El gerente del proyecto especial Chinecas, Ingeniero Edilberto Ñiquen Alarcón, acompañado únicamente de un consejero regional y un grupo de agricultores, colocó la primera piedra de los trabajos de rehabilitación del canal Chinecas en el valle de Santa, los cuales involucran las reparaciones de los daños sufridos a consecuencia de los estragos generados por el “Niño Costero”.
Esto quiere decir que estos trabajos que se esperaban hace muchísimos meses y que, candorosos nosotros pensábamos que deberían tener prioridad y como tal ejecutarse de manera inmediata luego de la desgracia, se ponen en marcha recién cuando ha transcurrido catorce meses de las tragedias que generó el fenómeno climático.
Más de un año ha debido transcurrir para que el proyecto especial Chinecas emprenda unos trabajos que cualquiera podría asumir que son simples y sencillos en la medida que responden a la aplicación de pólizas de seguro, es decir, que corren por cuenta y riesgo de las empresas aseguradoras que se comprometieron a ello.
Sin embargo, ya todos vivimos la nefasta experiencia de lo que significó la emergencia del Niño Costero y la lamentable intervención de los funcionarios del proyecto irrigador, tanto así que la entonces Ministra de Justicia y coordinadora del Gobierno para la asistencia inmediata a los pueblos de Áncash, Marisol Pérez Tello advirtió que si no se enrumbaba la gestión de proyecto irrigador sería devuelto al ejecutivo.
Y es que el fracaso de Chinecas ante los estragos del fenómeno climático generaron una emergencia mayúscula, tanto en el campo como en la ciudad, en el valle porque los canales fueron obstruidos por los huaicos y no hubo capacidad de respuesta para mejorarlos y evitar que se pierdan cosechas enteras, mientras que en la ciudad se generó un desabastecimiento que pudo tener consecuencias más graves si es que el Gobierno no exige que sedachimbote encuentre una solución al problema.
Los resultados que se pueden leer en los archivos periodísticos fueron más que elocuentes, los canales de Chinecas debieron ser reparados provisionalmente por los propios agricultores que estaban preocupados por el futuro de sus cosechas, mientras que el problema del suministro fue solucionado por Seda Chimbote con la habilitación de un desvío de emergencia para que se puedan tomar aguas del Lacramarca hasta que se terminaran de reparar los canales de Chinecas.
Esto es historia conocida, cierto es que la gerencia de entonces estaba aún en manos de los funcionarios designados por el ex Gobernador Enrique Vargas Barrenechea y se explica como es que dejaron que los problemas de su canal principal los resuelvan otros porque ellos eran incapaces de poder solucionarlos.
Incluso, por entonces recién accedía al cargo el Gobernador Regional Luis Gamarra Alor y se encontró con el emplazamiento de la ex ministra, por lo que optó no solo por reorganizar el directorio sino que designó al Ingeniero Edilberto Ñiquén para la gerencia de un proyecto que después de cuarenta años no levantaba vuelo, sigue siendo solo una expectativa y se requería de la presencia de gente con experiencia en estos manejos de proyectos agroindustriales.
Sin embargo, pese a ello el tema de la rehabilitación del canal chinecas se prolongó en demasía, la semana pasada, luego de la protesta que realizarán agricultores que eran conscientes que los trabajos provisionales que ellos realizaron tenían solo esa condición y consecuentemente no permitían al canal irrigador transportar agua en las cantidades que ellos requerían, el proyecto irrigador anunció de pronto que ya estaba todo listo para la ejecución de los trabajos finales que se requerían.
En esta ceremonia, el gerente de Chinecas advirtió que a la demora en los trabajos no solo contribuyen las conocidas dilaciones del sistema burocrático del país, sino la necesidad de reformular el expediente de las rehabilitaciones porque lo encontraron sobrevalorizado, sus antecesores habían dejado unos estudios que implicaban el desembolso de 20 millones de soles, que no tenían relación con los daños.
Por ello es que se realizaron otros estudios y finalmente se han valorizado los trabajos en solo 8 millones de soles, lo que quiere decir que hubieron algunos abusadores que trataban de lucrarse con sumas millonarias en la ejecución de estos obligados trabajos.
Las revelaciones que ha hecho el gerente de Chinecas son bastante serias y delicadas, inclusive, su propia institución por intermedio de sus áreas legales ya deberían haber accionado contra los responsables y denunciar los hechos ante el Ministerio Público, se evidencia allí que ha existido un ánimo de defraudar los recursos del estado y, por lo tanto, debería existir allí una pesquisa a nivel de Fiscalía.
Ya es momento de terminar con esta suerte de aprovechamiento de la burocracia, de personajes que solo están de paso en los cargos públicos y no ven la manera de salir con los bolsillos llenos de un dinero, como se vislumbra en la sorprendente diferencia en los costos entre uno y otro estudio realizado por la gerencia.
Y si es que la actual gestión de Chinecas no tiene la menor intención de demandar una investigación sobre esta presunta sobrevalorización entonces que proceda de oficio el Ministerio Público porque no existe manera de justificar una diferencia presupuestal tan descomunal, ello solo pone en evidencia que hubo la intención de defraudar los presupuestos de una entidad pública como es Chinecas.
En el otro lado de la medalla, lo importante es que la gerencia de Chinecas haya podido encaminar este proceso de rehabilitación aun cuando ello haya tomado más de un año, el suministro de agua es elemental y el colapso registrado como consecuencia del Niño Costero ha puesto de manifiesto que estamos ante un sistema vulnerable que, de alguna manera, tiene que protegerse y cuidarse para que no se presenten los mismos efectos que se ha padecido en el campo y la ciudad.
Esperemos que la empresa encargada por la aseguradora pueda avanzar los trabajos de manera sostenida, que no se vuelvan a presentar nuevos inconvenientes en la medida que este proyecto debería haberse ejecutado hace unos 10 meses atrás, sin embargo, al final de cuentas tenemos que convenir con aquel conocido proverbio que dice “más vale tarde que nunca”.