Un empresario fue baleado en la pierna por delincuentes que lo siguieron hasta el frontis de su domicilio de la urbanización Buenos Aires para despojarlo de la bolsa de dinero que había recogido del grifo de su propiedad, incluso, tras defenderse pudo capturar a uno de los maleantes y el segundo fue aprehendido por sus vecinos que salieron a ayudarlo.
Apenas una semana antes otros delincuentes atacaron a un pescador que trasladaba una importante cantidad de dinero que había cobrado de sus beneficios y tras balearlo lo despojaron del sobre que llevaba en su vehículo en el cual llegaba desde la entidad financiera hasta su domicilio de la Villa del Ingeniero.
Ambos hechos se registraron en el distrito de Nuevo Chimbote, en donde la violencia de la delincuencia ha cobrado una inusitada actividad, unas dos semanas antes una mujer fue asaltada en la parte exterior de un banco al que llegaba luego de trasladar 162 mil soles que había retirado previamente de otra entidad financiera.
No cabe duda que los hechos dejan un preocupante margen de inseguridad en las calles, los maleantes que atacaron al empresario del rubro de combustibles no vacilaron en abordarlo en su domicilio a sabiendas que a solo una cuadra y media se ubica una dependencia policial de la Unidad anticorrupción, situación que no contiene los objetivos de la delincuencia.
Lamentablemente la incursión de los denominados “marcas” no encuentra la manera efectiva y eficaz con la cual la autoridad policial pueda enervarla, sorprende la manera cómo es que estos delincuentes conocen no solo los movimientos de los agraviados sino el transporte o traslado de grandes sumas de dinero.
En el último caso se presume que alguna persona vinculada al empresario haya podido dar información a los delincuentes pues estos no solo siguieron el trayecto del empresario a su domicilio sino que otro delincuente los esperaba en la vivienda a la hora inusual de la mañana para el transporte de dinero.
Los maleantes ya conocían, aparentemente, la rutina del empresario y solo esperaron el momento propicio para dar el golpe, empero, lo que jamás imaginaron es que se encontrarían con un hombre que no estaba dispuesto a permitir su accionar fácil e impune, por ello se abalanzó contra uno de los delincuentes, llegó a voltear la motocicleta y un transeúnte, vecino del lugar, consiguió aprehender a un segundo maleante, mientras que el tercero se fugaba a la carrera con dirección al Parque Grau ubicado a solo dos cuadra del lugar del asalto.
La respuesta del agraviado fue fundamental para que se capture a dos de estos delincuentes, su arrojo y acción decidida fue gravitante para que ahora la Policía pueda trabajar en la identificación del tercer delincuente pues no solo tendrá los testimonios de los capturados y los testigos del hecho, sino que cuenta con imágenes de una cámara de seguridad que pudo registrar este violento incidente.
No tuvo la misma suerte y oportunidad el pescador que llegó junto a su abogada a una vivienda de La Villa del Ingeniero llevando un sobre con 25 mil soles que había cobrado de beneficios ganados en el marco de un proceso judicial.
Salió del Banco de la Nación de Chimbote y se trasladó en su vehículo hasta la parte posterior de la sede del Colegio de Ingenieros, allí fue abordado por sujetos que se desplazaban en un auto que lo interceptó y le exigieron con amenaza de arma de fuego que entregue el dinero.
Como el agraviado intentó escapar en el auto los delincuentes no vacilaron en dispararle hasta cinco veces en el cuerpo para arrancarle el sobre y fugar hacia la carretera Panamericana Norte en donde los maleantes hicieron cambio de vehículo.
El hombre quedó gravemente herido y el hecho, como en el caso anterior, se registró en un lugar ubicado a solo una o dos cuadras de la sede central de la Comisaría de Buenos Aires, lo que ratifica que los delincuentes no se detienen ante nada pues solo después de las detonaciones los efectivos llegaron al lugar cuando ya ellos habían fugado.
Nuevamente las cámaras de seguridad han jugado un papel trascendental para poder detener a uno de los delincuentes que tomaron parte en este robo, se trata del chofer del vehículo que esperó a los asaltantes en la Panamericana para fugar sin dejar rastros.
Pero así como estos sonados casos, se han registrado una serie de robos en la jurisdicción de Nuevo Chimbote, lo que ha motivado que dirigentes vecinales hagan llegar su protesta a la Municipalidad Distrital porque, es una verdad de Perogrullo, el servicio de Serenazgo ya no es de antes en el cono sur, lamentablemente, ya no representa garantía de seguridad para los vecinos como se percibía, por ejemplo, en la primera gestión del alcalde Valentín Fernández.
Quien no quiera advertir esto es sencillamente un necio y por ello es que resultan lamentables las declaraciones formuladas el último domingo por el jefe del serenazgo de Nuevo Chimbote, Carlos Robles Benites, quien señaló que el distrito es seguro y que el personal de su unidad ha doblegado esfuerzos para permitiré un mayor patrullaje.
Hay un sabio adagio que dice que “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver” y le cae como anillo al dedo al aludido funcionario en la medida que, ganado por su función, pretende tapar el sol con un solo dedo y ello, a la larga, es imposible que se concrete sin riesgo a que hagas el ridículo.
De allí que lo mas recomendable es que las autoridades del cono sur comiencen por entender que el sistema de seguridad no es eficiente, no solo porque los pueblos han crecido sino porque hay un serio problema de logística que no se puede soslayar, por lo tanto, ha llegado el momento de asumir el inconveniente desde su misma raíz, se tiene que comenzar a gestionar el financiamiento de un programa de seguridad y si es que el convenio que se tiene pendiente con la Telefónica comprende la habilitación del parque automotor para el servicio de seguridad, entonces lo que se debe hacer es apuntalarlo. La preocupante inseguridad que se vive en las calles sureñas se debe afrontar reconociendo que hay un serio problema allí.