La Fiscalía Especializada en Criminalidad Organizada considera en su disposición, que el crimen en contra de Hilda Saldarriaga Bracamonte, “la mama” sería uno más de los cometidos por la organización criminal liderada por exfuncionarios del gobierno regional de Ancash, cuyo móvil fue silenciar a quien en esa época era considerada como una testigo importante y relevante para el esclarecimiento del atentado realizado presuntamente por el mismo grupo el día 20 de julio del 2010 contra Ezequiel Nolasco Campos, donde resultó muerto su hijo político Roberto Carlos Torres Blas, como consecuencia de la acción ilícita de sicarios a favor de la organización.
Es así que luego de revelada y conocida la fuente (testigo Hilda Saldarriaga Bracamonte), quien detalló las identidades de los presuntos autores de dicho crimen entre otros pormenores, empezó a ser asediada por la organización, recibiendo dádivas permanentes y constantes con la finalidad que no contara la verdad, habiéndose encargado a Luis Arroyo Rojas tal silenciamiento.
Este último a su vez, contactó a Ricardo Patiño Marmanillo a fin que sea el intermediario entre ellos y la víctima Saldarriaga Bracamonte para lo cual en reiteradas ocasiones, le entregaron cantidades de dinero al intermediario para que a su vez sean destinados a la testigo, conllevando a que la misma se muestre desleal con la información brindada durante el desarrollo de las investigaciones ante las autoridades competentes (Fiscal Lorenzo Javier Melgarejo).
Esta labor de intermediario se le otorgó a Patiño Marmanillo por dos hechos puntuales, el primero porque se trata de un miembro de la Policía Nacional en actividad y como tal había participado en varias investigaciones y/o acciones policiales donde se encontraba involucrada Saldarriaga Bracamonte y en segundo lugar, porque existía una estrecha amistad y/o afinidad entre ambos, pues inclusive, el efectivo policial fue padrino de la hija de la testigo.
Asimismo, la Fiscalía señala que la organización criminal contó con el apoyo e intervención constante de Sheila Ethan Ramírez Policarpio, quien en esa época se desempeñaba como abogada de la agraviada y lejos de actuar dentro de los parámetros de su profesión y los cánones éticos, también se ocupó de incentivarla, entregándole sumas de dinero que recibía de la organización, con la finalidad de mantenerla callada y que desvíe los aportes iniciales que brindó al esclarecimiento del atentado, cambiando de versión.
 De estos hechos se llegó a enterar Ezequiel Nolasco Campos logrando obtener evidencia de dichas entregas de dinero por parte de la organización a través de Patiño Marmanillo, interponiendo la denuncia respectiva y proporcionando como material audiovisual discos compactos (CD) que contenían grabaciones de las conversaciones sostenidas entre Hilda Saldarriaga y Ricardo Patiño, generándose la investigación (Nº 648. 2011) contra ambos por encubrimiento real. Y fue en esta investigación donde Hilda Saldarriaga fue citada para ser sometida a una pericia fonética para efectos de homologar su voz con las contenidas en el disco audio visual, citaciones a las cuales nunca llegó, pues fue asesinada en la víspera.