Las sospechas de las autoridades sureñas expresadas por el alcalde Valentín Fernández Bazán hace ya muchos años, cuando empezaron a notarse las filtraciones de las aguas residuales que generan los invasores de las tierras de Chinecas en las partes altas de Nepeña, ahora se traducen en documentos técnicos que deben ser materia de una adecuada difusión a efectos de advertir a la población lo que viene sucediendo.
Nos referimos al peligro que representan hoy estas filtraciones, a la luz de los movimientos terráqueos registrados en todo el mundo y en nuestro país, y su estrecha relación con la calidad de los suelos sobre los cuales se edifican las construcciones.
En este sentido, ha sido la Gerente de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Nuevo Chimbote, Lourdes Díaz Mattos, quien ha señalado la necesidad de adoptarse todas precauciones del caso cuando los propietarios de predios pretendan edificar una vivienda o alguna empresa o negocio, en la medida que se ha realizado un estudio de suelos que determina que la situación del subsuelo de algunos sectores del distrito no se encuentran aptos para efectuar una construcción sin que se tenga en cuenta evaluaciones realizadas por profesionales de la materia.
Ello en razón que las filtraciones que han generado estas aguas derivadas de los riegos por gravedad de los invasores ha dejado terrenos humedecidos en varios sectores del distrito y en donde una construcción debe contar previamente con la intervención de profesionales que deben determinar las cantidades de concreto que deben llevar las cimentaciones o la necesidad de fortalecer el subsuelo.
Y esta acotación se hace en la medida que los propietarios de predios recurren habitualmente a empíricos para levantar una construcción, el maestro de obra o los expertos albañiles de la vuelta de la esquina son los que resultan levantando una vivienda y determinando donde se colocan las columnas y las paredes, cuando todo ello debe ser materia de una previa evaluación realizada por profesionales de la ingeniería a efectos de determinar si los suelos están aptos para soportar el peso de la edificación o como es que se debe establecer la distribución de los ambientes.
Para ello se debe contar con planos debidamente calificados y revisados por las áreas competentes de una Municipalidad que son las que expiden las licencias de construcción respectivas, tanto así que si todas las construcciones se levantarían bajo estos procedimientos difícilmente se tendría preocupaciones en este momento respecto a la fortaleza de las construcciones.
La funcionaria edil hace esta acotación en la medida que el estudio de suelos que ha ordenado realizar la Municipalidad a efectos de calificar la situación de los predios y las áreas libres en su jurisdicción, han arrojado resultados sorprendentes y advertencias que los pobladores deberían tener en cuenta desde ya.
Ha señalado, por ejemplo que existen sectores en donde se recomendaría no construir sin antes contar con la opinión de un especialista, tales como los P.J. “Villa María”, “Primero de Mayo”, el A.H. “Costa Verde”, las Urbanizaciones Nicolás Garatea y la primera y segunda etapa de Bellamar en donde se ha observado que los suelos se encuentran bastante húmedos como para edificar viviendas.
Para ello, ha reiterado la funcionaria, que es imprescindible que los vecinos sean conscientes que deben contar con el aporte de profesionales al momento de diseñar y construir una vivienda, no se trata de levantar desesperadamente una morada, lo que se debe evitar es que ante cualquier fenómeno telúrico esa edificación no se desplome como nos han mostrado las cámaras de televisión en otros lugares del mundo.
Inclusive, ha precisado que aquellas familias que ya han construido en estos sectores sin haber tomado las precauciones que se han señalado, aún es posible reforzar las bases en atención a mecanismos de ingeniería que se pueden aplicar a efectos de garantizar una mayor solidez a la edificación.
Lo que se quiere evitar es que haya desgracias que, debido a estas debilidades e informalidades, puedan generar un mayor número de víctimas en nuestra ciudad, más aun cuando no se ha tomado en cuenta hasta el momento el tema de las filtraciones y la manera como ellas han diezmado la estructura de los suelos en varios sectores de la ciudad.
En tal sentido, lo que se tiene que remarcar es que la Municipalidad no está descalificando o prohibiendo a alguna persona el uso y disposición de su propiedad, lo que está precisando es que al momento de construir se tomen las previsiones a efectos de solicitar asesoría técnica que garantice que la construcción que se levantará tenga mayor consistencia, eso es solo parte de una necesidad de prevenir los desastres.
El tema de las filtraciones también cae en este campo, en el de la prevención, en razón que ha generado serios daños a la estructura de los suelos de Nuevo Chimbote, y, lo más grave es que lo sigue haciendo porque tal como ha quedado demostrado este bolsón de agua sigue avanzando por el subsuelo debido a la irresponsabilidad de mantener sifones que se han colocado ilegalmente en al canal principal de Chinecas en Nepeña.
Ahora a estas filtraciones del cono sur se han sumado otras en la zona de Chimbote, específicamente en lo que se denomina el Parque Metropolitano, como se conoce a los humedales de Villa María, la zona industrial del 27 de octubre y se ha sumado un sector en Camino Real.
La alcaldesa ha señalado que ello es responsabilidad del organismo Agrorural que ha ejecutado trabajos por el Ministerio de Agricultura en la descolmatación y reforzamiento del cauce del Río Lacramarca pero lo ha hecho tan mal que lo único que ha generado es la fuga de agua por el subsuelo las cuales se observan ya a “ojo de buen cubero”.
De allí que la advertencia que ha lanzado la gerente de Desarrollo Urbano de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote es pertinente, urge que se adopten las precauciones necesarias en el crecimiento poblacional en la medida que literalmente vivimos en un “distrito filtrado”, sobre terrenos que han sido diezmados por una acción dolosa de invasores que no midieron el peligro y no lo hacen a pesar que se ha advertido su mala fe. Eso merece indudablemente un castigo.