Editorial

Editorial: ::: UNA NUEVA ETAPA :::

El caso del crimen del ex consejero regional Ezequiel Nolasco ha llegado a su fase final en la investigación que ha llevado adelante el Ministerio Público y por ello es que la Juez Superior Inés Villa Bonilla, quien es coordinadora de las Salas Penales Nacionales, ha remitido el expediente al coordinador de las Fiscalías de Crimen Organizado a efectos que se expida el dictamen que corresponda.

Esto es lo que en derecho se conoce como la etapa intermedia de un proceso penal, aquel en el cual las magistrados superiores reciben un expediente que ha sido investigado en primera instancia y revisan si ya se encuentra en condiciones de emitirse la requisitoria escrita o si es que aún existen algunas diligencias pendientes e indispensables que tengan que desarrollarse nuevamente ante el juez como para otorgarle un último plazo ampliatorio.

Esto quiere decir, que en breve se conocerá la suerte de esta investigación que permitió que dicten prisión preventiva a muchos de los principales funcionarios del gobierno regional cuando estaba al frente del mismo César Álvarez Aguilar, así como se constituyó en el punto de partida de la caída de lo que se conoce como la red criminal de Ancash, caso que se concatena con aquel que investiga a la llamada “Centralita”.

Los ancashinos no podremos olvidar jamás que el crimen del ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos fue la gota que llenó el vaso de la tolerancia e impaciencia de una población que ya estaba cansada y hastiada de la corrupción y la violencia engendrada a partir de los millones de soles que irresponsablemente se repartieron en la administración regional de César Álvarez con intervención de delincuentes que tomaron las obras para extorsionar y chalequear a empresarios y constructores.

Las propias autoridades gubernamentales abrieron los ojos ante semejante realidad que se vivía en Áncash, un escenario que premonitoriamente lo había descrito el fallecido Ezequiel Nolasco y que advertía de una alianza de criminalidad que podría acabar con su vida porque estaba dispuesto a denunciarlos y desterrarlos, empero, lamentablemente nadie quiso escucharlo, los fiscales y jueces ante cuyas entidades protestó hasta encadenándose no movieron un dedo y el dolor de su muerte conmovió a todos.

Ahora, después de dos años la investigación en primera fase llega a su final, con todos los contratiempos que todos ya saben y conocen, como que el traslado de competencias a un juzgado nacional ha generado dilaciones y han motivado que se otorguen plazos ampliatorios que ya no resisten más y obligan a tener que resolver el expediente con las diligencias que se han trabajado hasta el momento.

No podemos olvidar que este caso se puso al descubierto luego que la Policía consiguiera identificar a los sicarios que estuvieron en la localidad de Huacho en la fecha del crimen, uno de ellos, un jovenzuelo de apenas 21 años apodado “el colombiano” fue ubicado en Trujillo e interrogado hasta que decidió revelar como se perpetró el crimen.

Fue un hecho lamentablemente circunstancial pues Ezequiel Nolasco, en su retorno de Lima a Chimbote, decidió cenar en un restaurante ubicado en la carretera panamericana e ingresó al mismo local en donde se encontraba el conocido delincuente de Chimbote “Chino Malca”, quien recordaba que la cabeza del ex consejero regional tenía precio y quienes estaban interesados en ella eran nada menos que los lugartenientes de César Álvarez, hasta entonces presidente regional de Áncash.

Tras ponerse en contacto con aquellos, decidieron ultimarlo en el mismo lugar, pues “colombiano” y otros sicarios habían sido llevados a ese lugar para cometer otro triple crimen que se concretó dos días después en esa misma ciudad, de esta manera se bajó el telón de lo que representaba toda una organización delictiva que era capaz de utilizar el poder económico de la corrupción para sacarse del camino a los enemigos así como a quienes amenazaban con poner el descubierto los graves delitos que se cometían a partir del bunker conocido como “La Centralita”.

Para nadie ha sido un secreto en Chimbote y Ancash que Ezequiel Nolasco representaba una “piedra en el zapato” de los funcionarios del gobierno regional, cualquier pretensión política que tuvieran en adelante colisionaría con su persistente presencia opositora y acusadora, por ello es que tenían muchas razones para eliminarlo y lo hicieron con la misma modalidad de las mafias, apelando a asesinos por encargo.

Con todas estas pesquisas el caso ha llegado a la fiscalía superior, en cuestión de semanas se evacuará su informe respectivo y conocernos quienes serán los acusados, algo similar a lo que ocurre con la otra investigación de caso “La centralita” que a decir de la abogada el ex presidente regional César Álvarez, también ha llegado a su final, se ha agotado con los plazos concedidos hasta la fecha y ha trascendido que el representante del Ministerio Público está próximo a expedir una requisitoria escrita.

En este caso la abogada Jessica Narváez, quien defiende al ex presidente regional César Álvarez, ha señalado que el fiscal ha comunicado a la juez de la causa que en Agosto emitiría su acusación y en ella solo comprendería a 10 investigados, mientras que los demás serán eximidos de responsabilidad por no existir pruebas que le permitan sustentar cargos en un juicio oral.

No sabemos si esto es cierto o un globo de ensayo que ha lanzado una abogada que tiene interés específico cuando defiende a uno de los involucrados, empero, sea como fuere este caso pasa por las mismas etapas que el crimen de Nolasco, es decir, ya está en fase de conclusión de las pesquisas realizadas por el Ministerio Público y corresponde emitir una acusación y solicitar al Poder Judicial que se inicie un juicio oral.

A juzgar por las fechas es evidente que ambos han llegado coincidentemente al final porque se iniciaron en la misma fecha, con la captura de muchos de los involucrados en operativos que emprendió la Policía a través de un grupo de élite que llegó a nuestra ciudad y pudo allanar, por ejemplo, el bunker que tenía Rubén Moreno Olivo (a)” El Goro, hasta entonces intocable y quien se dio el lujo de mantenerse como prófugo de la justicia por varios años estando oculto en su propio domicilio.

Ambos procesos ingresan a una nueva etapa, estamos convencidos que no es cierto que no existan pruebas contra los investigados, por el contrario, existen muchas y cada una de ellas será deslindada en juicio público. Se acerca lo mejor es esta novela judicial que tiene como protagonistas a políticos y ex autoridades locales.