{"id":91801,"date":"2023-02-22T02:26:52","date_gmt":"2023-02-22T07:26:52","guid":{"rendered":"https:\/\/diariodechimbote.com\/?p=91801"},"modified":"2023-02-22T02:55:36","modified_gmt":"2023-02-22T07:55:36","slug":"protecciones-que-necesitamos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/diariodechimbote.com\/2023\/02\/22\/protecciones-que-necesitamos\/","title":{"rendered":"PROTECCIONES QUE NECESITAMOS"},"content":{"rendered":"

ALGO M\u00c1S QUE PALABRAS<\/p>\n

\u201cPedimos ese apoyo psicosocial de cercan\u00eda entre corazones, con rincones acogedores y lugares seguros, al menos para poder descansar y hacer camino\u201d.<\/i><\/b><\/p>\n

V\u00edctor CORCOBA HERRERO\/ Escritor <\/b>corcoba@telefonica.net <\/b><\/p>\n

En una \u00e9poca enfermiza, recargada por una crisis sobre otra crisis, necesitamos marcar prioridades para detener los tormentos. Quiz\u00e1s la primera protecci\u00f3n deba ser, la de preservarnos del aislamiento social. Esto nos exige, de manera innata, el volvernos pr\u00f3ximos con el pr\u00f3jimo. En definitiva, ser m\u00e1s colaboradores y cooperantes entre s\u00ed, disponibles y solidarios. T\u00e9ngase en cuenta que nadie vive por s\u00ed mismo. Sea como fuere, estamos carentes de abrazos, de recibir una sonrisa o un acompa\u00f1amiento en el dolor, lo que nos demanda reagruparnos en nuestras miradas, para sentir el fuego de las entretelas en las pupilas del alma. Las emergencias continuas, unidas a las riadas de refugiados que huyen de guerras o de cambios clim\u00e1ticos, recuerdan lo sustancial que es hallar a alguien que te tienda la mano y te done su tiempo, o que te haga sentir en familia con la simple escucha. Desde luego, cada contienda es una humillaci\u00f3n a nuestro propio esp\u00edritu sist\u00e9mico, al inviolable derecho de los pueblos a la paz. Si acaso, pongamos la imaginaci\u00f3n a buen recaudo y, de este modo, inspirarnos como poetas en guardia.<\/p>\n

El subsiguiente amparo del que nos tenemos que resguardar, es el de los desastres circunstanciales. Las modificaciones ambientales, totalmente irrespetuosas en multitud de ocasiones con la naturaleza, han multiplicado los eventos atmosf\u00e9ricos extremos, con efectos tr\u00e1gicos para los moradores. Todo parece indicar que el planeta tiembla enfurecido y tambi\u00e9n muestra su rostro cruel, aplastando consigo a sus inhumanos destructores, que al final somos todos. Debi\u00e9ramos entender m\u00e1s pronto que tarde la situaci\u00f3n; pues hemos sido llamados a proteger el mundo, no a devastarlo, y s\u00ed a cuidar nuestra propia atm\u00f3sfera. Seguramente, tendremos que formar las conciencias para que los bienes comunes,\u00a0 <\/span>dejen de ser derrochados, abandonados o sean solo para beneficio de unos privilegiados. No hay mejor intercesi\u00f3n, sin duda, que aprender a custodiar lo que se nos ha entregado. Por consiguiente, pedimos ese apoyo psicosocial de cercan\u00eda entre corazones, con rincones acogedores y lugares seguros, al menos para poder descansar y hacer camino. Tal vez a caminar por este cosmos, se aprenda amando a todos los seres humanos bajo este cielo. Ser\u00e1 cuesti\u00f3n de ejercitar la misi\u00f3n.<\/p>\n

Sea como fuere, cada d\u00eda son m\u00e1s las personas hundidas en la desesperaci\u00f3n, que han de enfrentarse a condiciones adversas que alteran su salud mental, lo que requiere sentirse protegidas para poder reconstruir sus vidas. En consecuencia, son tan vitales los Estados sociales y democr\u00e1ticos de derecho, como las organizaciones humanitarias, para implementar una respuesta multisectorial que de salvaguardia existencial, en un orbe cada d\u00eda m\u00e1s temible y terrible, donde crece la inseguridad alimentaria, la violencia y los desplazamientos. En este sentido, en muchas partes del espacio viviente el socorro humanitario no reemplaza la asistencia para el desarrollo, lo que nos s\u00faplica una mayor implicaci\u00f3n por las energ\u00edas humanas conjuntas, recordando que no hay mayor defensa que la del reencuentro con el amor, la \u00fanica po\u00e9tica que nos dignifica, lo que nos hace fuente de vida en poes\u00eda, y no en poder, en justa convivencia social y no en injusto inter\u00e9s de mercado. Conviene recordar, que un bello sue\u00f1o nace en el instante preciso y precioso, en el que dos voluntades juntan sus labios para o\u00edr un te quiero, bes\u00e1ndose.\u00a0 <\/span>Demasiadas l\u00e1grimas y sangre han derramado ya, nuestros predecesores, para que tomemos la iniciativa de salir de estos caminos inseguros y mortecinos. Esto nos debe hacer pensar en otros itinerarios m\u00e1s contemplativos en la formaci\u00f3n de la mente y el alma. En consecuencia, no hay que resignarse, sino batallar porque toda la humanidad tenga iguales derechos y obligaciones, a su realizaci\u00f3n de caminante en disposici\u00f3n de vivir y de ayudar a vivir, de volar y de dejar elevarse en conjunci\u00f3n con la estima hacia toda savia. Tampoco precisamos un ardor guerrero, sino una d\u00f3cil y paciente calma que nos armonice y fraternice, tanto entre nosotros como con aquello que nos rodea. Estos valores y estos principios, avalados por el sentido com\u00fan, tambi\u00e9n han de ser asistidos y apoyados por un proceso pedag\u00f3gico que favorezca la moderaci\u00f3n en nuestros movimientos y la tutela de nuestro com\u00fan h\u00e1bitat. De lo contrario; cada ser ser\u00e1 un verso destruido, incapaz de anidar en el universo de lo arm\u00f3nico. Por ello, tan necesario como el aire es el sosiego para poder sentirlo a todas horas.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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