Editorial

Y AHORA ¿QUIÉN DEFIENDE AL PARQUE METROPOLITANO?

Sobre cuernos, palos. La inundación que afecta varias calles y viviendas  del pueblo joven Villa María, definitivamente no es un problema unilateral como podría creerse. En este momento estaría por confirmarse que además de ello, existe otro gran daño colateral. En una acción ni más ni menos irracional, al dren que canaliza estas aguas provenientes de la zona agrícola de Tangay, ha sido bloqueado por construcciones aparentemente  ilegales que a su vez han puesto al descubierto otra gran amenaza. Se trata de la invasión del Parque Metropolitano, que como todo el mundo sabe es una zona declarada intangible.

Si existe en Chimbote un espacio natural severa y  despiadadamente amenazado por la mano del hombre, ese espacio no es otro que el Parque Metropolitano. Esta una de las pocas reservas de flora y fauna silvestre que todavía  subsisten a todo lo largo de la costa del Perú.  Es gracias a la conservación de esta invalorable reserva, que el mantenimiento del equilibrio ecológico y la lucha contra la contaminación ambiental de Chimbote y Nuevo Chimbote, aún pueden sentirse garantizados.

Sin  embargo y no obstante  la condición de intangibilidad que el Estado le ha otorgado al parque, más de los días se puede ver que un buen número de extractores ilegales arrasan indiscriminadamente con las reservas de flora natural que luego comercializan y han hecho de esta actividad un lucrativo negocio.  Pero también ahora se sabe  que son ellos quienes provocan los pavorosos incendios que más de los días reducen a cenizas extensas zonas de esta reserva natural.

Como si esto no fuera suficiente, a esta práctica ilegal se han  sumado ahora la acción de algunos empresarios que, no se sabe con autorización de quién,  han empezado a  levantar enormes cercos de material noble con la evidente intención de convertir al parque metropolitano en una ampliación de la zona industrial de Chimbote y Nuevo Chimbote. Nadie está contra la inversión privada y menos contra la creación de nuevas fuentes de trabajo, pero para eso abundan otros lugares. Las zonas intangibles se respetan.

Se sabe que la defensa y conservación del parque está  en manos de la municipalidad provincial del Santa.  Para eso se ha creado ahí una dependencia especial a cargo de un profesional y personal a dedicación exclusiva. Pero por todo lo que estamos viendo, pareciera que la labor de esta dependencia por ahora está refundida en el archivo de las buenas intenciones.

En la dirección regional de Agricultura funciona asimismo un área llamada SERFOR, dedicada a la protección de la flora y fauna silvestre. A ésta se suma la presencia de una Fiscalía Ambiental y asimismo de una Policía Ecológica. La pregunta que se cae de madura es entonces  ¿qué hace el personal de estas dependencias frente al problema que afronta el Parque Metropolitano?  .