Editorial

Editorial: ::: UNA MEDIDA ESPERADA :::

Mientras que los agricultores del valle de santa reclaman al gerente del proyecto especial Chinecas la ejecución de los trabajos de rehabilitación de los canales afectados por el fenómeno del “Niño Costero” a efectos de garantizar el suministro de agua permanente con fines agrícolas, este funcionario busca las mejores alternativas para disponer de recursos que le permitan afianzar las mejoras que requiere el proyecto irrigador.

Una de estas alternativas fue anunciada la semana pasada en reunión con los integrantes de las juntas de usuarios y comités de regantes, así como en presencia de la comisionada de la defensoría del pueblo y un representante del Ministerio Público, la misma que está relacionada con el cobro por derecho de uso de agua por parte de Chinecas.

El gerente Gastón Barúa Castañeda, explicó al auditorio que Chinecas necesita de recursos para poder mantener toda la infraestructura hidráulica con la que cuenta hasta la fecha y que sirve también para la actividad de los propios agricultores, por lo que no existe otra salida que generar recursos de los servicios que presta la entidad, pues son muy pocos los que pagan este derecho.

Para explicar esta figura dijo “Fíjese, es como que nosotros producimos 100, distribuimos como 70 y cobramos como 10, entonces no tenemos dinero para mantenimiento porque la gente consume ilícitamente el agua y usufructúa el suelo por eso le pido a la comunidad que colabore en este sentido con este proyecto que es del pueblo”.

Más claro ni el agua, el gran problema de Chinecas es que nunca cumplió con su cometido, el proyecto irrigador estaba en la obligación de llevar adelante esta recaudación porque es la columna vertebral de su funcionamiento, sin embargo, ni un solo gerente que ha pasado por sus oficinas ha llevado adelante este cometido.

Recordemos que el canon por uso de agua lo cobran las juntas de usuarios, no existe una política de recaudación por parte del proyecto irrigador a pesar que es el dueño de toda la infraestructura de canales que llevan las aguas a los valles que actualmente está al servicio de la agricultura.

De allí que es evidente que Chinecas no solo ha sido creado con la finalidad de impulsar obras de infraestructura hidráulica que permitan incorporar miles de hectáreas a la agricultura y desarrollar una actividad agroindustrial que debería representar la actividad económica del futuro para Chimbote y las provincias del Santa y Casma, sino que debe administrar su propios recursos.

Esto implica que el proyecto irrigador debería cobrar el derecho de uso de agua a todos los que a la fecha explotan el recurso hídrico, incluido ese enorme sector de invasores que han torpedeado el canal principal que llega hasta Nepeña y desde donde extraen miles de litros de agua con los cuales han realizado todos estos años actividades agrícolas con riego por gravedad, es decir, sin criterio técnico alguno.

Este riego por inundación es el que ha generado serios perjuicios al distrito de Nuevo Chimbote, es el que ha provocado las aguas de infiltración que han caminado por el subsuelo hasta las partes bajas llegando a la zona de Atahualpa en donde han aflorado no solo para convertir arenales en campos verdes, sino para poner en riesgo las carreteras y las tierras que se ubican en esa zona.

Esto ha sido materia de denuncias e intervenciones en los últimos años, empero, jamás ningún funcionario de Chinecas ha combatido este flagelo de los invasores por su real naturaleza, es decir, por la obligación que tiene de pagar por uso de agua sin que esto signifique que le reconozcan algún derecho por que la usurpación de tierras está al margen de la sustracción del líquido elemento.

Por ello ningún gerente ha querido meter las manos en este problema, por el contrario, ha tratado de pasar piola con todos los segmentos y con uno más importante y quizás el que tiene la mayor obligación de contribuir en este momento.

Esto fue materia de debate cuando por entonces existía la Autoridad Autónoma de la Cuenca Hidrográfica del Río Santa, es decir el organismo que estaba a cargo de administrar nuestro principal afluente y que, de acuerdo a su propia naturaleza, debería controlar el uso de agua por parte de los usuarios de Chavimochic, quienes han venido utilizando el recurso hídrico desde hace muchos años.

Ocurre que el Río Santa es un recurso natural que nace en Ancash y debe ser explotado con prioridad para los intereses de los ancashinos, de tal suerte que si existen empresarios que necesitan alimentar sus campos con el agua que nace en nuestro afluente entonces deberían de pagar por ello.

Sin embargo, los “lobbys” de los empresarios y autoridades liberteñas pudieron más y en base a esas influencias pudieron eliminar la autoridad autónoma y promulgar una nueva legislación en materia de aguas que les permite seguir usufructuando la mayor parte de los volúmenes de agua que llegan por el río santa.

Esta situación de injusticia es por la que tradicionalmente han luchado las autoridades de la provincia del santa, incluso, hasta la fecha en la medida que la única manera de impedir el uso y abuso de nuestro efluente es a través de una modificación del diseño en el expediente aprobado de Chinecas a efectos que se considere la construcción de una Bocatoma Única y el reservorio de Cascajal que ahora debería estar en el sector de La Huaca.

Lo cierto es que el control de las aguas ya no corre por cuenta de nuestros funcionarios, de allí que la pretensión del gerente de Chinecas redunda únicamente sobre los agricultores y posesionarios de tierras en nuestra jurisdicción, hacia ellos está dirigido el anuncio para que todos se pongan la camiseta de Chinecas y retribuyan el uso del agua que hacen hasta la fecha y que les permite obtener un atractivo rendimiento en sus cosechas.

Es evidente que todo aquel que recibe un servicio está obligado a pagarlo, lo hacemos todos los chimbotanos cuando deben acudir mensualmente a la empresa Sedachimbote a cancelar el recibo del mes, entonces, si esto es así no entendemos por qué los agricultores, empresarios agrícolas y hasta los invasores no tendrían que pagar por un servicio que reciben. Parece que el gerente Barúa no solo pone los pies sobre la tierra sino que en este afán está pisando muchos callos que pronto comenzarán a disparar contra sus anuncios.