Editorial

Editorial: ::: LAMENTABLE REALIDAD :::

El gobierno, en el marco de la política nacional de prevención, ha programado para este lunes 05 el último simulacro del año, el mismo que tiene como particularidad el hecho que será un simulacro de sismo con secuela de tsunami y será nocturno.

La finalidad es que la población se encuentre preparada en cualquier circunstancia pues las desgracias no solo se presentan a plena luz del día, también se han registrado sismos durante la noche y la idea es que la ciudadanía conozca las mejores y adecuadas maneras de reaccionar ante un movimiento telúrico aun cuando se presente por la noche.

Empero, en esta oportunidad, el simulacro tendrá una secuela de tsunami porque se necesita hacer ensayos ante una posible desgracia de estas características y los pobladores, especialmente aquellos que se encuentran en la zona costera, deben conocer como deben evacuar ante una desgracia de este calibre.

Por ello es que el Gobierno ha establecido tres ciudades del litoral en donde se monitoreará el comportamiento no solo de la población sino de las autoridades que son las llamadas a activar los protocolos de emergencia y las entidades que prestan asistencia frente a desgracias, como la compañía de bomberos, defensa civil, las municipalidades, las entidades regionales, en fin, todos aquellos que se encuentran en condiciones y cuentan con aparatos de asistencia.

Son las ciudades de Chimbote, Paracas y Marcona en las que el Comité de Emergencia Nacional, integrado por representantes del Ejecutivo, estará observando el desarrollo del simulacro y evaluarán el nivel de capacitación y entrenamiento que tiene la ciudadanía.

Ante un sismo existen medidas de prevención que deben adoptar los pobladores, la manera como garantizar su vida en las zonas de seguridad, las comunicaciones, la asistencia, la ubicación de sus familiares, etc., de la misma manera, en caso se active una alarma de tsunami no existen más de 20 minutos para adoptar un mecanismo de evacuación, los pobladores de las zonas costeras son los llamados a reaccionar de inmediato y trasladarse a los albergues de seguridad, en este caso ha sido considerado el estadio Manuel Rivera Sánchez, frente a la Urbanización El Trapecio..

Aquellas personas que cuenten con viviendas o negocios en el casco urbano de Chimbote, deberán evacuar hacia el jirón José Olaya o hasta la empresa siderúrgica para poder evitar cualquier perjuicio ante una ola gigante.

Las autoridades han venido coordinando con los representantes de INDECI el desarrollo de este simulacro, pues son ellas las que deberán tener un rol protagónico, sin embargo, nada se consigue si es que no existe un compromiso y la voluntad de los pobladores de participar en este ensayo.

Decimos esto porque el último miércoles el Jefe de la Plataforma de Defensa Civil de la Municipalidad Provincial del Santa, Guillermo Abrill León, hizo pública su absoluta preocupación por la falta de interés que han puesto de manifiesto los dirigentes de los pueblos de la zona costera, a quienes han convocado para realizar coordinaciones pero no acuden, apenas si asiste una minoría.

Recordó que la semana pasada llegó un llegó un especialista en gestión, riesgos y desastres de la Dirección Nacional de Indeci, con quien se ha coordinado actividades y se está perifoneando por la zona costera, se está entregando afiches, volantes para que la población entienda que es importante estar preparados, sin embargo, en la reunión que convocaron solo acudieron 4 de 17 dirigentes y representantes de los pueblos costeros.

Esto sí que es inquietante en la medida que los pueblos costeros son los llamados a tomar parte de manera obligatoria en este simulacro, son ellos los más afectados en caso se presente un fenómeno telúrico con secuela de tsunami, consecuentemente, si ellos no ponen de su parte y no colaboran, sencillamente las consecuencias serán funestas.

Quienes hemos experimentado las graves consecuencias de un sismo, quienes hemos padecido los efectos del terremoto del 31 de mayo de 1970 somos conscientes que la falta de información, orientación y preparación arrastra un alto porcentaje de los daños y las secuela de muertes que deja, por ello nos sumamos a la admonición pública del Jefe de la Plataforma de Defensa Civil ante esta lamentable realidad de desidia e indiferencia de quienes son los llamados a reaccionar con urgencia ante un desastre. Si no lo hacen es solo una irresponsabilidad.