Las principales autoridades de la provincia de Casma, los gremios de la sociedad civil en su conjunto y pobladores tomaron la difícil decisión de separarse del proyecto especial Chinecas e iniciar gestiones para concretar otro sistema de irrigación en las áreas que están en capacidad de incorporarse a la agricultura en esa jurisdicción.
Este acuerdo se adoptó en el marco de una reunión convocada por el alcalde provincial Joseph Pérez Mimbela, quien se encargó de organizar lo que se denominó como una mesa técnica de trabajo “Casma pertenece a Chinecas?.
Desde hace unas semanas se ha desarrollado este evento con la finalidad de escuchar a todas las partes involucradas en este tema, entre autoridades y dirigentes de la vecina provincia, como funcionarios y representantes del gobierno regional de Ancash, quienes dieron a conocer sus impresiones sobre lo que era materia de debate.
Justamente, el objetivo de este evento ha sido determinar si sigue siendo factible para los vecinos de esa provincia seguir esperando la ejecución del proyecto Chinecas para aspirar a mejores alternativas de mejoramiento del riego en ese lugar, pues recordaron que ya tienen 30 años haciendo cola en el proyecto Chinecas y hasta el momento no advierten nada positivo en ello.
Si bien es cierto los casmeños no se equivocan en el entendido que no se ha advertido avance alguno del proyecto irrigador a lo largo de todos estos años, tienen también que entender que tampoco hubo nada para otros sectores, ni siquiera el valle de Chimbote ha conseguido utilizar las aguas del río Santa en todo su potencial, como consecuencia del nulo avance de la irrigación.
Y es que el actual estado de postración de Chinecas es producto del mal manejo que se le ha otorgado a esta entidad, desde hace muchos años, desde los tiempos en que era administrado por el Ejecutivo a través del Instituto Nacional de Desarrollo (INADE) y, luego, con el gobierno regional de Ancash que demandó a sangre y fuego su transferencia, en la época de César Álvarez, sin embargo, como ya es de dominio público, lo único que hicieron fue lucrarse a costa de los presupuestos de la institución.
Los casmeños han debido considerar este problema en toda su magnitud, no solo por la incapacidad técnica de quienes detentan el poder regional para poder encausarlo por la senda de la eficacia y eficiencia, sino por las carencias presupuestales que fueron el denominador común para el derrotero de este anhelado proyecto.
Quienes hemos crecido junto al proyecto somos conscientes que desde que tuvimos uso de razón nunca hubo presupuesto para ejecutar Chinecas en su diseño original, el gobierno central reiteraba que no existan las suficientes reservas como para emprender un proyecto de esa envergadura, incluso, con el desparpajo de negarle ese derecho a los pueblos de santa cuando financiaba la ejecución de las primeras etapas de Chavimochic que es lo mismo pero para beneficio de las tierras de cultivo de La Libertad.
De esa manera hemos vivido muchos años, viendo y padeciendo cómo un proyecto extraño reverdecía sus arenales con las aguas que nacen y fluyen por nuestra provincia, mientras que los políticos de turno se encargaban de saciarse de la ubre presupuestal de Chinecas.
El proyecto irrigador fue durante gran parte de su existencia solo una bandera política y electorera de los candidatos, fue la caja chica de los gobiernos de turno, fue el engranaje principal para el clientelaje político, para el tarjetazo, por ello es que fue navegando al garete de la institucionalidad y gastando sus escasos presupuestos en la elaboración de estudios, la contratación de gerentes y el carrousel de los procesos de selección para compartir ganancias entre las partes interesadas.
Así fue incluso después que Chinecas fuera transferido a la Región Ancash, cuando el hoy encarcelado César Álvarez Aguilar promovió una paralización el año 2007 demandando que se entregue el proyecto irrigador hasta entonces en manos del Ministerio de la Presidencia,
Sin presupuesto, sin estudios definitivos aprobados y con una serie de problemas, el proyecto irrigador cayó en las peores manos, con el agravante que para entonces comenzaba a llegar ingentes cantidades de dinero producto del canon minero y se presentaba una oportunidad propicia para desarrollar Chinecas y hacer realidad la alternativa económica agroindustrial que tanto espera nuestra provincia.
Empero, en pocos meses las ilusiones de quienes tuvieron la peregrina idea que el proyecto irrigador iba a mejorar en una gestión regional, se desplomaron con los resultados de las primeras medidas de César Álvarez, con la toma de la sede administrativa en donde los contratos se ofrecían solo al mejor postor.
El escándalo de Chinecas se observó en todos los flancos y por ello ahora existen varios procesos penales relacionados a los ex funcionarios de entonces, entre ellos los ex gerentes Hugo Rojas Rubio y Arnulfo Moreno, el mismo Cesar Álvarez y varios ex funcionarios que se vieron envueltos en escandalosos casos de colusión, como el famoso “Caso SISA” que comprende a todos aquellos que adjudicaron una consultoría para la elaboración del perfil técnico por más de 5 millones de soles cuando se había advertido que con solo 20 mil soles se pudieron actualizar los estudios ya existentes.
Lo cierto es que aquel millonario perfil no sirvió para nada, el gobierno aprista y luego el nacionalistas solo le dieron el visto bueno con el recorte de metas, con la reducción de los presupuestos y con un proyecto casi a medias, lo que no ha sido aceptado por los agricultores que, inclusive, postulan a una Bocatoma Única.
Hasta allí ha avanzado el expediente Chinecas, tiene perfil modificado y una seria resistencia a su diseño, y los casmeños deben conocer esta realidad. Chinecas significa irrigación Chimbote Nepeña y Casma, somos tres valles que están unidos por la historia y que deben impulsar juntos su desarrollo agropecuario, pretenden abandonar el barco a estas alturas es una lamentable decisión que nos invita a pedirle al alcalde y la sociedad civil de la vecina provincia que reconsideren este acuerdo, que lo hagan ahora porque mañana o más tarde podrían arrepentirse.