Editorial

MEDIDA INEVITABLE

Los comerciantes del mercado “Buenos Aires” padecen en estos días las jornadas más difíciles que les ha tocado vivir a lo largo de su trayectoria comercial pues se han visto precisados a tener que vender sus productos de manera parcial y en plena vía pública.

Ello como consecuencia de la conocida decisión de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote de clausurar este centro de abastos hasta que concluyan los trabajos de saneamiento y cambio de pisos que se viene ejecutando y que, debido a la falta de medidas de seguridad, se convirtió en un verdadero peligro para los usuarios.

La clausura no solo sorprendió a las miles de amas de casa que diariamente concurren a este centro de abastos sino a los muchos comerciantes que jamás se imaginaron que la autoridad municipal llegaría a este extremo que resulta sumamente perjudicial para ellos en la medida que estamos a pocas semanas de la navidad y el flujo comercial se incrementa en estos días.

Sin embargo, el cierre se concretó la semana pasada y ante la imposibilidad de poder ingresar a sus puestos, en la medida que se utilizó a un  contingente policial para garantizar la efectividad de la medida, los comerciantes se han visto precisados a tener que colocar su mercadería en mesitas y carretas en el frontis de la puerta principal y allí reciben a los pocos clientes que llegan a visitarlos porque muchos creen que mientras no se retome las actividades normales ellos ya no están en el lugar.

Por ello no ha sido una sorpresa ver los rostros compungidos y preocupados de los comerciantes porque la medida, si es que no hay una variación radical, se extenderá hasta este jueves 30 si es que en caso a esta fecha los trabajos han avanzado lo suficiente como para que no puedan perturbar la actividad comercial y se garantice la salud e integridad de los usuarios.

Justamente, éste ha sido el motivo de la clausura dictada por la autoridad municipal, la falta de seguridad en el interior mientras se realizaban los trabajos de saneamiento, a tal extremo que se registraron dos accidentes cuando una  niña y una mujer cayeron a las zanjas que cavaron los trabajadores para cambiar la red de agua y desagüe.

Y es que lamentablemente, si bien los comerciantes no lo quieren admitir, esto se veía venir hacía mucho tiempo, no solo porque es difícil y complicado que se tenga que hacer una obra de saneamiento en medio de establecimientos dedicados a la venta de alimentos y comidas, sino porque los que diariamente concurrimos a este centro de abastos advertimos de primera intención que la empresa contratada por los comerciantes no tenía la experiencia suficiente como para sobrellevar trabajos de esta naturaleza en medio del funcionamiento del centro de abastos.

Ello porque las medidas de seguridad que se implementaron eran sumamente endebles, era cotidiano encontrarse con zanjas abiertas y pozos sin tapas sin que se hayan colocado las cintas de seguridad o se haya aislado la zona de trabajos, las zanjas no contaban con los puentes que dispone la norma de seguridad, por el contrario, apenas si se colocaron algunos triplay en los huecos cuando ese material difícilmente puede sostener a una persona adulta o de mayor peso que lo habitual.

Los medios de comunicación, que hemos realizado el seguimiento a obras de mayor envergadura y que conllevaron a peligros mucho mas extremos, sabíamos que las normas obligan a las empresas a tomar todas las previsiones pertinentes, especialmente cuando se trabaja a tajo abierto, en medio de zanjas y huecos alrededor de los cuales transita la gente, como en el caso de un mercado al cual ingresan personas de todas las edades y caminan todo el día por el lugar.

De allí que en ese lugar se imponía un trabajo mucho más pulcro, exigente y experimentado, se requería de la presencia de empresas capacitadas en el tema de la seguridad en la medida que se realizarían trabajos en un inmueble que es público y de masiva concurrencia, no se podía dejar este tema al azar y menos a la de Dios, se tenían que adoptar muchas precauciones.

Esto es lo que no se vio en el Mercado Buenos Aires y los representantes de los comerciantes estaban en la obligación de insistir con la empresa en este tema, más aun cuando los inspectores de la Municipalidad Distrital lo estaban advirtiendo reiteradamente y eso conlleva a una sanción en la medida que se permiten los relajos.

El otro lado de este tema son las condiciones salubres de un centro de abastos, es decir la limpieza e higiene que debe primar en un mercado en donde se comercia todos los días con alimentos, llámese carnes rojas, pollo, tubérculos, verduras y en donde existen locales dedicados  a la venta de comida, establecimientos en los cuales se requiere que no exista una contaminación que exponga a los comensales y compradores.

Y no se puede negar que los trabajos de saneamiento no se pueden realizar en medio de estos locales, eso se dijo con antelación pero la insistencia de los comerciantes dio lugar a que se inicie la obra en estas condiciones, empero, todo tiene un límite y la autoridad municipal lo que tiene que velar es por la salud de la población aun cuando con ello deje en serio riesgo la economía de los comerciantes.

Lo importante es que “la pelota está en la cancha” de los comerciantes, son ellos los llamados a exigir y demandar a la empresa que avance con los trabajos, que acelere el paso y disponga de nuevos turnos de cuadrillas de trabajadores en la medida que frente a esta situación lo que se requiere es terminar antes del plazo señalado.

No se puede soslayar que sin esos trabajos el mercado no podrá obtener el certificado de defensa civil de la Municipalidad Distrital, se trata de una obra necesaria e indispensable, por ello no había otro camino que ejecutarla de una buena vez, de lo contrario, pudieron exponerse a que esta clausura llegue en otras circunstancias que serían mucho más lesivas.

Aun cuando se encuentren siendo seriamente afectados, lo que deben entender los comerciantes es que la clausura era una medida inevitable, lo importante es que a partir de la fecha, una vez reiniciada sus labores contarán con instalaciones modernas que le garanticen un funcionamiento por las próximas décadas, es cuestión de esperar.