Aún cuando a nadie le quepa duda que la zona norte y fronteriza del país ha sido una de las más afectadas por los desastres generados por el “Niño Costero”, por las lluvias torrenciales, los huaicos y desbordes, no menos cierto es que la Región Áncash ha sido también una de las más golpeadas por la naturaleza, incluso, la ciudad de Huarmey quedó bajo barro como ocurrió en la región de Piura.
Por ello es que los balances e informes finales de las autoridades regionales de Defensa Civil nos muestran cifras realmente preocupantes y que ponen de manifiesto que la emergencia nos generó serios estragos en diversos pueblos, especialmente en la zona costa.
De acuerdo al informe elaborado por el COER Ancash y que debe haber sido entregado la tarde de ayer a las autoridades del gobierno nacional así como al jefe de la autoridad de la Reconstrucción con Cambios, entre los meses de marzo y abril, cuando se registró la emergencia por los fenómenos naturales, se ha registrado 23 muertos y un desaparecido en toda nuestra región, una cifra bastante alta y lamentable.
De la misma manera, han resultado 112 personas heridas mientras que los damnificados son 862 mil, al margen de las enfermedades que forman parte de la secuela de las intensas lluvias, así como de los daños en inmuebles públicos y privados a causa de los desbordes y los huaicos que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.
Entre estas cifras se han especificado aquellos que sufrieron daños menores y las familias que perdieron todas sus pertenencias, inclusive, en materia agrícola han sido los sembríos y las cosechas que fueron arrasados por la fuerza de las aguas.
De la misma manera, han merecido un capítulo especial los daños registrados en las instituciones educativas que son cuantiosos en la medida que la lluvia no solo ha generado inundaciones sino que han destruido techos, han diezmado la precaria infraestructura de muchas de ellas, mientras que en el sector salud la cosa no es distinta en la medida que los centros asistenciales funcionan en locales que no cuentan con sistemas que les permitan enfrentar esta clase de emergencias.
Para tener una sola idea, hay que recordar que el hospital de Salud de Huarmey colapsó por completo, sus equipos se perjudicaron con una impresionante inundación, por ello es que en esa jurisdicción se estableció un hospital de Campaña y se ha decidido construir un nuevo nosocomio para que se pueda otorgar un servicio de salud adecuado.
El balance final, ese que ha recabado el nuevo Gobernador Luis Gamarra Alor no muestra a una región que haya afrontado sin apuros la emergencia sino, por el contrario, confirma todo lo que los medios de comunicación estuvimos informando en esas dolorosas semanas, cuando la inclemente lluvia fue capaz de socavar todos los servicios por espacio de dos días, incluido el desabastecimiento de agua en el distrito de Nuevo Chimbote porque las entidades no fueron capaces de rehabilitar el canal de Chinecas en menos de una semana como debería suponerse.
Por ello es que ahora se tiene una tarea mucho mas complicada por delante, se tiene que plantear las bases para una reconstrucción real y efectiva, que no se repitan las vergonzosas experiencias de antaño como ocurrió en Pisco en donde se derrocharon los millones destinados a la reconstrucción de un pueblo que se vio asolado por un violento sismo, se tiene que trabajar en función a las necesidades de la población con funcionarios y empresas que no solo piensen en sacar el mayor provecho posible.
Hay aún en los distritos de la provincia del Santa pueblos que se mantienen en ruinas, en Jimbe y Macate la lluvia ha generado serias complicaciones, la semana pasada la propia alcaldesa señaló que existen aún anexos de Cáceres del Perú que están aislados por los deslizamientos en las carreteras.
Esperemos que la presencia de las autoridades de la reconstrucción la tarde de ayer en Chimbote haya sentado las bases de un trabajo decidido y transparente por el bien de una región golpeada como es Ancash, tanto por el Niño Costero como por los malos gobernantes que han terminado tras las rejas.
CORRUPCION VIGENTE
Un Fiscal de la provincia de Huari, en la jurisdicción de la Corte Superior de Ancash, se encuentra en condición de prófugo de la justicia luego que la autoridad judicial, ha pedido de la propia Fiscalía, dictaminó una orden de detención preliminar en su contra por delito de cohecho pasivo específico.
El protagonista de estos hechos es el Fiscal Crisanto José López Papa, titular de una Fiscalía Provincial de Huari que fue denunciado por un ciudadano a quien le exigió una coima de 12 mil soles para los efectos de archivar la denuncia que pesaba en su contra.
Aún cuando el agraviado le había depositado 10 mil soles en sus cuentas, el Fiscal le exigía el saldo de dos mil soles por lo que decidió entregárselo en efectivo en una cita en la que los esperaba la Policía y Fiscalía anticorrupción que habían recibido con antelación la denuncia del afectado.
Sin embargo, quien acudió a cobrar los dos mil soles fue Fernando López Papa, el hermano del Fiscal Provincial, quien fue detenido en el acto y se encuentra en este momento recluido en el Penal de Huaraz sujeto a una orden de prisión preventiva.
Esta es la secuela de un típico caso de corrupción, de una autoridad que venía utilizando el cargo para llenarse los bolsillos de una manera delincuencial, con el más absoluto desprecio de la imagen que generaría a su institución en caso fuera descubierto.
Al margen de la persecución implacable que debe disponer la autoridad policial, teniendo en cuenta que el Fiscal se ha puesto a buen recaudo para ocultarse y burlar la acción de la justicia, el Ministerio Público no debe esperar un minuto más en mantener a un magistrado de esta calaña, si es que no se ha puesto a derecho es por algo y si no puede defenderse entonces que se vaya a la calle. La Fiscalía hace mal esperando que el denunciado se defienda porque ha renegado de este derecho al mantenerse en la clandestinidad y porque no puede esperar que recupere su libertad ambulatoria parea sancionarlo a nivel institucional. La corrupción sigue vigente y hay que desterrarla.