El gobernador electo Juan Carlos Morillo Ulloa, se ha paseado por una serie de entidades del gobierno regional y ha realizado inmediatas visitas con la finalidad de tomar conocimiento de la realidad de las dependencias que dentro de apenas 15 días estarán bajo su responsabilidad.
Esto luego que el pasado lunes la Oficina Nacional de Procesos Electorales confirmara su triunfo electoral en segunda vuelta sobre su único contendor Juan Rebaza Carpio que postuló con las sedas del “Maicito”, convirtiéndose de esta manera en la máxima autoridad regional en los próximos cuatro años.
La incertidumbre del domingo de elecciones caracterizada por una lamentable falta de información por parte de las empresas encuestadoras, se disipó en menos de lo que canta un gallo el día siguiente en la medida que el centro de cómputo de la ONPE trabajó durante toda la madrugada en el procesamiento de las actas remitidas por los miembros de mesa y en las que se tenía la cantidad de votos acumulados por cada candidato.
Al final, las cifras fueron bastante elocuentes respecto a la victoria electoral de Morillo Ulloa y las causas de este resultado han sido ya analizadas en este mismo espacio, de allí que ahora queda dar vuelta a la página de los desvaríos registrados en la campaña electoral y hay que pensar en lo que se viene, en el futuro gobierno de un candidato que inicialmente, y esto lo reconoce el mismo Morillo, no inspiraba confianza en el electorado.
Sin embargo, la voz del pueblo es la voz de Dios, reza un conocido adagio popular, de allí que todos han reconocido el mandato soberano y el primero que ha reaccionado, como corresponde, es el propio candidato vencedor., quien decidió con acierto no quedarse sentado en la sala de su vivienda y menos pensó, como muchos otros, celebrar su triunfo electoral en reuniones y cuchipandas en donde sobra el licor.
Por el contrario, Morillo ha puesto en marcha una táctica sorpresiva que se inició en Huaraz, en donde visitó inmediatamente a quien será su antecesor, el saliente Gobernador Luis Gamarra Alor, con la finalidad de conocer la realidad de su despacho y, esencialmente, anotar los temas de coyuntura que quedan en el despacho y que deberán merecer su inmediata atención apenas juramente el cargo.
Durante la semana que pasó, Morillo ha visitado también la Sub Región Pacífico, en donde el gerente Víctor Sicchez le ha dado a conocer la relación de obras que quedan en marcha y ejecutándose y aquellas que han quedado paralizadas desde la época de César Álvarez y hasta la fecha no se han retomado, como los casos de los colegios “Víctor Andrés Belaunde” e “Inca Garcilaso de la Vega.
De la misma manera el flamante titular electo de la Región ha llegado al hospital Regional en donde ha recogido las impresiones de su actual director y ha observado las condiciones que tiene este nosocomio para albergar una unidad oncológica, uno de los ofrecimientos de su campaña que deberá implementar aprovechando los recursos logísticos que tiene, por ejemplo, el nosocomio sureño.
Muchos ancashinos deben recordar las últimas elecciones regionales en Áncash, claro que no fueron las más esperadas y que al cabo de los años se ha comprobado que fueron nefastas, sin embargo, lo que advertimos es que los elegidos no asumieron una reacción como la que ha emprendido en nuevo gobernador electo.
Ni César Álvarez en los años 2007 y 2010, ni tampoco Waldo Ríos Salcedo el año 2014, se decidieron conocer el estado del gobierno regional antes de asumir los cargos, en el primer caso se dedicó a alanzar amenazas al gobierno aprista de entonces y en el segundo caso la cosa si fue para llorar pues ni siquiera estaba en condiciones de juramentar.
Esto es parte de la historia reciente de Áncash, los electores le dieron el voto a un personaje que, anteladamente, la autoridad electoral había descalificado por tener una sentencia condenatoria de la que no se había rehabilitado en la medida que no canceló la reparación civil por ello no estaba en condiciones de juramentar.
Quien lo sucedía, el vice gobernador electo Enrique Vargas, era un personaje absolutamente desconocido, ni siquiera había abierto la boca en la campaña electoral a pesar que se sabía que si ganaba Waldo Ríos seria el quien jure el cargo y asuma la gestión, como ocurrió con los nefastos resultados que todos conocemos.
Por lo menos, el gobernador electo Juan Carlos Morillo ha puesto en marcha una nueva política de trabajo, una que tiene que ver con la celeridad y con efectividad, la primera de ellas para ganar tiempo indispensable en este momento y la segunda para llegar al asiento principal del campamento de Vichay con conocimiento de causa, con la agenda totalmente llena de apuntes y anotaciones de lo que existe y lo que falta en cada una de las entidades del Estado.
Y es que apenas tomó conocimiento de su victoria electoral Morillo le dijo a los ancashinos que tenía la plena intención de poner en marcha un gobierno de concertación, que dejaría abiertas las puertas de su despacho para el dialogo sincero y constructivo con todas las fuerzas políticas y que no tenía la meno intención de imponer nada de manera radical sino que esperaba contar con el concurso de ex candidatos a los que considera técnicos valiosos como Luis Luna y Gabriel Mejía, según los citó.
Concertar significa “armonizar o actuar [una persona o cosa] de forma conjunta a otra u otras”, lo que quiere decir que el flamante Gobernador pretende el concurso y respaldo de las otras fuerzas políticas en aras de forjar el desarrollo de la región con una sola visión, esperemos que tenga suerte, por lo demás la concertación es un cliché que han utilizado muchos políticos sin resultado alguno, confiamos que eso ya no suceda y que el Gobernador electo Juan Carlos Morillo pueda concretar las promesas de su campaña, especialmente en temas sensibles como el hospital La Caleta y el hospital de Huaraz., así como la ejecución del proyecto especial Chinecas, una de sus promesas de campaña que encontrará en serios contratiempos desde el primer día de su gestión pues se ha llevado a cabo una subasta de tierras que parece condenada a la nulidad. Esa deberá ser la primera decisión que adopte el nuevo Gobernador y, por lo menos, en este caso si contará con consenso en la medida que esa subasta fue rechazada en todos los sectores. Le deseamos éxitos al nuevo gobernador pero en especial mucha suerte en la medida que la va a necesitar.