Casi desapercibido pasó la última semana el acuerdo de concejo de la comuna provincial del Santa, mediante el cual se han aprobado los nuevos planes de desarrollo urbano y el plan de acondicionamiento territorial de la provincia del Santa, los cuales establecen los nuevos ejes de desarrollo en nuestra jurisdicción.
Fue el alcalde Roberto Briceño Franco quien destacó este hecho y señaló que estos nuevos estudios han sido financiados y ejecutados por el Ministerio de Vivienda a efectos de actualizar la información técnica que se tiene respecto a nuestra provincia, pues el estudio no solo comprende a Chimbote sino también otros distritos como Coishco y Santa.
Como arquitecto, el alcalde provincial sabe de la importancia de estos documentos porque contienen datos e información técnica que se necesita cuando se deben adoptar previsiones para la organización y el desarrollo futuro de la ciudad y se puedan instrumentar e implementar las normativas necesarias.
Si la memoria no nos traiciona, el Plan de Desarrollo Urbano de Chimbote fue elaborado en la década del 70 por la entonces urbanizadora de Chimbote, empero, al ingresar al nuevo siglo, en la segunda gestión del ex alcalde Guzmán Aguirre Altamirano, el Ministerio de Vivienda hizo ajustes y modificaciones necesarias a ese documento, especialmente en lo que concierne a la calificación de los terrenos.
Y es que el paso del tiempo, las nuevas condiciones de la sociabilización, las necesidades de vivienda, el crecimiento informal generado por las invasiones, etc, requiere que los gobernantes adopten medidas que se requieren para el progreso y desarrollo de sus ciudades.
Quienes frisan la base cinco y seis deben recordar que cuando eran jóvenes se promovían foros y conversatorios promovidos por los colegios profesionales y por las instituciones de la sociedad civil para proyectar el futuro de la ciudad, planteaban la necesidad de debatir en torno a las prioridades de desarrollo de la provincia.
Uno de ellos señalaba, por ejemplo, Chimbote al 2020, es decir, se proyectaban para lo que sería nuestra ciudad dentro de 30 ó 40 años y entre todos, es decir con el concurso de los profesionales, técnicos y pobladores, se planteaban la necesidad de barajar las mejores alternativas para nuestro puerto.
Recordábamos, por ejemplo, que se decía que el 2020 la provincia del santa ya debería contar con un proyecto Chinecas ejecutado y haciendo producir las miles de hectáreas que se deberían incorporar a la agricultura, ya se veían con un puerto con patio de contenedores y con equipamientos modernos, ya pensaban que tendríamos un aeropuerto de primer nivel y con tráfico aéreo diario, entre muchas otras proyecciones.
Lamentablemente, el 2020 nos encontramos en medio de una terrible pandemia y con los mentados proyectos casi en las mismas condiciones que tenían allá por 1980, no han avanzado absolutamente nada, la ineficiencia de nuestros gobernantes locales y la desidia de nuestros gobernantes nacionales nos han sumido a ello.
Esperemos que los nuevos Planes de desarrollo urbano representen esa piedra sobre la cual debe construirse con orden y planificación el futuro de nuestra provincia.