El año pasado, si la memoria no nos traiciona, en el marco del proceso penal que se sigue contra el ex presidente regional César Álvarez Aguilar y otros ex funcionarios de Chinecas por la escandalosa sobrevalorización del perfil técnico para el proyecto irrigador, conocido como “Caso Sisa”, los chimbotanos conocimos el revelador testimonio de un testigo en reserva, quien revelaba como es que se concibió este negociado y como es que existen otros relacionados a los entuertos de la denomina red de corrupción de Ancash.
Este testigo en reserva dio a conocer como es que se concibió este negociado del perfil Sisa y nos señaló que todo ello no fue sino la derivación del fracaso en la negociación bajo la mesa del proyecto Chinecas, una obra de más de dos mil millones de soles que el ex presidente regional quiso entregar a la corrompida empresa brasileña Odebretch.
El valor de este testimonio es que hasta ese momento no se conocía estos entuertos, se sospechaba que el ex titular de Áncash había negociado Chinecas porque se llegó a escuchar algunos prolegómenos en los diálogos del ex ministro aprista Rómulo León Alegría cuando negociaba en nombre del empresario Fortunato Cannan y en una de estas escuchas se identifica un dialogo con un empresario de nacionalidad brasileña.
Lo cierto es que este testigo en reserva había dado a conocer otros negociados en la carpeta del caso “La Centralita”, al cual prestó su testimonio luego que colaboradores eficaces proporcionaran los entretelones de la millonaria coima por la adjudicación de la carretera Chacas San Luis, dio a conocer la ruta del dinero en una cuenta del Japón en ese interín se reveló los negociados de Chinecas.
Fue entonces que la fiscalía supraprovincial a cargo del Fiscal Elmer Chirre, remitió a este testigo a las carpetas que investigaban los casos de la carretera de Chacas y del caso SISA, en los cuales proporcionó todo lo que sabía, los montos que se pagaron por la millonaria vía y la forma como se concibió el negociado de Sisa, proceso penal que se ventila enÂÂÂ nuestra ciudad.
Hay que reconocer que este caso se inició con la incriminación por la escandalosa sobrevaloración del perfil técnico elaborado por la empresa SISA a sabiendas que desde la desaparecida INADE le habían advertido a César Álvarez que podían obtenerse los mismos estudios con una mera actualización de costos de todos los estudios que ya había contratado chinecas en años anteriores.
Sin embargo, Álvarez hizo caso omiso y continuó con un perfil sobrevalorado y por ello fue denunciado, empero, en la investigación surgiría lo que realmente sucedió, es decir, que el perfil de SISA no era sino un expediente elaborado para la empresa Odebrecht que le pagó a la mencionada empresa 680 mil dólares por ese trabajo, pues se trataba de un expediente que debería servir como base para la negociación de la ejecución de Chinecas, una obra que no solo le interesaba a la región sino a la empresa Odebrecht que era consciente que podría obtener millonarias ganancias negociando su adjudicación.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con la carretera de Chacas, en el caso de Chinecas Álvarez no aceptó el 2.5% como coima para que se adjudique la obra sino que exigió nada menos que el 10%, una cifra desproporcionada que los brasileños no aceptaron y se retiraron de inmediato.
Inclusive, todo ello se había negociado con reuniones en grandes hoteles de la capital y hasta con una visita de funcionarios brasileños a Huaraz, empero, la extremada ambición de Álvarez Aguilar lo dejó con el expediente Sisa en las manos.
Fue entonces que la ambición criminal del ex titular de Ancash y al empresa Sisa los llevaron a simular una consultoría a efectos de ofrecer al gobierno regional el perfil técnico de Sisa por 5 millones 200 mil soles, es decir más de cinco veces más de lo que recibió de Odebrecht por ese trabajo.
Un fraude por donde se le mire, empero, lo más importante es que la declaración del testigo en reserva acaba de ser ratificado nada menos que por otro de los protagonistas, uno de los ex funcionarios de la empresa Odebrecht que desde la ciudad de Curitiba, en Brasil, ha prestado su testimonio tanto en el caso de la carretera Chacas San Luis como en el caso Sisa, ratificando todo lo que ya se había conocido de estos enjuagues.
El testigo protegido de Odebrecht pudo prestar su testimonio gracias al convenio que ha suscrito el Ministerio Público con la empresa brasileña que se ha acogido a la colaboración eficaz, que ha aceptado descubrir los negociados que hizo en nuestro país a cambio de beneficios procesales que les impida pagar con la cárcel los actos de corrupción que ha protagonizado en nuestro país.
Por ello es que en el caso SISA se ha obtenido el valioso testimonio de uno de los protagonistas de este negociado, uno de los empresarios brasileños que ha revelado con lujo de detalles y ha coincidido con la versión proporcionada por el testigo en reserva respecto a la fallida negociación de Chinecas y el pago fraudulento por el perfil SISA.
Se dice que el testimonio de los testigos en reserva o los colaboradores eficaces no tienen valor alguno si es que no son corroborados con otras pruebas, lo que quiere decir que tanto el caso de Chacas como el de SISA han merecido un envión procesal que los coloca ad portas de una sentencia condenatoria.
Las pruebas iniciales han sido corroboradas desde Brasil, se pretendió negociar el proyecto mas acariciado por los ancashinos por una fabulosa suma de dinero, sin embargo, los ambiciosos se quedaron con los crespos hechos por pretender hacer el negocio de su vida y han sido descubiertos en todas sus maquinaciones.
Ha sido importante escuchar la declaración del testigo protegido desde Brasil, su versión ha servido para corroborar lo que ya antes se había adelantado de esta burda corruptela que se encostró en el gobierno regional de Áncash en la gestión de César Álvarez Aguilar. Ya no se trata solo de una asociación ilícita para delinquir o de una conspiración para asesinar a sus contendientes políticos, ahora se suman los casos de corrupción cuyos cargos están quedando debidamente corroborados. Con las coimas al descubierto, no quedará otro derrotero que la sentencia final.