecía estos asesinatos.

De allí que era impostergable el homenaje póstumo que programó el pasado jueves la Fiscalía a uno de sus miembros caídos por las balas asesinas, empero, creemos que además de este esperado reconocimiento aún está pendiente el desagravio judicial, la decisión de la Sala Penal de Apelaciones a la condena que le ha impuesto el Juzgado Penal Colegiado de la Corte del Santa al empresario Jack Castillo Castillo. Nos referimos al otro homenaje que debe rendir la justicia para castigar con todo el peso de la ley a quienes promovieron la inicua y violenta muerte de un joven profesional que se hacía un camino en la Fiscalía. Solo queda unas semanas para que esto último se concrete.