En medio de las angustiantes cifras que han advertido la presencia de altos niveles de anemia en la población menor de 10 años de edad, y, específicamente en los centros educativos, se hace imperativo que se adopten medidas que no solo procuren reducir estos índices alarmantes sino que redunde en un beneficio proteico para el niño.
Y es que el programa de salud del municipio provincial del santa implementó un programa que le permitió medir los niveles de anemia en los centros educativos y las cifras que proporcionaron fueron bastante preocupantes en la medidas que no solo en la sierra de la región este mal ha avanzado de manera inconcebible sino que en la zona costa está dejando las mismas huellas.
Cuando se conocieron estas cidras la mayoría de autoridades voltearon la mirada sobre el Qali Warma, el programa social de Gobierno que trabaja, paradojicamente, para impedir que los males derivados de la mala alimentación afecten a los menores y perjudiquen su capacidad cognoscitiva que muchas veces los convierte en alumnos lamentablemente deficientes en lo que se refiere al rendimiento escolar.
No sabemos si responde a esta crítica situación, sin embargo, la semana pasada el Jefe zonal de la oficina de Qali Warma, Nikolay Paredes Meza, ha anunciado la expansión de este programa social en la medida que se amplió la base presupuestal para el próximo año y, consecuentemente, se podrá llevar las raciones alimenticias a otros 29 centros educativos de la jurisdicción.
Esto significará que un total de 77 mil 500 los escolares resulten beneficiados con el programa de alimentación escolar de Qali Warma el próximo año año en la Sub Región Pacífico para los cual se ha iniciado el proceso de compras de los productos al cual se ha invitado a las 9 empresas proveedoras que se encargaron de la distribución del producto este año en la medida que no han presentado algún inconveniente.
Justamente, para evitar cualquier suspicacia o los conocidos cuestionamientos cuando las cosas no salen bien, este programa social del estado ha incorporado en los procesos de compras una serie de evaluaciones que son supervisadas por representantes de importantes entidades como Ugel Santa, Subprefectura de Nuevo Chimbote, la sociedad civil entre otros, con el propósito de lograr un proceso transparente.
En tal sentido, precisó que el presente año el Ministerio de Economía ha destinado 28 millones de soles para abastecer de alimentos en la modalidad de raciones y productos a los colegios de su jurisdicción.
Es importante que con la debida anticipación los responsables de este programa gubernamental vengan ajustando los calendarios de compras y la programación que se pondrá en vigencia el año próximo, pues lo que se quiere es que no falten los alimentos en los sectores más pobres del país atendiendo que se ha demostrado que eso afecta en la concentración y atención de los niños en las aulas.
Sin embargo, es pertinente señalar que no solo esta programación debe estar debidamente monitoreada y debe responder a moldes exactos en cuanto a la previsión, sino que todo ello debe ir acompañado con el necesario seguimiento de los productos que entrega el Qali Warma y los efectos que ellos tienen en los menores.
Y es que es aquí en donde parece que se concentran los problemas en este programa social, por allí se puede encontrar la respuesta a los preocupantes índices de anemia en los niños, pues no sería coherente que este mal se mantenga presente en un centro educativo en donde se supone existe un programa de alimentación que lo que busca es evitarlo y erradicarlo.
Lamentablemente, la mayor atención de las autoridades se ha concentrado en los prolegómenos de este programa alimentación, en la preparación de compras y distribución de productos en la llegada de los insumos a los centros educativos, pero no ha reparado mucho en la secuela en la ingesta de los mismos.
Es muy sencillo colegir que si es que la anemia se mantiene y sigue afectando a esa población escolar que se supone ha sido atendida con la entrega de raciones alimenticias, ello quiere decir que ese estudiante no está consumiendo los productos que se les entrega.
Ello es consecuencia de la modalidad de preparación de los productos, de un tiempo a esta parte el Qali Warma la optado por los enriquecidos lácteos y los preparados que hacen ciertas empresas para posibilitar la entrega de un producto que está fortalecido con otros que, aparentemente, lo convierten en el ideal para la alimentación del menor.
Este es el caso por ejemplo del llamado pan negro que se ha entregado a los niños y que no llega a su estómago, lamentablemente la candorosidad e ignorancia de ellos en la importancia de la alimentación los ha llevado en algunos casos a jugar fulbito con estos panes porque no los consumen, prefieren dejarlos en la mochila, llevarlos a casa o eliminarlos antes que probarlos y alimentarse con ellos, según lo han confesado algunos preocupados padres de familia.
Ocurre algo similar con los enlatados de leche que ya llega con todo lo necesario para consumirlas, es decir, no solo con los niveles aceptables de edulcorantes sino con otras productos que han sido licuados con los lácteos, hablamos de quinuas, kiwichas, avenas, etc, que irremediablemente le cambian el sabor.
Cuando ese niño que ha sido acostumbrado desde la cuna a tomar su leche solo con una cocoa, milo o café, recibe otro producto que no tiene el mismo sabor y que resulta agradable para ellos, sencillamente lo deja de lado.
Consecuentemente, no se cumplen los fines del programa social, de qué vale que se apuntalen los procesos de compras y se cuide la programación en la distribución de los alimentos si no se pone especial atención en los niveles de ingesta en los niños.
Creemos que los funcionarios que toman parte en estos preparativos, no solo del programa social sino de la sociedad civil, deberían demandar que estos enriquecidos o preparados que se entregará a los niños se hagan bajo los moldes de un producto que siendo enriquecido resulte agradable a los menores, tener en cuenta que muchos de ellos solo se llevan del color o el olor de un productos para negarse a consumirlo, de allí que se tiene que hallar una fórmula ideal para incentivarlos a cumplir con la cadena alimenticia. Esperemos que este año se alcance los estándares correctos que procure que los productos lleguen efectivamente al estómago del estudiante con los rendimientos nutricionales que realmente necesita. Será una batalla titánica pero hay que librarla.