Editorial

Editorial: ::: OTRA JORNADA EJEMPLAR :::

La natural pereza de un despertar de domingo no ha pasado inadvertida aun en la apoteosis de un proceso electoral tan importante como el de ayer en el que se ha decidido en las urnas las justas municipales y regionales en todo el país.

Por ello es que la masa electoral despertó después de las ocho de la mañana y congestionó la mayoría de centros educativos al promediar las 11.00 de la mañana, tal como se observó en el distrito de Nuevo Chimbote, en donde se concentra una gran masa electoral.

Lo importante es que la organización del proceso electoral, como ya se viene repitiendo en los últimos años, se tornó nuevamente impecable, pues aparte de algunas incidencias que nunca faltan, como la ausencia de miembros de mesa, la gran mayoría de centros de votación abrieron sus puertas apenas unos pocos minutos después de las 8.00 de la mañana, un promedio bastante positivo.

El desplazamiento de las fuerzas policiales y las fuerzas armadas ha sido virtualmente automático, conocen sus funciones al dedillo y lo más importante es que cuentan con conocimientos certeros de los centros de votación de tal suerte que no había necesidad de acudir a un coordinador de la ODPE o del JNE para asistir a los electores, ellos acudían al oficial de turno y éste tenía la información que necesitaba.

Esto hace, indudablemente, más ágil el proceso electoral, especialmente en circunstancias como la observada ayer en que los electores coincidieron en acudir al promediar el mediodía a las urnas y tugurizaron muchos ambientes de los centros de votación, una situación que hasta cierto modo se hizo complicada pero que no fue nada difícil de manejar para los organizadores.

De la misma manera, los periodistas que cubrieron información en los diferentes colegios acondicionados con las cámaras secretas, observaron que las garantías de imparcialidad estuvieron dadas y que los organismos de fiscalización estuvieron a la orden del día, los representantes del Ministerio Público se acreditaron en todos los planteles, los inspectores de la Defensoría del Pueblo se prodigaron en todas las aulas y, en esta oportunidad, se advirtió mayor presencia de personeros, situación que no sabemos si es producto del mayor número de candidatos en estas justas electorales.

Lo cierto es que todos los aparatos que dan vida a una fiesta electoral como la de ayer funcionaron a la perfección, lo importante es que la ciudadanía se volcó a las mesas de sufragio e hicieron oídos sordos a aquellos mensajes mediocres y pusilánimes que abogaban por el voto viciado, que arengaban a la ciudadanía a anular su cédula en rechazo a la clase política que se ha desprestigiado por la corrupción en los últimos años.

Si bien es cierto que los partidos políticos tradicionales, los políticos mismos representados en el parlamento Nacional han defraudado a la población, se han mostrado como elementos que fácilmente caen en el oportunismo y ventajismo, también es cierto que un proceso electoral no solo es una contienda entre corrompidos o de políticos tradicionales y personajes desacreditados.

Por el contrario, en una contienda electoral se presentan siempre nuevos cuadros, profesionales y técnicos que demandan a la población una oportunidad para demostrar su sapiencia y poder servir a la ciudad, gente que está al margen de los prontuarios que si tienen los políticos que mantienen sus ambiciones de acceder a la ubre estatal, empero, para eso está el sentido común, la prudencia y la responsabilidad de los electores.

Para ello los organismos electorales han puesto al servicio de los sufragantes los medios necesarios con los que se pudo conocer los antecedentes de los candidatos, sus propuestas y planes de gobierno, sus trayectorias y méritos, han echado mano de las herramientas tecnológicas para que los ciudadanos puedan ejercer un voto informado.

Esto lo ha venido diciendo y repitiendo la autoridad electoral desde que se convocaron los comicios, de allí que aquellos que solo alientan el escepticismo y que están disconformes de todo, lo único que hacen es generar desconcierto y desestabilización, lanzan campañas virtuales para perturbar el desarrollo del proceso electoral y se cogen de lo más fácil como es la existencia de corrupción en todos los niveles.

Empero, ayer la población no los ha escuchado, por el contrario, se ha advertido que como lo viene haciendo en los últimos procesos electorales., se ha volcado a emitir su voto y todos esperamos que lo hayan hecho pensando no solo el desarrollo de su pueblos, sino, fundamentalmente, decidiendo con las experiencias del pasado que de ninguna manera se pueden volver a repetir.

Aun no conocemos cuales son los resultados de estas justas electorales, ello será materia de un análisis posterior, por lo pronto, tenemos que congratularnos que la ciudadanía ha dado muestra, una vez más, de una madurez democrática encomiable, ha respondido a la expectativa de una autoridad electoral que ha bregado duro y parejo por entregarles un proceso limpio y transparente como ha sido el que se ha desarrollado el día de ayer domingo en todo el país.

Que ganen los mejores, que reciban el encargo ciudadano aquellos que realmente merecen la oportunidad de gobernar nuestra región y tengan el firme propósito de sacarla adelante, no se puede soslayar que Áncash ha sido duramente golpeada en los tres últimos procesos electorales como consecuencia, precisamente, de una ligereza imperdonable de un electorado que eligió lo peor a sabiendas de los antecedentes que tenían esas autoridades, todas las cuales terminaron en la cárcel.

Precisamente, las urnas tienen que haber determinado que han cambiado las cosas en nuestra región, que ya no queremos seguir lamentándonos con la elección de los peores sino que tenemos que haber dado vuelta a la página y aspirar a cosas mayores.

Estamos confiados que así será, por lo menos, esa impresionante vista de gente desplazándose de manera tranquila y segura a las mesas de sufragio nos alientan porque hemos vivido una nueva jornada electoral ejemplar, el comportamiento democrático de los peruanos da mucho margen a seguir pensando que estamos en un rumbo diferente.