Los representantes de un centro educativo particular del vecino distrito de Santa han lamentado la forma como el Municipio distrital y su alcalde Germán Rojas Soto, han expedido una infracción y los han multado por el hecho de haber contribuido a la mejora y el orden de las calles de ese sector.
Aún cuando suene un tanto contraproducente, lo que ha señalado el director del colegio “America School”, Carlos Torres Lecca, responde a una sucesión de hechos que se suponía derivaban de un deber social de una institución que quiere aportar no solo a la seguridad de sus alumnos sino para fortalecer un distrito que no cuenta con los suficientes recursos como para acondicionar lo mejor para sus pobladores.
Justamente, los medios de comunicación fueron testigos de ello porque en una conferencia de prensa realizada hace ya más de un mes atrás tanto el director como la plana docente dieron a conocer la ejecución de un proyecto de semaforización en la calle en donde se ubica este plantel.
Los directivos estimaron por conveniente invertir en la colocación de un semáforo con la finalidad de proteger la integridad de sus estudiantes y, a la vez, consideraron que de esta manera agregaban un granito de arena al accionar de las autoridades por cuanto el proyecto beneficiaba al orden y el ornato de la ciudad.
Por ello es que en la ceremonia de inauguración de este semáforo estuvo presente el alcalde Germán Rojas, quien apadrinó la ceremonia por que para los directivos y los miembros de la entidad educativa se trataba de un hecho trascendental y lo asumieron de esta manera desde un primer momento, así lo confesaron a la prensa y por ello le otorgaron el despliegue necesario en la medida que deseaban dar a conocer a toda la comunidad que este hecho formaba parte de una participación activa en bien de su comunidad.
Sin embargo, a pesar que hicieron las coordinaciones necesarias con el alcalde, pese a que lo invitaron y contaron con su presencia en la ceremonia principal, lo que les extraña es que la misma Municipalidad de Santa los haya infraccionado bajo el argumento que no contaban con la autorización para la instalación de un semáforo en esa zona, por ello le extendieron la multa pertinente.
Si esto es así, resulta realmente una ofensa que después que se haya ejecutado el proyecto y que el propio alcalde haya tomado parte en su inauguración, los funcionarios ediles salgan con el cuento ese que la obra no estaba autorizada porque la colocación de un semáforo solo puede ser avalada por el Ministerio de Transportes.
Si ello es realmente así ¿porque esperaron que se inaugure la obra para hacer ver el error del plantel y tener que infraccionarlo? ¿Por qué que el alcalde Germán Rojas toma parte en la inauguración de una obra que para el Municipio resulta siendo ilegal? ¿Acaso el alcalde mismo no estaría incurriendo en una ilegalidad al haber avalado con su presencia una obra que para sus funcionarios es ilegal?
En realidad sorprende la reacción de los funcionarios de la Municipalidad distrital de Santa en la medida que lo que están sancionando no es una obra clandestina o la generación de un foco infeccioso, por el contrario, es un aporte a la comunidad por parte de una institución cuyo único afán era contribuir al mejoramiento de su ciudad y garantizar la seguridad de sus alumnos.
Lo que ha hecho el Colegio es cubrir las carencias y la incapacidad de un Municipio para proveer de seguridad a sus calles y proteger a la población con aparatos que son indispensables en el tránsito peatonal y vehicular como es la presencia de semáforos.
En todos los pueblos se reclama a sus autoridades que se instalen estos aparatos y no es posible que en Santa se sancione a quienes lo hacen cuando su acalde ha resultado un perfecto incapaz de poder emprender un proyecto de esta naturaleza.
Al margen de ello, no se puede soslayar el pésimo mensaje que deja el alcalde de Santa y sus funcionarios al advertir a las empresas que no contribuyan al mejoramiento de su ciudad porque pueden verse perjudicados con una multa necia y desleal.
CAMBIO DE AIRES
El Jefe de la División Policial de Chimbote, Coronel Víctor Sifuentes Yañez, ha sido removido del cargo y en su remplazo se ha designado en Chimbote al Coronel Walter Calla Delgado, quien tendrá la difícil responsabilidad de mejorar las cifras estadísticas de la delincuencia en Chimbote, las cuales inevitablemente no dicen nada bien para garantizar la seguridad de la población.
De acuerdo a lo que se ha informado, esto forma parte de los habituales cambios que se realizan en la institución tutelar “por necesidad de servicio” al iniciarse un nuevo año, por ello es que los cambios se ha extendido a muchas otras dependencias policiales.
En cambio, quien si ha sido ratificado en el cargo es el Jefe de la Región Policial de Huaraz, Coronel Felipe Eslava Chávez, quien en la estructura orgánica de la Policía Nacional es quien representa a la entidad en nuestra región.
Sin embargo, los cambios no satisfacen a una comunidad que sigue a la espera que se reactive la Región Policial de Áncash y que la Policía local deje de pertenecer a una macro región cuya sede policial es la ciudad de Trujillo y cuyo titular, por ejemplo, apenas si fue conocido en nuestra ciudad en los últimos años.
Lo que han demandado los representantes de la sociedad civil no fueron los cambios que se han registrado, lo que se espera es que se termine con el ensayo del ex ministro Carlos Basombrío que decidió de buenas a primeras de recoger los viejos y anquilosados modelos que fracasaron en nuestra jurisdicción para desmantelar la Policía de Áncash y someterlas a una jurisdicción de Trujillo con la cual no tiene vínculo en común. Afortunadamente, sus afanes de desterrar las escuelas de Policía de Chimbote y Yungay no tuvo éxito a pesar que parece haber sido el objetivo principal de ese proyecto. Por el momento estas remociones son solo cambios de aires en una institución que debe hacer frente a la delincuencia en evidente desventaja.