LA MISMA
Los hechos registrados el último sábado al caer la tarde, cuando culminaba la exitosa marcha contra la violencia hacia la mujer desdibujaron un tanto el final feliz que todos esperaban. Ello porque, paradójicamente, fueron dos mujeres las que se mostraron violentas contra otras mujeres que estaban a cargo de la organización de este evento y solo trataron de cumplir la directivas que se habían difundido hasta el hartazgo. Se dijo con antelación que no era una marcha política y que se iba a impedir que las autoridades y políticos aprovechen esta movilización para sacar ventaja proselitista, como suelen hacerlo, por ello se determinó que no estarían al frente de la marcha, sino en la parte final, como tampoco subirían al estrado principal. Sin embargo, quienes no respetaron esta directiva fueron, infortunadamente, la suspendida alcaldesa Victoria Espinoza García y la congresista María Elena Foronda Farro, quienes demostraron que les interesaba un comino los fines y objetivos de esta manifestación y solo buscaban que figurar, querían aparecer en las fotos y hallar protagonismo. Para ello buscaron que subir al estrado principal a como dé lugar, a pesar que se les había advertido que no podían hacerlo, empero, hicieron alarde de lo que en ese momento se estaba rechazando, es decir, ejercieron violencia contra mujeres que solo trataban de poner orden y concluir con el éxito que ya tenía esta movilización. Las imágenes son elocuentes, se encuentran en las redes sociales, las captaron los periodistas y ciudadanos, no se puede negar lo que es innegable. Victoria Espinoza ha diseminado a través de sus principales colaboradores y ayayeros que ha cambiado después del capítulo judicial que le tocó vivir, que ha reflexionado en todo este tiempo que tuvo que mantenerse como fugitiva de la justicia y que iniciará una nueva etapa en su quehacer político como autoridad municipal. Sin embargo, lo que han visto los periodistas el último sábado es el mismo afán de figuración, la misma altanería y soberbia que la caracterizaron, es la misma de siempre, no ha cambiado un ápice y todo indica que en esas condiciones retomará el timón municipal.
DESCUIDO
Lo que no entendemos cómo es que sus principales colaboradores no impidieron que haga semejante papelón, donde estuvo el alcalde Julio Cortéz para hacerla entrar en razón que el estrado no era el lugar para ella porque así estaba determinado. El mismo alcalde la acompañaba en la marcha y se colocaron, como estaba pre establecido, en la penúltima fila, todo marchaba correctamente, era lo que se esperaba de las autoridades, empero, al llegar a la Plaza de Armas y organizarse un show con presentaciones y discursos, la suspendida alcaldesa no quiso ser más cabeza de ratón ni cola de león, se le llenó de sangre la cabeza y apuntalada por su portátil, aunque parezca increíble también de mujeres, emprendió la marcha hasta subir a empujones al estrado diciendo que ella también era una víctima. Todos se miraron sorprendidos. ¿Victima? ¿De qué o de quién?. ¿Acaso de violencia familiar? Porque no nos imaginamos que se califique como víctima de la justicia. Todos en Chimbote saben que la suspendida alcaldesa no ha sido víctima de un fallo abusivo, por el contrario, ha resultado favorecida con una ejecutoria suprema que solo ha generado rechazo y ha complicado seriamente el panorama judicial a nivel nacional. Eso lo dicen los mismos juristas y los magistrados que han quedado sorprendidos no solo por la forma como se avaló la impunidad sino que el magistrado supremo que justificó semejante decisión la emprendió con agravios contra los jueces y fiscales que juzgaron. No mojen que no hay quien planche.
PEDIDO
Los vigilantes del Ministerio Público han mostrado su preocupación por el retraso en sus pagos por parte de la administración, al extremo que algunos arrastran deudas desde hace cuatro meses. Llama la atención que en una entidad que está debidamente organizada y esquematizada, que cuenta con una planilla nacional que se maneja desde la central de la fiscalía de la nación, puedan surgir esta clase de impases, inclusive, no son los únicos, también los servidores de limpieza han padecido problemas similares. Sobre estos últimos, el caso estuvo relacionado nada menos que con la empresa de propiedad del detenido Geraldo Oropeza, cuya familia gerenciaba la empresa de servicios que quedó abandonada luego del estallido del escándalo que derivó luego del ataque al automóvil Porsche de Oropeza y como consecuencia de su vinculación con la red de narcotráfico en la que se vio envuelto, incluso, todos esos temas de la persecución del delincuente “caracol”. Lo cierto es que esos trabajadores fueron incorporados a las planillas del Ministerio Publico, empero, desde entonces se registran retrasos y demora en el pago de los servidores, algo que nunca había ocurrido en el Ministerio Público. Repetimos es una entidad que se maneja con un presupuesto debidamente planificado al empezar el año, esperemos que se acuerden de los vigilantes de la sede de Chimbote que están pasando penurias según han confiado a los periodistas, pero sin poder identificarse por temor a las naturales represalias