El último fin de semana, la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema anunció a través de su portal la ejecutoria final relacionada con el recurso de nulidad planteado por el suspendido gobernador regional Waldo Ríos Salcedo y mediante la cual pretendía que se deje sin efecto la condena de cinco años de cárcel efectiva que le impuso la Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Ancash.
Los magistrados supremos dirimieron este recurso declarando no haber nulidad en la sentencia recurrida y confirmaron la pena impuesta al encarcelado Ríos Salcedo así como a sus co sentenciados Joaquín Santiago Romero, Rafael Suito Saco Vértiz y Rosario Roldan Palma, a los dos últimos de los cuales redujo la pena de cinco años a cuatro años y medio de cárcel efectiva.
De la misma manera, el fallo reduce el tiempo de inhabilitación para la función pública establecida en la sentencia de tres años a dos años y medio, con lo cual da por agotada la vía penal en el primer juicio que concluyó de Waldo Ríos Salcedo, existiendo aun en ciernes otros dos juicios que están por finalizar y sendas investigaciones iniciadas a raíz de su actuación como presidente regional desde el año pasado.
La decisión final de la Corte Suprema significa que Waldo Ríos deberá cumplir los cinco años de cárcel en el penal de Huaraz y que, en el ámbito político, el consejo regional de Ancash deberá vacarlo del cargo por causal de condena definitiva por delito doloso, con lo que perderá finalmente todo vínculo con el gobierno regional.
De esta manera termina el complicado retorno de Waldo Ríos a la política y que representa un segundo revés judicial que, en esta oportunidad y a diferencia del ocurrido hace muchos años atrás, se quedará recluido en una celda por cinco años.
Muchos deben recordar que Waldo Ríos, un personaje pintoresco y folclórico dentro de la política regional y nacional, apareció a finales de la década del 90 como alcalde de Huaraz y desde ese cargo apuntaló su postulación al congreso de la república, al cual llegó en momentos que la política era corroída por la corrupción y cayó en manos del ex asesor Vladimiro Montesinos Torres quien se encargó de convencerlo con un sobre de 10 mil, dólares para que fuera un topo de la oposición y que termine votando en el hemiciclo a favor de los designios fujimontesinistas.
Por ese hecho Waldo Ríos terminaría sentenciado a cuatro años de pena condicional, en fallo confirmado por la Corte Suprema y que le impidió postular en siguientes elecciones hasta que se presentó a la última elección regional del año 2014, ocasión en la que se le seguía recordando este antecedente que el Jurado Electoral de Huaraz no quiso merituar sino hasta que la propia Corte Suprema aclaró que el entonces candidato no estaba rehabilitado por no haber cancelado el monto de un millón de soles por concepto de reparación civil.
Sin embargo, el Jurado Nacional de Elecciones permitió que siga participando en la segunda vuelta electoral bajo el argumento que al no haberse observado esta descalificación antes de los comicios no se le podría restringir el derecho de seguir participando, advirtiendo que en caso que gane los comicios no podría juramentar sino hasta que se rehabilite cancelando la reparación civil.
Finalmente esto es lo que ocurrió, su vicepresidente Enrique Vargas Barrenechea, un desconocido que afirmaba ser chef internacional con estudios en Chile, prestó juramento y comenzó este periodo de gobierno regional y lo desempeñó deslucidamente hasta mayo del año 2015, cuando Waldo Ríos se presentó ante las autoridades judiciales cancelando el millón de soles que le donaron nueve personas que aducían eran empresarios altruistas que querían que el candidato que ganó en las urnas asuma el cargo.
Ya es historia conocida que esta donación estuvo contaminada de manejos bajo la mesa que a la fecha son materia de una investigación judicial que envuelve a todos los que se vieron involucrados, tantos los donantes como el donatario y terceras personas que habrían tomado parte en la triangulación de lo que a todas luces representaba un negociado.
Sin embargo, todo esto será materia de otras sentencias que se dictarán en el curso de los próximos meses, en este momento lo que importa es que la Corte Suprema ha validado la condena contra Waldo Ríos Salcedo, lo que significa que en la región operarán cambios inmediatos, comenzando por la vacancia del suspendido gobernador hasta la elección de un nuevo vicepresidente, acto que cobra inusitada importancia si tenemos en cuenta que el gobernador provisional enfrenta a la fecha un juicio que, en el mismo sesgo de su antecesor, puede dejarlo también fuera del cargo.
Es una lástima lo que ocurre en nuestra Región Ancash aun cuando es el fiel reflejo de lo que ya se avizoraba con la desastrosa decisión de las urnas que encumbró en el máximo cargo regional a un personaje huachafo y estrafalario, cuyas acciones y declaraciones solo generaron burlas y chacota, como el solo hecho de juramentar tres veces en el cargo.
Pero si nos atenemos a los hechos, este era el derrotero de un político que siempre se desempeñó en un campo minado, cuyas acciones y actuaciones estuvieron aderezadas de manejos turbios y discutidos, de un hombre que no tuvo capacidad y experiencia para manejar nada, menos aun una Región en donde solo puso las cosas de cabeza.
El fallo final de la Corte Suprema ha sido el previsible final que muchos advertíamos desde hace mucho tiempo, las pruebas actuadas en juicio lapidaron a Waldo Ríos, así lo declararon los jueces que estuvieron a cargo del proceso penal y así lo ha convenido la Corte Suprema al confirmar de manera definitiva que el controvertido ex gobernador regional debe permanecer cinco años tras las rejas.
Que quedé este caso como ejemplo para otras autoridades que reniegan de la transparencia y honestidad en el ejercicio del cargo público, que entiendan de una buena vez que si es que reciben el respaldo popular es para que sirvan a las mayorías, para que trabajen en función a los intereses del pueblo, mas no para lucrar y enriquecerse. Si piensan solo en esto último que se hagan la idea que. a la larga, van a terminar como Waldo Ríos que pensaba que después de 15 años nada la pesaría por todo lo malo lo que hizo como alcalde de Huaraz, pero la realidad le ha demostrado que la justicia tarda pero llega.