TRAGEDIA
El fatídico accidente registrado en la carretera Panamericana Norte, en el sector de Guadalupito, justifica una vez más la acción de las autoridades para terminar con la informalidad en el transporte público de pasajeros. El vehículo que chocó contra un tráiler y dejó sin vida al chofer y los cuatro pasajeros heridos, era uno de los tantos que se dedican a sortear a la Policía de Tránsito y los operativos municipales que buscan erradicar esta modalidad de trabajo de gente que si bien es cierto necesita trabajar y quiere ganarse la vida con el sudor de su frente, no puede ofrecer un servicio que debe estar sujeto a un estricto control, y, esencialmente, a garantizar la vida de las personas. La informalidad deja esta clase de secuelas, una tragedia con pérdida de vidas, heridos sin una sola garantía de atención por la carencia de un seguro, daños materiales irrecuperables, dolor y desolación en muchas familias. Y, es que si bien es cierto los muchachos que se ponen al volante son muy diestros y preparados, lo que no entienden que para prestar un servicio de esta clase se requiere de choferes con licencia profesional, conductores que se encuentren lo suficientemente descansados para no dormirse en el camino, vehículos en buenas condiciones para viajes de largo alcance, etc, etc. En el accidente registrado el domingo por la noche el conductor ha pestañeado, ha sido un ligero cabeceo por solo unos segundos que resultaron fatales porque cuando advirtió el peligro virtualmente ya estaba empotrándose debajo del tráiler. Ocurre que esta gente chambeadora suele ir y venir a Trujillo y no advierten que el cuerpo se cansa y en algún momento traicionará sus buenos reflejos. Esto no es posible que ocurra en la formalidad, por ello es que se exige la constitución de empresas que puedan garantizar un seguro, que pueda contar con flota de vehículos en buenas condiciones, que tenga choferes que cuenten con una rotación ideal para descansar antes de tomar una nueva ruta, en otras palabras, todo lo necesario para impedir, lo máximo posible, que se registre un accidente. En solo una semana se han registrado la muerte de dos choferes de transporte informal, las autoridades tienen que ser más estrictas porque lo que tienen que evitar son estas tragedias, lamentablemente, por encima del esfuerzo y la desesperación de otros choferes por seguirse ganándose el pan con una actividad que, está demostrado, es sumamente peligrosa e improvisada.
REACCION
Era previsible que los magistrados de la Segunda Sala Penal de Apelaciones ratifiquen la medida de nueve meses de prisión preventiva que se dictó contra la denominada “mamá diabla” como la calificó la prensa a Danyk Marianella Farfán Retto, la malvada mujer que fue enjuiciada y capturada tras descubrirse vídeos en el que aparece abusando de su propia hija de 14 años de edad. Los hechos son harto conocidos por todos y nos generó absoluta repulsa en su momento, empero, lo que llama la atención es que desde que la mujer fuera capturada no se haya tomado acciones respecto a este caso, por ejemplo, se sabe que la mujer cometió estas aberraciones junto a su actual pareja sentimental César Wilfredo Martínez Granda (41,) pues las grabaciones se descubrieron en su equipo celular, luego que perdiera el equipo y fuera hallado por terceros. Este sujeto se encuentra en calidad de prófugo de la justicia, no se entiende cómo es que hasta la fecha no pueda ser ubicado, de la misma manera no se sabe nada de la dos hijas de la mujer que fueron halladas en la Plaza de Armas de Cusco, abandonadas allí por su propia madre cuando se enteró que todo el país estaba tras sus pasos. Ellas se negaron a quedarse con su padre aparentemente por que le tienen miedo. Las autoridades no han informado qué nuevas medidas se han tomado en este caso y el tiempo pasa. Eso es peligroso porque no vaya a ser que nos encontremos con casos a punto de cerrarse y sin resultados a la vista.
ERROR
En nuestra edición de ayer, en esta misma columna, insertamos un comentario relacionado con las quejas del Sindicato de Trabajadores Administrativos del sector educación, con relación a un concurso de plazas para trabajadores CAS en el que se advertía la extraña desaparición de una plaza. Al respecto, recibimos las explicaciones de la misma UGEL en el sentido que no existe nada extraño en la convocatoria N° 24 sino un error de tipeo en la descripción de la convocatoria, en la que se había copiado el mismo tenor de la convocatoria N° 20. Sin embargo, precisan que en el cuadro descriptivo se deja mención que la convocatoria es de una sola plaza. Ocurre que se trata de plazas que son sometidas a concurso a través de una comisión al iniciarse el año, empero, los trabajadores que se las adjudican suelen renunciar porque encuentran otro mejor empleo o porque la actividad no les convence y hasta por razones personales, entonces tienen que convocar sobre la marcha a nuevos concursos y en ese afán, en la sobrecarga de trabajo se incurrió en un error simple que le puede ocurrir a cualquiera, pero no existió afán alguno de ocultar alguna plaza o algo por el estilo, ya que ellas están debidamente presupuestadas.