La gestión que hacemos miles de chimbotanos diariamente, de acudir a una empresa de transportes para recoger una encomienda que nos remiten de otro punto del país, ya no es la inocua acción que realmente importa sino que ha sido tomada por la delincuencia y se ha convertido también en una peligrosa modalidad delictiva.
Ello porque agentes policiales intervinieron el pasado fin de semana a un sujeto que salía del terminal terrestre con una caja pequeña que había recogido en una agencia de transporte y se aprestaba a tomar un colectivo que lo traslade al cono sur, empero, tras esa apariencia inocente se ocultaba un tráfico de armas que suele proporcionar las condiciones a la delincuencia organizada para cometer sus fechorías.
Los efectivos policiales interceptaron a David Anthohy Amaranto Sánchez, individuo de 21 años de edad que opuso resistencia a la intervención y hasta se negó de primera intención a entregar la encomienda que llevaba en las manos, sin embargo, ante la acción policial no le quedó otro camino que mostrarla.
Cuando los efectivos policiales la revisaron encontraron, entre prendas de vestir, un arma de fuego que no tenía número de serie porque había sido meticulosamente limado y que se encontraba abastecida con 5 municiones, se trataba a todas luces de un revolver que en esas condiciones es usado por la delincuencia y que era remitido con la finalidad de ser utilizado en algún golpe delictivo.
El conocido discurso de los delincuentes que son sorprendidos en delito flagrante no se haría esperar pues el sujeto intervenido pretendió aparentar que era el más sorprendido por este hallazgo, se limitó a decir que le habían encargado que recoja este paquete y que ignoraba por completo que en el interior se encuentre un arma de fuego, empero, como suele ocurrir había perdido la memoria y no sabía exactamente quien lo envío a recoger el peligroso paquete.
Sin embargo, los antecedentes de este individuo no decían nada bien en su favor, por el contrario, cuando la Policía ingresó a la base de datos descubrió que David Amaranto no es una persona que esté al margen de la actividad delictiva y, por el contrario, halló un sorpresivo antecedente que habría de ser aclarado por las mismas autoridades judiciales.
Ocurre que es sujeto fue intervenido el pasado 11 de enero, hace apenas un mes y algo más, luego que el chofer de una camioneta Combi llegó a la comisaría de Santa para denunciar que había sido asaltado por tres sujetos que estaban armados y quienes se habían llevado su vehículo.
En realidad el agraviado había conseguido escapar de los malhechores y por ello pudo presentar la denuncia, señalando que los hechos ocurrieron en la carretera de penetración a Tamborreal, razón por la cual de inmediato se dirigió la Policía hacia esa zona que peinó por varias horas hasta dar con el vehículo en cuyo interior halló a los sujetos,.
Entre ellos se hallaba Amaranto Sánchez, por lo que luego de elaborar el Informe Policial fue puesto a disposición del Ministerio Público con las evidencias del caso y la manifestación del chofer que habría reconocido a los asaltantes, considerando a los detenidos como los integrantes de la peligrosa banda “Los temibles de Las Brisas”.
Lo que se no se entiende cómo es que la semana pasada el mismo sujeto caminaba libremente por las calles, ello solo quiere decir que a nivel de Fiscalía o Poder Judicial fue puesto en libertad a pesar de haber sido detenido en el interior de un vehículo que fue materia de un asalto y pese a que el chofer había denunciado a los autores de este atentado.
Ahora este mismo sujeto es protagonista de un nuevo delito, esta vez por tenencia ilegal de armas y por asociación ilícita para delinquir, pues es evidente que el arma que había recogido en la encomienda pertenece a una gavilla que había encontrado la manera de internar armas por el “mercado negro” de la delincuencia para los efectos de seguir cometiendo otros delitos.
No se puede soslayar que una de las demandas que existe a nivel del lumpen es la provisión de armas, siempre existe la necesidad de contar con armas de procedencia ilícita para poder cometer fechorías y ya existen antecedentes en relación a este tráfico de pistolas y revólveres que han permitido a la Policía encerrar a muchos delincuentes.
Antes se les conocía como “armeros” a los sujetos que se encargaban de provisionar las armas a las organizaciones delictivas pero se han hallado casos realmente increíbles como el que protagonizó un ex miembro de la Policía Nacional que, desdeñando su posición y los postulados de su institución que lo deberían llevar a luchar contra la delincuencia, se dedicó a alquilar las armas incautadas a las organizaciones delictivas.
Este caso fue protagonizado por el ex Sub Oficial Constantino Ramírez Bedón, quien se encargó durante muchos años de manejar el almacén de la desaparecida DISCAMEC, entidad que recibía las armas que eran materia de incautación por alguna razón en las diversas intervenciones de sus propios colegas.
Este hecho se puso al descubierto cuando la Policía decomisó el arma con la cual un avezado asesino identificado como Luis Alberto Sánchez Alva (a) “Chazán”, ultimó a tres parroquianos en el interior de un Bar, se trataba de la misma arma con la cual otro de sus compinches se había enfrentado a la Policía en un tiroteo, lo que quería decir que el revolver pasaba de mano en mano entre la delincuencia.
Lo escandaloso es que esa arma había sido internada en la DISCAMEC en el marco de una investigación que ya se hallaba en el Poder Judicial, es decir, que el arma que aparentemente estaba en custodia policial había llegado a manos de la delincuencia y fue utilizada en varios eventos delictivos según lo pudo confirmar la pericia balística.
Este mal Policía fue condenado a 18 años de cárcel, empero, sus dolosas maniobras quedaron como antecedente de la audacia de la delincuencia para hacerse de armas que le permitan seguir delinquiendo en las calles, hay un tenebroso tráfico de armas y ahora se ha tomado una actividad lícita y comercial para ese delictivo objetivo, las encomiendas preñadas resultan el vehículo ideal del lumpen para transportar armas de un punto a otro. Habrá que poner especial atención a esto porque no dejarán de hacerlo.