El alcalde electo de la provincia, Roberto Briceño Franco, se ha dirigido públicamente al alcalde (e) Humberto Ortiz Soto con la finalidad de emplazarlo a que suspenda los procesos de contratación de empresas para la ejecución de servicios en la medida que su equipo técnico ha detectado que existe una escandalosa sobrevalorización.
El burgomaestre electo se ha referido específicamente a los contratos para la instalación de Mallas Raschel en los centros educativos de nuestra jurisdicción, pues han revisado los expedientes y han detectado que existe una voluntad de fraude a los recursos ediles en los mismos.
Cuando ha explicado al detalle, Briceño ha señalado que sus técnicos han evaluado los expedientes y han verificado que el costo promedio que está pagando la Municipalidad asciende a 100 mil nuevos soles, cuando un estudio de costos le permite conocer que estos trabajos no superan los 65 mil soles en el peor de los casos.
Esta revelación la hizo a propósito de presentar a la prensa al Ingeniero José de la Cruz Quiroz, quien será el futuro gerente de infraestructura de la comuna provincial desde enero próximo y quien ha dirigido este estudio de costos que ha detectado la grave irregularidad que se viene registrando en la comuna provincial.
El profesional ha explicado que en el caso de los colegios grandes la colocación de estas mallas importa un valor de 65 mil soles como promedio, mientras que en los colegios más chicos este costo no supera los 45 mil soles.
Sin embargo, los expedientes que viene aprobando la comuna provincial para la ejecución de estos servicios superan los 100 mil nuevos soles, lo que implica una sobrevalorización que oscila entre el 35 y 45%, lo cual ya es un escándalo.
Empero, hay algo mucho más delicado y que amerita que las instancias de control en el gasto público del país tengan que intervenir, pues a decir de las nuevas autoridades electas la Municipalidad Provincial del Santa ha lanzado servicios por mallas Raschel que en suma totalizan un gasto de más 4 millones y medio de soles, lo que han calificado como valores prohibitivos y por cuyo mérito precisan que aquí hay indicios de corrupción en la instalación de estos protectores solares en los planteles.
Pero si esto ya suena bastante preocupante, a este escenario se suma el hecho que la saliente gestión de Humberto Ortiz tiene las mismas y malas costumbres de las autoridades corruptas de Ancash, pues se ha detectado que una sola empresa se ha adjudicado hasta 10 de estos servicios, lo que desde ya suena sumamente suspicaz y amerita una evaluación de control, no solo del Ministerio Público sino de la Contraloría General de la República.
Campo se sabe desde el año pasado se ha previsto que los organismos de desarrollo como los Municipios contribuyan a proteger a los escolares de la zona en la medida que con la llegada del “Niño Costero”, el comportamiento del clima fue sumamente contradictorio y en aquellos meses posteriores a los desbordes y aniegos, una terrible ola de calor invadió calles y escuelas.
Por ello se determinó como exigencia que los Municipios apoyen a los colegios a efectos que se coloquen mallas Rachel con la finalidad que los estudiantes puedan realizar educación física o tomar parte en actividades deportivas y hasta las formaciones, protegidos de manera prudente de los fuertes rayos solares.
De allí que las Municipalidades echaron mano a sus recursos con cargo de dar cuenta al presupuesto de la reconstrucción que le corresponde a Chimbote y Áncash, determinándose la contratación directa de empresas que puedan cumplir estos servicios.
Así se hizo en esa ocasión y ahora se repite en la medida que la demanda crece cada día, siendo la Municipalidad una de las que mostró mayor entusiasmo en la ejecución de estos trabajos, aun cuando ahora se entiende cual habría sido el real motivo de este auge.
La malla Raschel son enormes toldos que se colocan en las partes altas de los patios de los colegios a efectos de generar sombras que no permitan que los fuertes rayos solares afecten a los niños en las escuelas, empero, aun cuando ha sido una gran alternativa para la ola de calor, también ha representado una descarada oportunidad para aquellos que suelen aprovecharse de los recursos públicos cada vez que se requiere o necesita ejecutar una obra de bien para la comunidad educativa.
Sin embargo, el alcalde electo era consciente que no podía dejar este tema tal y como estaba porque sería como avalar la corrupción y permitir que el erario municipal, se evapore de manera ilegal en las narices de las autoridades.
De allí que ha hecho bien el alcalde electo en emplazar a la autoridad municipal saliente a efectos que se suspendan estos procesos de contratación, es un pedido pertinente si se tiene en cuenta que cuando los funcionarios advierten que concluye una gestión aprovechan este interregno para hacer de las suyas, empero, el alcalde electo parece contar con una maquinaria de profesional a los cuales no se les escapa detalle alguno.
El alcalde (e) Humberto Ortiz no ha mostrado la misma osadía que su gerente municipal que ha calificado estos cuenstionamientos como simples apreciaciones subjetivas u opiniones de quienes accederán manejar los hilos de la comuna, por el contrario, el burgomaestre ha ofrecido llevar los procesos licitadores al Colegio de Ingenieros a efectos que los peritos puedan evaluar y reconocer que si han existido malos manejos.
Censurable y facilista posición en la medida que el alcalde (e) sabe que una auditoría de este calibre tomará su tiempo y en la medida que ya solo les queda mes y medio en esos cargos, no quieren meterse en mayores problemas y han dejado las cosas como están.
Hay un adagio que dice “si no quieres por las buenas, será por las malas” por ello es que ha terciado en este tema el procurador anticorrupción del Santa, Dr., Richard Asmat Urcia, quien ha recogido las graves revelaciones de los profesionales del equipo del nuevo alcalde en la medida que con esta clase de maniobras se cobra por obras que jamás se ejecutaron y ya ha aparecido alguna de ellas como la que se ha denunciado en el Colegio “Corazón de Jesús”. Mucho cuidado con esto porque la malversación también se castiga con contundencia.