Política

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AUDACIA

El ex congresista de la república, Victor Crisólogo Espejo, quien hiciera uno de los más pobres papeles que recuerde la historia congresal de Áncash, pretende sacudirse de los cargos incriminatorios que pesan en su contra en el explosivo caso “La Centralita” con una suerte de “interpretación particular” de un pleno casatorio que no es aplicable a la figura que demanda. Como se recuerda Crisólogo Espejo, haciendo valer la influencia del cargo que ejercía como congresista, respaldó al ex presidente regional César Álvarez en su ánimo de amedrentar al Fiscal del Caso “La centralita” y obligarlo a que desista de la diligencia de allanamiento que se había decretado con autorización judicial., denunciado por delitos de Asociación Ilícita para Delinquir y violencia y Resistencia de la autoridad, Crisóligo quiere sacudirse de este último delito con un acuerdo de pleno casatorio que señala que en los casos en los que no medie violencia la pena máxima a imponerse no será mayor de tres años. Con esta treta pretende computar el plazo de la prescripción en cuatro años y medio, teniendo en cuenta que en casos de interrupción el plazo se incrementa en un 50%, de tal suerte que si los hechos ocurrieron el 11 de julio del 2011, ello quiere decir que este delito ya había prescrito en Febrero del año pasado. Así cualquiera se cree más santo que una paloma, lo cierto es que ningún régimen jurídico podrá aceptar que la incursión de un legislador en un despacho fiscal con la finalidad de presionarlo para que no lleve a cabo una actuación judicial puede considerarse como un delito menor, por el contrario, esta figura agravada se sanciona con más de 15 años de cárcel, de allí que la Juez que ha recepcionado el recurso de Crisólogo no tendrá más reparo que convocar a la audiencia y resolver con lo que corresponde a este caso, es decir, como un delito de gravedad.

IMPOSIBLE

Luego de todas las escaramuzas que se han registrado entorno a las 217 hectáreas y la condición precaria que ostenta, a pesar de tener la misma condición que tienen los pueblos de las 308 hectáreas, ha surgido la palabra sesuda y prudente del Obispo de la ciudad, Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, quien ha señalado que las autoridades deben tener mucho cuidado cuando hablan de desalojo y dejar regada en las calles la posibilidad de generar un baño de sangre. Por ello es que ha calificado esta pretendida medida como un “imposible”, porque entiende que allí, antes que un problema de tráfico de terrenos u aprovechamiento de todo tipo, que evidentemente lo hay, existe sobre todo un conflicto social que no se puede solucionar con el uso de la violencia. Por el contrario, nuestro Pastor apuesta por otra salida, una sustentada en el diálogo y en las propuestas que apunten a una solución salomónica, que recoja la necesidad de vivienda de aquellos que necesitan un techo donde vivir y descartar los grandes corralones que solo han reservado enormes lotes con fines de especulación. Más claro ni el agua. Por ello es que después que se pronunció el monseñor salieron algunas autoridades a aclarar que ellos jamás demandaron el desalojo violento de los pueblos de las 217 hectáreas cuando en realidad se le fueron encima al Gobernador por haber enviado el expediente a la procuraduría regional cuando debió haber convocado a la Policía. No cabe duda que querían una lucha encarnizada.

MIRAMAR

Muchos crecimos con la silueta del viejo local del Club Alianza Miramar que se levantaba delante del campo del mismo nombre y albergaba a un club tradicional que llevaba también ese mismo nombre y tenía participación en los campeonatos de futbol oficial de Chimbote. Su dirigencia siempre mantuvo la responsabilidad del club e hizo los esfuerzos necesarios para hacerlo competitivo. Sin embargo, esa silueta que todos veíamos obligadamente cuando pasábamos por la avenida Meiggs era solo un cascarón que no tenía como propietario al viejo club, los primeros dirigentes levantaron allí su sede sin que se preocupen de sanear el terreno y lo mismo hicieron algunas familias que construyeron sin tener ni siquiera un título de propiedad. Por ello es que ahora la autoridad ha recuperado ese predio y ha demolido el viejo club para construir allí un moderno complejo deportivo. En hora buena que la Municipalidad se haya decido dar uso al enorme terreno porque estaba abandonado y solo se mostraba cuando las aguas de desborde por oleajes lo inundaban., esperemos que ahora tenga un mejor uso.