Editorial

Editorial: ::: CUESTIÓN DE PRIORIDADES :::

El día de hoy viernes debe realizarse una mesa de trabajo entre el alcalde provincial y los técnicos ediles, con los comerciantes del mercado El Progreso y autoridades del sector salud, a efectos de llegar a un justo acuerdo en relación al proyecto de construcción del Hospital El Progreso que se levantará sobre el terreno en donde se ubica la antigua Posta de salud de ese mismo barrio.

La reunión se ha establecido de común acuerdo y luego de una semana de reuniones que sostuvo el alcalde tras la visita a Chimbote de los funcionarios y técnicos del Programa Nacional de Infraestructura de salud (PRONIS), organismo adscrito al ministerio de salud y que tiene la misión de establecer las bases de la ejecución de este importante proyecto que es financiado por la referida cartera ministerial.

Todo empezó la semana pasada cuando los técnicos del sector salud solicitaron al alcalde una decisión definitiva respecto a la ubicación del mercado progreso, el mismo que impide que se ponga en marcha el proyecto hospitalario que ya cuenta con un presupuesto aprobado nada menos que de 48 millones de soles.

Ocurre que el Ministerio de Salud recogió el clamor de los pobladores de El Progreso para convertir la posta de salud en un hospital de nivel I, petición que se sustentaba en la necesidad de contar con una infraestructura más importante de salud teniendo en cuenta la gran cantidad de pacientes que se atienden en esta Posta y la gran influencia de urbanizaciones, barrios y pueblos jóvenes que tienen alrededor.

Sin embargo, cuando los técnicos visitaron el lugar advirtieron que a solo 20 metros de la posta existe un mercado en el que se concentran cientos de personas diariamente, se genere gran cantidad de ruido, se promueve la inseguridad y, esencialmente, es un foco de acumulación de basura, factores que son incompatibles para el funcionamiento de un centro asistencial en donde se atenderán a personas convalecientes.

Por ello es que los representantes del sector salud solicitaron al entonces alcalde julio Cortéz Rojas que se reubique este mercado a efectos de poder emprender este proyecto, señalaron la necesidad que las autoridades generen las garantías necesarias para el funcionamiento de un futuro nosocomio y, fundamentalmente, para que se pueda garantizar la aplicación de una millonaria versión.

En otras palabras, el planteamiento es claro, si es que no se puede reubicar el mercado por renuencia o resistencia de los comerciantes entonces no se ejecuta el proyecto y se pierde la millonaria inversión que ya se encuentra aprobada por el ejecutivo, lo cual sería realmente un absurdo.

Por ello es que tras la reunión que sostuviera con los representantes del sector salud el burgomaestre convocó a los comerciantes, quienes ya antes habían tratado infructuosamente este tema con el suspendido alcalde Julio Cortez y mantuvieron su cerrada posición de mantenerse en el mismo lugar en la medida que consideran que tienen 40 años en este lugar y tienen derecho a trabajar dentro del marco eminentemente formal, pues tributan en el Municipio desde que se creó el mercado.

Sin embargo, frente a la posición pertinaz de los comerciantes surge la posición de los vecinos de este lugar, quienes entienden que la posta de salud es tan antigua como el mercado y tiene una importancia mucho más relevante que el centro de abastos, consideran que la atención de salud es prioritaria y por ello pide a la Municipalidad que reubique el mercado.

Lo cierto es que muchos chimbotanos hemos conocido la posta de salud de El progreso recién hace solo unos años, cuando en su primera gestión la ex alcaldesa Victoria Espinoza consiguió reubicar a miles de comerciantes informales que por más de tres décadas virtualmente invadieron las calles aledañas al mercado y, consecuentemente el sector de la posta de salud.

Los chimbotanos crecimos sobre una realidad lacerante en El Progreso, cientos de ambulantes informales tomaron las calles, generaban toneladas de basura que se acumulaban en cerros que eran extraídos oportuna o tardíamente por los carros recolectores, se había convertido en un foco de delincuencia por los robos constantes, sin embargo, en medio de todo ese barullo funcionaban tanto el mercado como la posta de salud.

Solo cuando desalojaron a todos los informales se ñudo conocer cómo era la Posta y quedó siempre funcionando junto al mercado, con el consiguiente aprovechamiento de informales que siempre se colocan en las puertas y alrededores y siguen generando desorden, tanto así que la municipalidad debía organizar operativos madrugadores para retirarlos.

Sin embargo, es evidente que los cambios en todos estos años, la vigencia de nuevas normas y el enfrentamiento a nuevas realidades, obligan a las autoridades a tomar nuevas medidas con relación al funcionamiento de mercado y hospital, no es posible que ambos se encuentren tan próximos y es evidente que se tienen que respetar el nuevo escenario legal.

Por ello es que el alcalde ha sembrado las bases para un entendimiento de ambas partes, si bien es cierto que los comerciantes exigen que se respete su derecho a trabajar y mantener un derecho adquirido por muchos años en ese lugar, también es cierto que la ley y la constitución garantiza el derecho a la salud y que miles de personas se beneficien con un servicio que escasea y es limitado en nuestro puerto.

De allí que se requiere una solución salomónica, el alcalde ha planteado alternativas como son la reubicación de los comerciantes a otro centro de abastos en el que se garantice la ubicación de los comerciantes o en todo caso que se cambie de giro y dejen de vender comidas, verduras y productos de pan llevar que generan la proliferación de basura para que se dediquen a la venta de ropa y artículos para el hogar que garantiza mayor limpieza que concilie con el funcionamiento próximo de un hospital.

Esperemos que en la mesa de trabajo se llegue a una conclusión, particularmente creemos que son los comerciantes los llamados a comprender que no se puede echar a perder una gran oportunidad para contar con una nueva y moderna infraestructura hospitalaria, menos aún se puede echar a perder una millonaria inversión que se tiene a la mano, de allí que con la reubicación no se perjudican porque se mantendrá incólume su derecho a trabajar y se les otorgará un lugar que resulte adecuado para que sigan realizando sus actividades. Ambos giros se mantendrán, lo que se tiene que garantizar es que no se perjudiquen con posiciones reacias y recalcitrantes.