Editorial

Editorial: ::: PEDIDO DRAMÁTICO :::

La alcaldesa provincial Victoria Espinoza García, en su condición de Presidenta del Comité Provincial de Seguridad Ciudadana y la plataforma de Defensa Civil, ha solicitado la intervención del Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ante la emergencia que enfrenta la provincia del Santa.

En una primera evaluación realizada por todas las autoridades de la provincia se dio a conocer que las lluvias torrenciales del martes por la noche, los huaicos y desbordes de los diferentes ríos han dejado como saldo cuatro personas desaparecidas, nueve puentes destruidos y más de 200 mil personas damnificadas.

Seguramente muchos puedan dudar de las cifras, sin embargo, la realidad nos dice que en efecto la secuela del diluvio que soportamos la noche del martes ha sido dolorosa, ha dejado incalculables daños en la agricultura, en el sector vivienda y en las vías de comunicaciones, no solo colapsaron los sistemas de saneamiento, se dispuso el corte de energía por sectores, se interrumpió el suministro de agua, el sistema de desagüe colapsó, las comunicaciones se interrumpieron en la mayoría de operadores, en fin, la situación es mucho más grave de lo que muchos pensaron.

Y es que hoy si es posible hacer una comparación con los efectos registrados en la llegada del fenómeno de El Niño el año 1983 y podemos decir que en esta oportunidad la secuela es mucho peor, basta echar una mirada a lo que ha ocurrido en el vecino distrito de Coishco en donde una quebrada que se encontraba inactiva por muchísimos años y por donde discurre una vertiente del río Santa, de aquellos que los agricultores solo utilizan como acequia para regadío, virtualmente arrasó la carretera Panamericana Norte y dejó incomunicado a Chimbote con el norte del país.

Se trata del río “shisho” que parecía mas inofensivo de toda la zona de Coishco, empero, por allí descendió un huaico que arrasó la pista y se llevó de encuentro una vivienda que quedó destruida, empero, afortunadamente, sus ocupantes pudieron ponerse a buen recaudo de manera milagrosa.

Pero si esto ocurría en Coishco, el peligro se hacía latente en la zona sur, específicamente en el sector de Huambacho y toda la zona agrícola de Samanco que soportaba las arremetidas del Río Nepeña, más conocido por lugareños como Río Loco que estaba totalmente cargado y amenazaba con desbordes.

Finalmente, la fuerza de la corriente se llevó de encuentro la carretera Panamericana y ha consolidado un círculo bastante peligroso para nuestro puerto como es el aislamiento por el norte como por el sur, de allí que es imperativo que intervenga de una buena vez el gobierno central ante la defección del gobierno regional de Ancash.

La propia alcaldesa Victoria Espinoza lo ha dicho en conferencia de prensa, si es que definitivamente no se recibe ayuda del gobierno regional, como increíblemente ocurre en estos días, solo queda esperar la voluntad del gobierno central y por ello se tendrán que dirigir al premier Fernando Zavala con la finalidad que se inyecte recursos que permitan a las autoridades terminar de hacer frente a los estragos de la naturaleza y poder recuperarnos de los graves daños que ha dejado hasta el momento.

Pero esta intervención ya no puede quedar a la voluntad de los altos representantes del Gobierno sino que ya se impone en la medida que los huaicos se han llevado de encuentro una vía nacional como es la carretera Panamericana en los tramos, en la zona de Coishco y en Huambacho, por lo tanto urge que el Ministerio de Transporte desplace maquinaria con la finalidad que recupere lo mas pronto posible el tránsito en esos sectores.

No se puede dejar de monitorear y seguir el curso de lo que ocurre con el río Lacramarca, hasta el momento el tránsito de las personas de un extremo a otro se puede realizar porque los vehículo pueden pasar por el nivel de las aguas que han invadido la pista, sin embargo, si las lluvias persisten o se incrementan en su intensidad, ese tramo también será cortado porque así lo ha demostrado la experiencia en años anteriores.

Justamente, hay que agradecer el divino creador que después de la descomunal lluvia que soportamos los chimbotanos la noche del martes, no se haya registrado una nueva precipitación de esa intensidad, recordemos que después de ese diluvio no volvió a llover durante todo el día miércoles, salvo en horas de la noche en que se retomaron las precipitaciones pero en volúmenes mucho menores, sin la preocupación o la emergencia que se generó en la víspera.

Esto ha sido importante porque ha permitido a las autoridades recuperar algo de los daños registrados, ha permitido que los ríos no sigan cargándose y se convierten en huaicos que en otros lugares ya ha legado a la zona urbana.

El ejemplo del río “Shisho” en Coishco nos advierte que nadie está libre de esta clase de desbordes y de arremetidas violentas de la naturaleza, en Trujillo hay sectores que jamás imaginaron que podrían vivir esa clase de emergencias que solían verlas solo en la televisión, sin embargo, un huaico que se ha deslizado en medio de las calles de “El Porvenir” les demostró que frente a la naturaleza no se pude predecir nada.

En lo que respecta a Nuevo Chimbote sus calles han quedado empolvadas por el huaico de menor intensidad que se deslizó del canal “Belén” y que afectó mayormente al A.H. Los Geranios, de allí que hay que calcular que cualquier sector por donde se desplace un brazo o vertiente de los ríos lacramarca, Santa, Casma o Nepeña puede convertirse en seria amenaza para las poblaciones.

Hay que estar preparados para lo peor, las imágenes que estamos difundiendo los medios de comunicación lo demuestran y esperemos que lleguen a conocimiento de la plana mayor del Gobierno Central, son ellos lo que tienen que intervenir para apoyar en la prevención y la reconstrucción del desastre, el gobierno regional es una lágrima, una decepción total, por ello el pedido dramático de la alcaldesa para que el Ejecutivo ponga sus ojos en nuestra provincia responde a la difícil realidad que vivimos. Esperemos que esto se concrete para que la desgracia no siga creciendo.