Nunca antes la emergencia generada por el mal del dengue se había iniciado de una manera tan drástica y sorpresiva como ha ocurrido este año pues en el primer mes del 2018 y cuando recién la temperatura comienza a subir como espuma y se presentan las primeras lluvias, se confirmaron dos casos de personas que han adquirido este mal y se desconoce dónde fueron atacados por el vector.
Así lo dieron a conocer el último fin de semana de manera consecutiva las responsables del área epidemiológica de las redes de salud Pacífico Norte y Pacífico Sur, pues los dos primeros casos corresponden a un varón de 28 años del P. J. San Juan y7 una mujer de 42 años que procede del A.H. Los Conquistadores.
Hay que hacer la salvedad que en esta oportunidad, a diferencia de años anteriores, ya las autoridades de salud y de la Municipalidad Provincial del Santa habían iniciado desde el mes de diciembre las inspecciones y verificaciones a efectos de establecer un plan larvario que permita anticiparse a la presencia del vector del Dengue que es el mismo que transmite el Zika y la Chuquinguya.
Las autoridades anticiparon estas medidas y no ocultaron su preocupación por la actitud cerrada de algunos propietarios de viviendas, especialmente en los asentamientos humanos, que impiden el ingreso de los inspectores, se niegan a que se coloquen los larvicidas en los tanques y recipientes de agua que ellos almacenan.
Esta acción de emprendió en la medida que en estos sectores marginales de la ciudad, en donde no existe un suministro permanente de agua, las familias suelen almacenar agua para su consumo diario, por ello resultan siendo las zonas más vulnerables para la presencia del vector del Dengue que se reproduce en los lugares en donde se almacena agua limpia.
La ignorancia de la gente los lleva a rechazar esta medida a pesar que es el primer y efectivo paso en la lucha contra el dengue, los larvicidas son componentes químicos inocuos para el cuerpo humano, aun cuando se ingiera el agua que contiene estos paquetitos la salud de las personas no se verá mellada,
Se trata de productos que solo atacan y eliminan los huevos de los zancudos que son vectores del Dengue, impide que ellos proliferen y, esencialmente, elimina la posibilidad que el mal se propague porque matan a estos insectos antes que aparezcan y se lancen contra los vecinos de estos lugares.
Sin embargo, ya se sabe que esta actitud reacia de los propietarios de las viviendas ha sido uno de los principales obstáculos que han encontrado las autoridades sanitarias el año pasado, en una última estadística se ha mencionado que finalmente el 45% de las viviendas que deberían ser visitadas las que se quedaron al margen de un control vectorial porque sencillamente le negaron el acceso a los inspectores.
Por ello es que la estrategia para este año deberá dirigirse a promover políticas de difusión y sensibilización, sobretodo esto último que es importante para que las amas de casa entiendan que solo con la abatización se comienza haciendo frente con éxito a males tan perniciosos como el Dengue y otros.
Esto ya lo saben quiénes forman parte de los comités de lucha contra estos males, por ello comenzaron el año respaldando el proyecto de ordenanza que se presentó ante el Pleno del Concejo Provincial del Santa a efectos de sancionar con multas pecuniarias y hasta con denuncias penales a todos aquellos que de una u otra forma impiden el trabajo de los inspectores del sector salud.
Esta medida, aun cuando puede resultar excesiva o abusiva para algunos, resulta siendo indispensable en los objetivos de atenuar y erradicar este mal de nuestra provincia en donde, tal como ocurre en Casma y Coishco, ya se ha convertido en un mal estacionario y endémico, que se repite durante las temporadas de verano, cuando las altas temperaturas y las lluvias proponen las condiciones para que aparezcan nuevamente los insectos vectores de estos males.
Sería muy fácil decidir que aquellas viviendas en donde se ponen obstáculos para la abatización se las deje tal y como estaban y que sus ocupantes sufran las consecuencias de estos males, empero, la cosa no es tan sencilla, por el contrario, si alguien promueve con su torpe actitud el contagio del mal en su familia, es un potencial peligro para el brote epidémico pues su condición de portador es una amenaza para que el vector que le ha inoculado el mal pueda dejar el mal en otras personas, haciéndose de esta manera una peligrosa cadena que puede convertirse en inmanejable.
Esta es la poderosa razón por la cual las autoridades no tienen que agachar la cabeza o desanimarse ante las negativas de ciertos pobladores, por el contrario, su deber es insistir y apelar a medidas legales que posibiliten que la mayor parte de viviendas puedan ser abatizadas o fumigadas en caso las circunstancias así lo sugieran.
Pero si el año pasado a estas alturas estábamos exigiendo a las autoridades de salud que no se duerman ante la aparición del dengue y se sometieron a las pruebas a cientos de personas consideradas como sospechosas, este año las cosas han sido diferentes, ya se han presentado dos casos confirmados y ella es una seria advertencia para las autoridades porque tienen que reaccionar con urgencia.
Lo más grave y preocupante es que a pesar de la inmediata reacción de las cuadrillas sanitarias, que han intervenido con diligencia, no han conseguido establecer si los dos casos detectados son autóctonos o importados, siendo la posibilidad que esta última alternativa sea la razón del contagio de estas dos personas.
Esto es evidente a la luz de los resultados del control vectorial realizado en las viviendas de los afectados y de los vecinos de la zona donde residen los pacientes, el cual ha resultado negativo, es decir que no se han hallado a los vectores, lo que quiere decir que aquellos fueron inoculados en otro lugar.Â
Sin embargo, lo único cierto es que ya estamos con el mal del dengue sobre nuestras espaldas, apenas comienza la emergencia y ya los números dejan un margen peligroso en caso no se controle y neutralice con eficiencia. Ya se sabe cómo ataca el dengue y como se previene, lo mejor es que la población entienda que es lo que debe hacer y cómo proteger a quienes muestren los típicos síntomas de la enfermedad, trasladando a esa persona hasta la Posta de salud de su sector. Esto nos puede llevar a salvar muchas vidas.