Discotecas:<\/b><\/p>\n
Esta historia es ahora bastante conocida. Si un local no re\u00fane las condiciones reglamentarias para funcionar como discoteca, su propietario tiene a la mano una primera alternativa para sacarle la vuelta a la ley y de esa manera lograr que la municipalidad le otorgue una licencia de funcionamiento. Esta opci\u00f3n consiste en realizar la gesti\u00f3n como restaurante, actividad que por supuesto no exige la rigurosidad que debe acreditar un local nocturno. Una vez obtenida la autorizaci\u00f3n, el restaurante se convierte en discoteca y lo que viene despu\u00e9s ya consiste en saber sobrellevar la situaci\u00f3n.<\/p>\n
La segunda alternativa es ya un poco m\u00e1s sagaz pero al mismo tiempo m\u00e1s afectiva que la anterior. Esta consiste en ingresar la solicitud para el funcionamiento de una discoteca, a sabiendas que la petici\u00f3n va a terminar siendo denegada. Pero para eso, se busca llegar a un acuerdo previo con\u00a0 <\/span>alguien de \u201cadentro\u201d para que los documentos permanezcan encarpetados por un t\u00e9rmino de treinta d\u00edas. Ese es precisamente el plazo legal que, efectivamente, permite a todo usuario de la administraci\u00f3n p\u00fablica acogerse al beneficio del silencio administrativo y salirse con la suya.<\/p>\n Con o sin licencia, gracias al silencio administrativo el propietario de la discoteca termina consiguiendo lo que tanto quer\u00eda, abrir su local sin el menor problema. Eso, desde luego, sin importar para nada que se cumplan los planes de contingencia y de seguridad a favor de los usuarios, como exige para estos casos el Sistema de Defensa Civil.<\/p>\n Esta argucia, repetimos,\u00a0 <\/span>ya no es ninguna novedad. Lo sabe todo el mundo y as\u00ed ha quedado demostrado durante un operativo realizado el \u00faltimo fin de semana. En cumplimiento de esta diligencia,\u00a0 <\/span>la sub prefecta de la provincia del Santa y el\u00a0 <\/span>sub gerente de licencias de la comuna provincial intervinieron una conocida discoteca ubicada en el malec\u00f3n Grau. Cuando la sub prefecta pidi\u00f3 que le muestren la licencia municipal de funcionamiento, el propietario adujo que \u00e9sta se hallaba en tr\u00e1mite pero que el local estaba funcionando por obra y gracia del bendito silencio administrativo. La ley es la ley.<\/p>\n Pero ah\u00ed no qued\u00f3 todo. Cuando la subprefecta propuso al funcionario municipal\u00a0 <\/span>que proceda de acuerdo a ley y aplique una sanci\u00f3n al establecimiento por estar funcionando sin contar con el\u00a0 <\/span>certificado de Defensa Civil,\u00a0 <\/span>\u00e9ste simplemente se neg\u00f3. Todo parece indicar que a todos los establecimientos que se acogen al beneficio del silencio administrativo no se les puede tocar ni con el p\u00e9talo de una rosa.<\/p>\n Tal como lo inform\u00f3 el Diario de Chimbote, el mismo funcionario se neg\u00f3 d\u00edas antes\u00a0 <\/span>a proporcionar a la sub prefecta el nombre de las discotecas y otros establecimientos afines que vienen funcionando en diversos lugares de la ciudad sin tener licencia municipal ni certificado de defensa civil. \u00bfSe puede llamar a eso principio de autoridad?. A ese paso, Chimbote no est\u00e1 lejos de convertirse en el para\u00edso de las discotecas sin licencia.<\/p>\n Cuidado. Las normas exigen a estos locales una serie de requisitos relacionados con el aforo, instalaciones el\u00e9ctricas, sonido y salidas de emergencia. Como se ha visto aqu\u00ed y en otros lugares del mundo, una discoteca que no re\u00fana estas condiciones de seguridad termina siendo una trampa mortal y eso no se arregla con el silencio administrativo. Por el contrario, eso aumenta el riesgo.<\/p>\n El orden y la seguridad no imponen guardando silencio ni lav\u00e1ndose las manos detr\u00e1s de un escritorio. Eso se logra imponiendo autoridad en las calles.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Discotecas: Esta historia es ahora bastante conocida. 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