En medio de una crisis moral que carcome la función pública, en la cual se han realizado todos los esfuerzos necesarios para evitar que individuos con antecedentes penales o que han sido condenados por la justicia no tengan espacios en el último proceso eleccionario, una nueva noticia relacionada con las sentencias contra autoridades nos llama la atención y nos dice que esto es como un cáncer que es difícil de exterminar.
En efecto, la semana pasada la Corte Superior del Santa dio cuenta de la sentencia condenatoria que el Juez del Juzgado Penal Unipersonal anticorrupción, Joseph Arequipeño Ríos, ha expedido contra Tomás Polo Agape, alcalde de Buenavista Alta, un distrito de la comprensión de la vecina provincia de Casma, a quien se ha impuesto cuatro años de pena efectiva de carcelería, lo que quiere decir que a estas alturas es un prófugo de la justicia.
El caso del alcalde de Buenavista, en realidad, no es nuevo, por el contrario, en septiembre del año pasado había sido condenado a una pena similar por los mismos hechos, debió someterse a la clandestinidad, quedó como requisitoriado y en su distrito debieron suspenderlo del cargo para designar en su remplazo al primer regidor, Hugo Pajito, que estuvo al frente del cargo hasta el mes de abril de este año cuando la Primera Sala Penal anuló el fallo y ordenó que se haga un nuevo juicio oral.
En aquella oportunidad advertimos que la segunda instancia no había absuelto al alcalde Tomás Polo, señalamos que las manifestaciones de júbilo que este ponía de manifiesto solo redundaban en el hecho que había quedado sin orden de captura y podía salir del escondrijo en el que se hallaba, incluso, la ley lo habilitaba para retomar el cargo, empero, la orden judicial señalaba que se realice un nuevo juicio oral.
Y así se hizo, el juez Joseph Arequipeño volvió a juzgar al alcalde de Buenavista y encontró los mismos y contundentes medios probatorios que demostraban que el alcalde Tomas Polo Ägape en realidad se había coludido con un empresario y funcionarios para direccionar una obra de mantenimiento del puente Huanchuy, permitiendo de esta manera que se sobrevaloren los costos de la misma.
Inclusive, en aquella oportunidad como ahora, concurrió una perito adscrita al Ministerio Público quien evaluó la obra realizada en Huanchuy y llegó a la concusión que fue un burdo engaño para la cantidad de dinero que se había pagado.
Cuando se realizó el primer juicio oral ya todos los periodistas sabían en que terminaría el mismo en la medida que los hechos que se revelaron eran categóricos, el alcalde, en complicidad con un funcionario de su gestión, se coludió para expedir una resolución de alcaldía declarando un inexistente estado de emergencia y de esta manera se saltaron las vallas de las licitaciones y de los procedimientos que establece la ley a efectos de adjudicar directamente la obra a un empresario que tomó parte en la componenda.
Pero en donde se vislumbraba ya la responsabilidad de Tomás Polo Ágape fue en la decisión de sus co inculpados el Jefe de Desarrollo Urbano, Rural y Obras de esta Municipalidad, José Neptalí Vega Díaz (61), y el Gerente General de la Constructora EIFFEL, Juan Raúl León Flores (37), quienes se acogieron a la conclusión anticipada, es decir, aceptaron los términos de la acusación de la fiscalía y confesaron como es que el alcalde fue el que promovió esta componenda.
Gracias a los beneficios que otorga la ley, se pudo descubrir que otra autoridad municipal había echado manos a artificios con la finalidad de beneficiarse con los recursos de la comuna distrital, inclusive, en los cargos se describe que la Municipalidad de Buenavista había reservado un presupuesto para la adquisición de troncos que permitan realizar los trabajos de mantenimiento, empero, se optó por contratar a la empresa en la medida que el alcalde era consciente que con este mecanismo saldría beneficiado con los diezmos que se suele pedir en estos casos.
Desde entonces se pudo conocer que el alcalde no tenía escapatoria, sus alegatos de inocencia se chocaban con la confesión sincera de sus co-acusados, empero, pese a que la autoridad judicial lo emplazó a decir la verdad e impedir agravar su situación jurídica, mantuvo su posición y por ello fue condenado a pena efectiva de cárcel.
Hoy nuevamente se expide una sentencia condenatoria similar y el alcalde de Buenavista Tomás Polo seguramente ya está escondido como ocurrió el año pasado a la espera de tramitar la apelación que ha formulado contra la sentencia, aun cuando ya no se sabe si tendrá la misma suerte, pues se han corregido los errores que observó el Colegiado superior y ya no habrá pretexto para que se anule la condena.
Sin embargo, en la medida que la sentencia no ha quedado aun ejecutoriada, y existe un medio impugnatorio de por medio, el alcalde será nuevamente suspendido y asumirá la gestión el primer regidor Hugo Pajito Mendoza, quien evidentemente terminará el periodo de esta gestión edil y sembrará las raíces de una gestión más amplia pues a la luz de los resultados de los últimos comicios del pasado 07 de octubre, ha resultado como alcalde electo al imponerse en el conteo final de los votos, postulando con la camiseta de Somos Perú.
Lamentablemente, el distrito de Buenavista Alta ha experimentado el agrio sabor que nos tocó degustar a los chimbotanos en esta gestión edil del período 2014 – 2018, pues debido a las condenas impuestas a sus alcaldes se ha generado una perniciosa inestabilidad con el constante cambio de las cabezas.
Ello a despecho que Buenavista no es un distrito electoralmente atractivo, nos imaginamos que presupuestalmente tampoco representa mucho en la medida que su total de electores llega a los 3,500 y de ellos acudieron a votar poco menos de tres mil, sin embargo, ello no es óbice para que las malas autoridades elegidas echen mano a triquiñuelas para aprovecharse de los pocos recursos que se les asigna.
El fallo expedido por el juzgado anticorrupción sella la suerte del alcalde Tomás Polo Agape, asimismo que con la notificación de la sentencia en esta semana debe estar realizándose la transferencias de cargo y encargando la alcaldía al primer regidor Hugo Pajito Mendoza quien sumará estos dos meses y medio del año a una gestión de cuatro años más que le espera al haber ganado los últimos comicios. Las autoridades siguen cayendo y ello es consecuencia de una mala elección, confiemos que en esta oportunidad Buenavista se haya sacudido de estos problemas y cuente con autoridades que queden al margen de los problemas judiciales.