Aun cuando no ha sido de manera sorpresiva en la medida que lo ha venido anunciando desde hace poco más de un mes, la semana pasada el gobernador regional de Áncash, Juan Carlos Morillo, llegó al Terminal Portuario acompañado por una delegación de empresarios chinos que, a decir de la propia autoridad regional, tienen la firme intención de invertir en la modernización del Puerto de Chimbote.
El propio Gobernador explicó a los periodistas que el objetivo es ampliar las instalaciones portuarias y adecuarlas a los requerimientos que rigen hoy en el mundo, como para permitir que acoderen busques que trasladan carga de más de 120 mil toneladas, y, luego afianzar la exportación por los muelles de nuestra ciudad.
Por ello es que ha pensado en la Concesión de nuestro terminal portuario y por ello el titular de Ancash invitó a los representantes de la empresa China Communications Construction Company Limited (CCCC) con la finalidad de verificar el tipo de infraestructura que tiene y las mejoras que se necesita para lograr su reflotamiento.
Una y otra vez el Gobernador repitió que lo que necesita el Puerto de Chimbote es agrandar sus instalaciones y dotarlo de equipamiento que haga más rápida la carga y descarga, que se permita el ingreso de buques de tres a cuatro veces más el tonelaje que a la fecha puede recibir y esa es una inversión que se debe hacer, confiando en que se pueda concretar con CCCC que es una empresa del gobierno chino que se dedica a la construcción de puertos, carreteras, puentes y vías ferroviarias en todo América Latina.
En realidad las intenciones del Gobernador parecen ser sanas y justificadas, quien no quiere en Chimbote la modernización del Puerto, quien no quisiera que se cuente con una infraestructura a la altura de los grandes puertos de Sudamérica y cuya capacidad permita que se afiance el tráfico portuario venido a menos desde hace muchos años.
Nuestros ancestros recuerdan aun que Chimbote llegó a ser considerado el primer puerto pesquero del mundo, era uno de los de mayor capacidad de producción de harina y aceite de pescado, en las épocas del “boom” de la anchoveta y de la depredación indiscriminada de nuestros recursos, sin embargo, esa gran producción no podía ser exportada directamente desde Chimbote.
Había que enviar la carga a Trujillo y Lima, las menores cantidades se maniobraban desde las instalaciones portuarias de Chimbote, tanto así que esa misma infraestructura que fue concebida hace más de seis a siete décadas, concebidas por la otrora Corporación Peruana del Santa, siguen siendo las mismas que operan hasta la fecha.
No ha existido gobierno que no haya dejado postergado al Puerto de Chimbote, las ofertas electorales siempre fueron maravillosas, pero en la práctica nunca se hicieron mejoras al margen del mantenimiento que debe tener toda infraestructura industrial.
No podemos olvidar que si en manos del gobierno nacional no se hizo nada por el Puerto de Chimbote, salvo cambiar su nomenclatura de Empresa Nacional de Puertos (ENAPU) A Terminal Portuario de Chimbote, menos se podría esperar que el gobierno regional de Áncash pudiera hacer algo, sin embargo, desde el año 2010 se encuentra en manos de la Región por una decisión del Gobierno aprista para quitarse de encima una entidad que solo le generaba deudas y obligaciones, no se ha conseguido avance alkguno.
Justamente, esa transferencia a favor del gobierno regional fue la primera estocada que se le dio al Puerto de Chimbote en su camino al despeñadero, el ex presidente César Álvarez Aguilar presionó al gobierno nacional para que transfieran al Puerto, permitió que se le despoje de su categoría de puerto nacional como puerto regional y perder de esa manera la posibilidad de una inversión estatal, y llegó con jun mensaje falaz y pernicioso para los intereses del desarrollo portuario.
Muchos deben recordar que Álvarez Aguilar le hizo el cuento a los chimbotanos que estaba en condiciones de promover la ejecución de un Megapuerto, de desarrollar una infraestructura envidiable y mantuvo este discurso hasta que una economista que dirigía un programa económico en la televisión nacional lo ridiculizó cuando le preguntó si tenía idea de lo que era un megapuerto, si sabía qué megapuertos existen en el mundo y si era consciente que en todo Sudamérica no se tenía esa clase de instalaciones.
Desde entonces a Álvarez ya no le interesó el Puerto y ni siquiera apuntaló los términos de la modernización que remplazó al tristemente célebre cliché de megapuerto, por el contrario, la providencial presencia de expertos en el mnejo de puertos, como Jorge Manchego, le permitieron al terminal Portuario subsistir hasta la fecha.
¿Hace mal el Gobernador al traer a un grupo de empresarios Chinos que están interesados en invertir en infraestructura portuaria? Seguramente no, sin embargo, las gestiones para promover inversiones de gran magnitud, las gestiones para promover el interés de las empresas internacionales no se hacen porque se le ocurre a un Gobernador sino que están sometidas a un procedimiento que, aparentemente, el gobernador no ha respetado.
Y es que cualquier posibilidad de inversión no se hace de Gobernador a empresas sino que debe contar con el aval de la autoridad portuaria regional y la autoridad portuaria nacional en la medida que se trabaja sobre políticas de estado.
Incluso, si la memoria no nos traiciona, cuando estaba al frente el ex gerente Jorge Manchego, promovió algunas posibilidades de inversión en el terminal portuario y esas gestiones se formulaban ante la autoridad portuaria que es la primera que revisa este interés y finalmente se pone a consideración del pleno de consejeros regionales.
Hay que saludar el entusiasmo y el interés que tiene el Gobernador por promover inversiones en nuestra provincia y en la región, empero, la norma señala que estas gestiones no se pueden hacer de manera informal o coloquial, lo que se impone es una estrategia que se plasme en un plan de apoyo mutuo para hacer las mejoras y para modernizar los equipos que realmente necesita un puerto como el de Chimbote.
Es plausible este esfuerzo pero lo que no puede hacer el Gobernador es proceder por su cuenta y riesgo, estas negociaciones son de alto nivel y requieren de la intervención de organismos técnicamente preparados como los autoridades portuarias que son las llamadas a dar el aval pertinente a trabajos de mejoras en una instalación portuaria de allí que hay que tener mucho cuidado con este tema.