Julio Peñaranda.
Ahora que se avecinan nuevos aires en el interior de José Gálvez es preciso ir marcando pautas porque se ha llegado a una situación extrema donde la opinión pública ha sido testigos del maltrato que han tenido el comando técnico y los jugadores por parte de la directiva encabezada por Julio Peñaranda Bonilla.
Peñaranda Bonilla empezó esta campaña sin tener como sustentarla. No sabemos las razones, pero fue totalmente descabellado hacerlo y la consecuencias las vemos ahora con lastima por los hechos sucedidos entre viernes y sábado y que se han publicado en todos los medios de comunicación.
Lógicamente, Peñaranda no sale por ningún lado, solo envía a sus empleados y encima ha programado un partido de presentación para pasado mañana miércoles, empeorando mucho más la situación caótica por la que atraviesa, el club.
Si bien la exigencia de los empresarios es que Peñaranda quede a un lado, sin intervención de nada, pero él tiene la representatividad jurídica, por eso desde aquí le exigimos que renuncie por incapacidad para estar al frente de un club como José Gálvez.
Lo único que generó con sus decisiones totalmente desacertadas son problemas que han perjudicado a todos los integrantes del plantel de jugadores pues muchos de ellos ni siquiera recibieron una propina por parte de este personaje.
Hizo lo que no debió hacer, engañar al comando técnico y jugadores y a los hinchas. Él sabía a qué se metía y sus cálculos fueron horrorosos y por eso ahora no aparece por ningún lado.
Uno de los empleados de Peñaranda de apellido Lozano y chapa Kiko, dijo el sábado “Les van a pagar y el miércoles luego del partido les pagan el resto”. Este sujeto cree que los jugadores son giles, cree que todos somos giles. Sigan engañando. No hay problema. Ahora, así como está el club, solo se puede decir que el presidente debe irse junto a la gente que lo rodea. Vendrán otros, mañana, pasado pero lo más importante será que se vayan y no vuelvan más. Quedará en historia la forma que como estos tipos llevaron a la franja al lugar donde está, sin ninguna esperanza de hacer un campeonato de Liga de manera normal. (El Editor).