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ADVERTENCIA

El día de ayer se conocieron las impresiones del Director del Hospital Regional, José Guillermo Morales de la Cruz, señalando que se ha observado un leve incremento de pacientes contagiados con el Covid 19, mostrando los cuadros estadísticos que pone de manifiesto esta preocupante situación. Las afirmaciones del galeno se suman a las formuladas la semana pasada por el Director del Hospital La Caleta, quien dio a conocer también que se había registrado un incremento en el número de pacientes Covid. Solo faltaría conocer las impresiones de Gerente departamental de Essalud, Ramón de la Cruz, para conocer si esa misma tendencia se observa en los nosocomios de su institución, aun cuando asumimos que la cosa es similar. Y es que en esto solo hace falta un poco de sentido común, de leer y observar lo que ha sucedido en otros confines que han soportado la oleada de la pandemia y en este momento hacen frente a una segunda ola del virus. Ya se sabe cómo se comporta este virus, las medidas de levantamiento paulatino del confinamiento genera estos rebrotes, pues a la necesidad de reanudar las actividades económicas se suma la absoluta irresponsabilidad de muchos sectores de la población. nos referimos a aquellos que incumplen las normas sanitarias, los que van más allá de lo permitido y se prestan a las reuniones sociales, familiares y los fiesteros. Estos últimos son el estrato más descarado que existe en este momento, buscan y encuentran locales en donde se organizan fiestas en las cuales el ingrediente principal, es el licor, el baile y las prolongadas tertulias, todo ello en ambientes en donde no existe la protección que recomienda la pandemia, es decir, el uso de las mascarillas y el distanciamiento es lo menos que se tiene en cuenta. Y si a esto se suman las marchas y movilizaciones que se realizaron en todo el país hace dos semanas por los conflictos entre gobierno y parlamento, entonces se entiende este incremento de contagios y sospechamos que la tendencia seguirá subiendo, de ello no nos cabe la menor duda.

EN CADENA

Muchos se preguntarán por qué aludimos a las marchas y manifestaciones de las últimas semanas, pues es sencillo, porque ellas se constituyeron en foco infeccioso para el Covid 19. Esto no debería ser difícil de comprender y extraña que la ministra de salud, Pilar Mazzeti, siendo una profesional que conoce el tema, haya negado que estas marchas fueran peligrosas cuando es evidente que allí se dejaron de lado las únicas recomendaciones para evitar el contagio y propagación del virus, es decir, las mascarillas (que se las bajaban a cada momento) y el distanciamiento, al margen de la carencia de desinfección. Aquella versión que sostiene que los manifestantes eran jóvenes y que en estos casos el virus no los ataca, es solo una media verdad. Pues, en el supuesto negado que se acepte que todos los manifestantes eran jóvenes y su organismo tolera el virus, lo que no se toma en cuenta es que muchos de esos jóvenes son asintomáticos, y, su presencia en las calles significaba que regresaban a casa con el virus, tienen contacto con familiares adultos mayores y allí se produce el contagio. Es por ello que de todas maneras esas movilizaciones tienen efecto contagioso, las aglomeraciones solo generan un efecto en cadena y, tal parece, que hay quienes quieren seguir con una venda en los ojos.

MASCARAS

La Municipalidad Provincial del Santa debe escuchar los reclamos de los transportistas en relación a la nueva escala de multas e infracciones de las cuales son pasibles por infracción a los protocolos sanitarios determinados por una reciente ordenanza municipal. Ello porque en una de las infracciones se señala el incumplimiento de los pasajeros en el uso de las máscaras faciales. La queja se justifica en razón que la infracción no sería de los choferes sino de los pasajeros, y, si bien es cierto, el chofer tiene la responsabilidad por haber permitido que aborden el vehículo, no puede exigírseles lo contrario, es decir, que rechace al pasajero porque ese es su medio de vida. Lo que tiene que hacerse es presionar al pasajero, establecer una escala de multa para quienes no usen los equipos de protección adecuados, si para el trasporte púbico se exige protector fácil entonces que se le aperciba sino lo hace, pero amenazarse al chofer porque lo deja subir sin esa protección es un exceso en la medida que a ese ritmo saldrá y llegará a su destino con el auto casi vacío. Hay allí necesidad de reformular los patrones de las faltas.