No tiene ni siquiera tres semanas en el cargo pero el alcalde (e) de la Municipalidad Provincial del Santa, Neptalí Briceño Porras, ya es objeto de reglajes y de amenazas contra su vida y contra la integridad de su familia, en un hecho que ha sorprendido a propios y extraños por la forma y el momento en que se presenta.
La denuncia la hizo el propio afectado en el marco de una conferencia de prensa en la cual hizo alusión a una serie de hechos y comentarios que deben dar lugar a una inmediata pesquisa por parte de la Policía, más aun cuando no se trata de una amenaza típica de delincuentes que buscan amedrentar y obtener algo de una persona o autoridad, sino de una amenaza que ha dejado extrañamente muchas huellas en el camino.
En efecto, Briceño Porras ha señalado que el antepasado fin de semana mediante una llamada desconocida que ingresó al celular de la madre de su hija mayor, le dejaron un mensaje diciendo “no se meta en nada” y “deja las cosas como están”, siendo informado en el acto de este acto de amedrentamiento.
Obviamente, estas amenazas no se profirieron con las referidas menciones a secas, sino que estuvieron secundadas de palabras soeces que buscaban que intimidar a los interlocutores y que ponen en evidencia que se trata de gente que lejos de hacerlas llegar directamente al burgomaestre, teniendo en cuenta que es un funcionario público y su teléfono es mucho más fácil de acceder, han preferido llegar a su entorno más estrecho y familiar con la finalidad de generar mayor impacto en las intimidaciones.
Pero esto no es todo, estas amenazas no se han efectuado de manera absolutamente anónima, no se hacen llegar mediante mensajes de texto de números desconocidos, sino que a decir de la denuncia del alcalde encargado, ha llegado desde un teléfono celular que ha quedado registrado en el equipo del familiar del agraviado, es decir, que se cuenta con un número totalmente identificado y se presume que ya se ha solicitado a la empresa de telefonía que informe a quien corresponde ese celular.
Por ello es que el alcalde (e) Neptali Briceño no ha vacilado en reafirmar que de todas maneras hará la denuncia penal correspondiente en la medida que, como no podría ser de otra manera, es el primer interesado en conocer quienes se encuentran detrás de este acto de amedrentamiento y quienes son los que buscan mediatizar la corta gestión que viene encabezando y que se extenderá hasta el próximo lunes.
De manera acertada, y mientras las autoridades tramitan la denuncia, el alcalde ha anunciado que ha adoptado sus propias medidas de seguridad para prevenir cualquier incidente y por estrategia, dijo haber cambiado su rutina, ahora tiene mayor cuidado pero teme por su familia y aunque no responsabiliza directamente a nadie, lo que espera es que no sea por un tema de gestión.
Es evidente que a la luz de los detalles de esta denuncia, las amenazas contra el alcalde no proceden de alguna organización criminal que pretenda intimidarlo por acción o encargo de alguien, por el contrario, se trata de gente que se ha visto invadida y perjudicada por el accionar del burgomaestre aun cuando todos sabemos que este tendrá un paso efímero por el sillón principal de la casa consistorial.
En efecto, aquello de “no se meta en nada” o que “deje las cosas como están” son frases que ocultan muchos mensajes y que, asumimos, el alcalde con mayor visión de sus propios actos y acciones ya debe presumir de donde llegaron.
En lo que concierne a su accionar como alcalde, en la medida que se asume que estos es producto de sus actos de gestión, se sabe que una de las medidas que ha emprendido Briceño Porras con firmeza y decisión es la desautorización a un grupúsculo de dirigentes y comerciantes del Mercado Progreso para dar paso a la ejecución del hospital del mismo nombre., incluso, ha conseguido que el COPROSEC sancione un acuerdo de respaldo y ha viajado a la capital de la república a efectos de afianzar estas gestiones.
El alcalde (e) le ha puesto todo el empeño posible a estas gestiones, pero no ha sido la única que marca esta corta gestión, también se ha mostrado bastante decidido en poner orden en los servicios de la ciudad y por ello ha ejecutado el cierre y clausura del Mercado Dos de Mayo que es uno de los emporios comerciales más grandes de la ciudad y cuya medida ha generado el recelo de los comerciantes afectados a los cuales ni siquiera se les ha permitido vender en las calles aledañas en la medida que esta prohibido por ley.
De la misma manera, como lo anunció antes de asumir el cargo, decidió emprender los cambios de funcionarios de manera integral y decidida, ha sacado desde el gerente municipal hasta el último jefe de línea de la anterior administración edil, generando las insatisfacciones de muchos en la medida que se pensaba que no procedería de esta manera en razón que su periodo de gestión es de solo un mes.
De allí que a pesar que el alcalde (e) tiene apenas tres semanas al frente de la comuna, ha tomado varias decisiones que “han pisado muchos callos”, que ha generado reacciones de los afectados y podría encontrarse en algunos de ellos a los promotores de una amenaza propia de principiantes que ha dejado muchas huellas en el camino.
No sabemos cuánto se ha avanzado de este caso, ni siquiera se sabe si es que el alcalde ha formalizado los cargos ante el Ministerio Público el último fin de semana, lo cual será un contrasentido respecto a las declaraciones que ha formulado, más aun cuando en estos casos, cuando se cuenta con alguna pista o evidencia, se requiere actuar con celeridad a efectos que no se borren las huellas o se perturbe al actividad probatoria.
Si existe un teléfono celular identificado de donde proceden las llamadas amenazantes contra la primera autoridad de Chimbote, nos imaginamos que las autoridades competentes ya cuentan con la identificad del propietario de ese equipo y ya se han comenzado a identificar a los responsables, estamos hablando de amenazas de muerte y reglajes a la máxima autoridad vecinal, si esto le puede suceder a quien tiene la primera investidura de la provincia ¿Qué podemos esperar los ciudadanos de a pié? La Policía y el Ministerio Público no deben permitir que se transmita un mensaje de vulnerabilidad e inseguridad a la población, ya tiene que actuar y desentrañar estas indignantes amenazas.