La tarde de ayer fue sepultada en el cementerio de la ciudad Zoila Valdivia Paz la tan conocida luchadora sindical Tia Sara o Tia Sarandonga. La asistencia de gente no reflejó las muestras de dolor que por la red social facebook muchas personas dijeron sentir, lamentando su deceso y ensalzando su figura. Prefirieron pasar su domingo en diversión.
Estuvieron presentes dirigentes del Sindicato de Empleados y de Trabajadores de Sider Perú, siderúrgicos jubilados o despedidos casi ninguno trabaja actualmente, dirigentes sindicales de otros gremios, del Frente de Defensa, moradores del barrio El Progreso con quienes la Tía Sara se familiarizó, la Comisionada de la Defensoría del Pueblo, Roslin Villanueva Ramírez; el médico odontólogo Pedro Miranda quien le dio la oportunidad de actuar como actriz aficionada en la obra teatral “Moncada” y el ex regidor Percy Robles Guibovich.
También estuvo participando su hermana y hermano llegados de Lima así como el único hijo, Jorge, que vive en Chimbote y María Bedia Bobadilla, Secretaria del Sindicato de Trabajadores de Sider Perú quien ha conocido muy de cerca a la Tia Sara.
El féretro salió del Sindicato de Empleados hacia la Plaza de Banderas donde la poca asistencia de personas le rindió el homenaje del pueblo y posteriormente la pasearon pasando por la Municipalidad Provincial del Santa en agradecimiento a la alcaldesa Victoria Espinoza García por haber ayudado a pagar el costoso nicho cobrado por la Beneficencia Pública y disponer que la banda de Músicos de la comuna acompañe a este acto de dolor.
Posteriormente, la romería siguió hasta llegar el Sindicato de Trabajadores de SiderPerú de donde también la despidieron y luego se dirigieron el camposanto donde el párroco ofició una misa.
Antes de ingresar el ataúd con los restos de Zoila Valdivia en el pabellón Juan Bautista fila C nicho 26 hicieron uso de la palabra varios dirigentes sindicales como la hermana de la Tía Sara y su hijo para agradecer el cariño que le han brindado siempre a la fallecida.
Wenceslao Risco Zúñiga y Rubén Ruiz narraron pasajes de la lucha sindical de la Tia Sara siempre cumpliendo su rol de distribuir volantes, participando en manifestaciones en las que se enfrentaba a los policías que reprimían a los siderúrgicos golpeándolos.
Finalmente al son de la música que en vida bailó y en medio de aplausos fueron sepultados los restos de la Tia Sara quien inicialmente entre los pescadores la llamaban Sarandonga en alusión a una movida canción de Los Compadres, pero que los siderúrgicos la variaron a Sara tras el éxito de la huelga de los 52 dias entre finales del año 1977 y enero de 1978.