Con algunos incidentes y la tardanza de algunos censadores en llegar a las viviendas, de todos modos el censo 2017 XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas se cumplió con absoluta normalidad en medio de un acatamiento general de la ciudadanía a la orden de inamovilidad.
Desde las primeras horas del día las calles de Chimbote lucieron totalmente vacías de vehículos y de transeúntes. El mismo panorama se observó en distritos como Nuevo Chimbote, Coishco y Santa.
Y es que la población acató el llamado de inamovilidad esperando en sus casas a los censadores del INEI.
Nuestro medio observó que el censo se cumplió además en las instituciones de servicio tales como hospitales censando al personal así como a pacientes hospitalizados y los que llegaron de emergencia. En las comisarías igualmente se empadronó a personas que llegaban intervenidas.
La atención de los dueños de casa fue distinta unos de otros. En algunos casos los atendieron en la puerta y en otros los hacían pasar al interior. La tardanza se observó en la urbanización Bellamar donde a las 7 de la noche recién llegan a censar a las últimas casas.
Pasada las cinco de la tarde, el bullicio de la rutina diaria en la ciudad se normalizó. Se abrió el comercio y el transporte urbano e interurbano se intensificó.
El censo dejó además la lección que a la zona de La Balanza se debió enviar empadronadores varones, o en todo caso jovencitas acompañadas de seguridad.