No sabemos si porque se vio apremiado ante una comunidad como la casmeña que ha renegado de su presencia en el proyecto especial Chinecas o porque tiene la firme convicción de emprender una nueva ruta en el proyecto irrigador, lo cierto es que la semana pasada el Gobernador Juan Carlos Morillo nos sorprendió con un anuncio relacionado con la ejecución de uno de los caros anhelos de los chimbotanos y los ancashinos como es el puesta en marcha de Chinecas.
Lo hizo en el marco de una reunión que sostuvo con autoridades de la vecina provincia de Casma, a quienes confesó que tenía la intención de retomar el proyecto Chinecas y comenzaría por la parte que concierne con esa jurisdicción, es decir, con la ampliación del Canal principal que solo llega a Nepeña y concretar la construcción de los 47 kilómetros de canales para llegar a esa vecina provincia.
Incluso, la autoridad regional ha adelantado que para ello se requiere de una inversión de 180 millones de soles que no ha señalado de donde saldrá. Solo ha proporcionado los lineamientos generales de lo que ha anunciado será la reformulación del proyecto especial Chinecas con el objetivo de ejecutarlo finalmente.
Muchos asumen este nuevo anuncio con mucho escepticismo en la medida que hemos escuchado a lo largo de los años muchas “reformulaciones” del proyecto Chinecas, en diversos gobiernos se hicieron esta clase de planteamientos que al final de cuentas quedaron en nada, el proyecto irrigador sigue postergado como hace 40 años atrás.
Sin embargo, en esta oportunidad el Gobernador Juan Carlos Morillo ha entregado un plan que, de acuerdo a sus propias palabras, contempla tres etapas con las cuales pretende sostener un acuerdo con el gobierno para el financiamiento respectivo.
“Vamos a presentar un nuevo expediente técnico, y lo vamos hacer en tres etapas. La primera consistirá en llevar agua a Casma con la construcción de 47 kilómetros de canales, la cual comprenderá la edificación de 6 túneles. La inversión es de 180 millones de soles, pero es un costo referencial”, refirió el Gobernador
Agregó que la segunda etapa consiste en adecuar el proyecto irrigador a la bocatoma única compartida y la tercera construir el reservorio La Huaca, como es el anhelo de los agricultores de Chimbote, Nepeña y Casma.
La estrategia de la máxima autoridad ancashina pasa por tocar las puertas del gobierno central, y, para ello buscará persuadir el Ministerio de Agricultura para que lo declare como proyecto emblemático, lo que, según dijo, significa que tendrá prioridad y presupuesto para su ejecución.
Muy audaz el planteamiento del Gobernador, ha sorprendido a propios y extraños comenzando por lo que se supone es el final, el canal principal no debería ser una prioridad sino la decisión que se debe adoptar respecto al diseño que debe tener el proyecto irrigador, una tarea que el ex presidente regional César Álvarez se negó a efectuar y prefirió coludirse con la empresa Sisa para pretender hacer valer un perfil técnico que traiciona a quien debería ser el primer aliado del proyecto irrigador, es decir, al agricultor.
Empero, ya muchos asumimos que lo que se definirá es una nueva adecuación de los diseños que ya existen a la propuesta del sector agrario, es decir a la Bocatoma Única, ello se evidencia porque esta aspiración de una toma compartida de agua en el Rio santa para los dos proyectos es la segunda parte de la propuesta de Morillo, mientras que la tercera parte es la construcción del reservorio de La Huaca que forma parte del diseño original del proyecto irrigador.
Sin embargo, el propio Gobernador ha admitido que nada de ello podrá ejecutarse si es que no se deroga o modifica la ley Chinecas que fue sancionada el año pasado con el auspicio de la representación parlamentaria de Áncash, entre ellos los congresistas Carlos Domínguez, María Páucar Melgarejo y María Elena Foronda.
Este ha sido un fuerte llamado de atención a los congresistas que promovieron una ley que fue cuestionada en muchos sectores, los medios de comunicación nos aunamos a esas protestas porque se evidenciaba, de buenas a primeras, que se había bosquejado con la evidente finalidad de cerrarle las puertas al entonces gobernador Luis Gamarra Alor, quien a la sazón no la puso en vigencia.
La Ley Chinecas aprobada el año pasado entregaba el manejo de las políticas del proyecto irrigador al ejecutivo, determinaba una nueva composición del directorio en el que, si bien es cierto se reconocía la presencia de representantes de los Municipio de Chimbote y Casma, permitía que los representantes del Poder Ejecutivo tengan mayoría y dejen en segundo plano al gobierno regional.
Esto se dijo en su momento y no debe sorprender que el Gobernador recuse esta ley en la medida que uno de los primeros que lo hizo en su momento fue el economista Luis Luna Villarreal, quien es hoy gerente del Gobierno Regional, quien advirtió en su momento que ellos entregaron un proyecto a los congresistas pero que aquel había sido desnaturalizado y modificado en perjuicio de los intereses de Ancash.
Otro de los aspectos que cuestiona, por ejemplo, el Gobernador, es el relacionado con la designación del gerente, pues la norma determina que ella se hará de una terna que proponga SERVIR, que es un organismo del estado que no tiene absolutamente nada que ver con el tema de agricultura y los proyectos de irrigación.
Esta es una de las razones por las cuales hasta el momento el Gobernador Morillo no puede designar a un nuevo gerente y ha debido emplazar al actual gerente Edilberto Ñiquen a mantener los lineamentos que propone su nueva gestión y así será hasta que la ley le permita designar un gerente de su confianza o por meritocracia.
Hace bien el Gobernador al mostrar sus cartas y demandar que se respete la autonomía en el manejo y dirección de un proyecto de capital importancia para el desarrollo de la región, lamentablemente, maltratado y postergado, utilizado por anteriores administraciones como “la caja chica” de los gobernantes de turno, ha llegado el momento de encausarlo como corresponde, el Gobernador ha adelantado que tiene un plan de tres etapas que resulta de veras bastante atractivo y ambicioso, lo que esperamos los chimbotanos es que se haga realidad, que lo ejecuten y que lo impulsen porque es el usuario natural de las aguas del río santa y hasta la fecha no puede explotar el recurso hídrico como lo hacen otros como Chavimochic. Esto es una ignominia.