La Juez del Primer Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria, María de los Ángeles Álvarez Camacho, ha señalado ya fecha para la audiencia de control de acusación en el caso emblemático de “La Centralita”, el mismo que involucra al ex presidente regional y todos sus ex funcionarios y otros involucrados en el bunker político que habían implementado en la Urbanización La Caleta de nuestra ciudad.
Esta audiencia se programa casi medio año después que la fiscalía supraprovincial remitiera su requerimiento acusatorio y luego que se cumplieran los trámites previos a esta fase intermedia del proceso penal como es la evaluación de las solicitudes de archivamiento de proceso demandado por el mismo representante del ministerio Público.
Lo cierto es que estamos ya ante una audiencia que es importante en la medida que en ella se evaluará el requerimiento del fiscal, habrá oportunidad de los abogados de hacer valer mecanismos de defensa, como las excepciones y se revisará los medios de prueba, todo lo cual es necesario a efectos que el Juez determine si existen motivos suficientes como para pasar a la fase de Juicio Oral.
Lo complicado en este caso es que estamos ante una acusación que tiene 60 acusados, a los cuales la fiscalía está demandando se les imponga penas que van desde los 30 años de prisión, como para el ex presidente regional César Álvarez Aguilar, hasta solo cuatros años de carcelería.
Justamente, la pluralidad de investigados y de delitos que se acusan es lo que ha demorado y dilatado la pesquisa de este proceso penal, no se debe soslayar que este proceso ya lleva más de 8 años desde que se denunció y unos cuatro años desde que se puso en marcha, con el traslado de las pesquisas al juzgado nacional en Lima.
De allí que habrá que seguir de cerca estas incidencias en las cuales la fiscalía ha desarrollado una teoría del caso que debe ser la razón sobre la cual gira la investigación y es que para el Ministerio Público no cabe duda que la centralita fue solo un cascarón que ocultó a toda una organización delictiva que distribuyó tareas y funciones a sus integrantes a efectos de enenriquecerse con los recursos públicos.
Para la Fiscalía, la organización delictiva liderada por César Álvarez Aguilar, tuvo el objetivo criminal de cometer delitos contra la Administración Pública (Colusión y Peculado) así como el Delito de Lavado de Activos en sus diversas modalidades, Encubrimiento Real y Violencia y Resistencia contra la Autoridad para impedir el ejercicio de sus funciones agravada, por todos los cuales ha acusado a los investigados.
Ello con la finalidad de beneficiar económicamente a sus integrantes y a la propia organización, utilizando fondos públicos y recursos de origen privado para desarrollar sus actividades ilícitas; empresa criminal que se sostuvo estructuralmente mediante su composición orgánica y de la asignación de roles y funciones definidas esquemáticamente por César Álvarez Aguilar.
Sus 60 integrantes desplegaron actividades delictivas entre los años 2007 a mayo del año 2014 aproximadamente, cuando cayó la cúpula encabezada por César Álvarez, las mismas que se materializaron dentro del espacio geográfico de la Región Ancash, así como fuera de ella. Esta organización criminal tuvo como integrantes a funcionarios públicos y personas ajenas a la entidad estatal.
En ese sentido, para la ejecución de este plan criminal se requería de una cúpula o aparato central que concentrara el poder de planificación, decisión y dirección de la organización criminal, que vinculara a los demás aparatos (Aparato de Apoyo Político y Legal, Prensa, Aparato Social y de Fuerza).
La existencia de todo este aparato no solo se ha verificado en las diligencias que ha actuado la Fiscalía a cargo de las pesquisas sino que para la mayoría de hombres de prensa y dirigentes de Chimbote no ha sido ajeno el funcionamiento de este bunker político desde el cual se compraban conciencias, se destinaba pagos ilícitos a toda clase de autoridades, funcionarios y hasta profesionales con la finalidad de obtener el encubrimiento indispensable para el funcionamiento sin inconvenientes de toda una red dedicada a la comisión de delitos.
Esto no solo lo ha descrito el Fiscal que ha formulado acusación, recordemos que hace algunos años también lo investigó y expuso la comisión Ancash, que se conformó en el congreso de la república, la misma que fue presidida por el representante de Acción Popular Mesías Guevara Amasifuen, quienes consiguieron desarrollar un exhaustivo informe en el que describían la forma como se extendió en toda la Región lo que ellos calificaron como una red criminal dentro de la cual cumplía funciones estelares la tristemente célebre “La centralita”.
Es evidente que se ha llegado a una fase decisiva en el desarrollo de este proceso, estamos a solo unos pasitos del Juicio Oral, aquel que se realiza en audiencia pública y que coloca a los acusados en el banquillo en donde deben responder por cada una de las incriminaciones que se hacen en contra de ellos.
Será esta pues la oportunidad en que, saliendo el proceso de una fase en la que predomina la reserva, la opinión pública en general pueda tomar conocimiento del real avance de esta pesquisa, será esta la mejor ocasión que la justicia le responda a los corruptos que en alguna oportunidad dijeron que la centralita era una leyenda urbana, que era una invención del Gobierno con la única finalidad de cerrarle el paso al entonces presidente regional.
Esto es en realidad una insolencia para los chimbotanos que hemos vivido y padecido los “tejes y manejes” dolosos que salían desde el bunker político en donde el entonces “jerarca” de la Región preparaba las campañas contra todos aquellos que osaban oponerse a sus designios.
Ha llegado la hora de desmantelar ese velo que hasta la fecha ha mantenido ciegos a muchos pero la verdad es que en un proceso en el que existen 60 acusados y en el cual a casi medio centenar se le está solicitando penas por encima de los diez años de carcelería, no puede ser producto de una componenda política. Ya la Fiscalía ha difundido los muchos casos que se han podido acreditar con la corroboración de las revelaciones hechas por colaboradores eficaces. Será cuestión de esperar un poco más.