Editorial

Editorial: ::: INSEGURIDAD EXTREMA :::

Que Chimbote se encuentra entre las ciudades más inseguras del país, es un hecho que está demostrado en los estudios que realizan los organismos competentes y que ponen de manifiesto que la delincuencia se ha enraizado y suele atentar contra el patrimonio de las personas todos los días.

De allí que un asalto armado o por arrebato es cosa de todos los días, la modalidad de atracos en la modalidad de marcas y del colapateo son las más usuales, esta última que es la que se registra en las unidades de servicio público promovido por falsos colectiveros o taxistas que se infiltran en este servicio público.

Y las víctimas son gente de todos los estratos sociales, pasajeros que confían en el presunto chofer del vehículo que abordan y que no imaginan que se trata de delincuentes que en el camino suelen subir a sus cómplices y sorprender a los pasajeros para despojarlos de todas sus pertenencias.

Justamente, la semana pasada uno de los agraviados no fue un ciudadano de a pie, no fue uno de los miles de pasajeros que diariamente abordan servicios públicos sino que fue nada menos que un juez de la Corte Superior del santa, quien tomó los servicios de un taxi y fue asaltado en el camino.

Se trata del Juez de Investigación Preparatoria Especializado en delitos de Corrupción de Funcionarios, Lavado de Activos y Crimen Organizado, Jhon Bernardino Pillaca Valdez quien fue asaltado por un taxista delincuente cuando lo trasladaba a su domicilio en horas de la madrugada.

De acuerdo a lo que han informado los medios de comunicación, Pillaca Valdez sufrió el robo de 300 dólares y 400 soles que tenía en su billetera, además de 6 tarjetas bancarias, cuatro de ellas de débito y dos de crédito de diferentes entidades financieras y su equipo celular. Luego de desvalijarlo, lo dejaron abandonado por una calle del P.J “Dos de Mayo” de Chimbote.

El magistrado salió de su vivienda sin avisar al agente policial que lo custodia. Se supo que al promediar las 5 de la madrugada, ingresó al restaurante “La Sazón de Paola” ubicado en la avenida Bolognesi en Chimbote y estaba acompañado.

Posteriormente, salió a la calle y solicitó un servicio de taxi con destino a la avenida Buenos Aires y la urbanización El Carmen donde fue dejando a sus acompañantes. Según indicó ante la Policía, posteriormente el taxista, en una zona que no conoce, se detuvo y subió su cómplice, quien de inmediato lo apuntó con un arma de fuego y le quitó todas sus pertenencias.

Alguien podría decir que este hecho no tiene nada de extraño porque le puede ocurrir a cualquiera y eso es cierto, sin embargo, si se tiene en cuenta la calidad de la persona, si se trata de un magistrado de la república que tiene a su cargo procesos emblemáticos y delicados, se le asigna un servicio de seguridad.

En este sentido, se ha podido conocer que el Juez Jhon Pillaca Valdez cuenta efectivamente con seguridad policial y durante las 24 horas, de tal suerte que no se podría entender como es que en el momento del asalto no tenía custodia si el mandato de protección de extiende durante el día y la noche.

Ocurre que el magistrado aprovechó el fin de semana para actividades muy personales, por eso le comunicó al sub oficial que lo acompañaba que ya no saldría de su domicilio y que cualquier cosa se iba a comunicar con el agente que lo custodia, de tal suerte que el suboficial a cargo de dicho servicio, regresó a su base y dio cuenta de esa situación en un parte policial, advirtiendo las recomendaciones dejadas a dicha autoridad para que avise ante cualquier eventualidad.

Lamentablemente fue en esas circunstancias que el Juez es víctima del asalto y aun cuando ante el alto grado de inseguridad que se vive en las calles el agraviado no tomó las precauciones necesarias para evitar un atraco, más aun cuando había abandonado su sistema de seguridad.

Nos referimos a la hora y el lugar en que es asaltado pues si alguien se encuentra divirtiendo o en cualquier actividad durante la madrugada lo que debe hacer para trasladarse de un punto a otro sino tiene movilidad, es llamar un servicio de taxi de una empresa especializada., pues de esta manera tiene una garantía que nada debería ocurrirle en el trayecto.

El Juez Pillaca hizo lo que nadie debe hacer durante la madrugada, es decir, salir a la calle y parar un taxi, pues en ese caso lo que se debe hacer es previamente apuntar la placa del vehículo o registrar de cualquier manera, con su teléfono celular, al vehículo o las características de su chofer.

En estos casos se deben extremar las precauciones porque lamentablemente, dentro de la enorme masa de trabajadores y choferes honestos que prestan servicios en las calles, se infiltran sujetos de mal vivir que terminan perjudicando a los pasajeros,

Claro que muchas veces nos tiene que suceder algo para tomar nuestras propias precauciones, empero, en una ciudad tan complicada y peligrosa como Chimbote no se puede dar ventajas de ninguna clase, menos aún a los “colepaterpos” que lamentablemente perjudican un servicio tan necesario como el de taxi.

Ya el Ministerio Público se encuentra investigando el caso del Juez Pillaca, esperemos que con los testimonios del Juez y sus acompañantes se pueda dar con el vehículo o con los responsables de este acto delictivo, no es posible que los chimbotanos nos encontremos expuestos a estos peligros en un servicio tan elemental como es el transporte de pasajeros en general.

Seguramente el caso del atraco al Juez John Pillaca servirá para que muchos tengan mayor cuidado cuando salen en horas de la madrugada., pues en las calles existe una inseguridad extrema que la Policía no es capaz de controlar, ni siquiera con el concurso del serenazgo. De allí que los mortales, como el magistrado, tenemos que adoptar nuestras propias medidas de prevención. Así está de dura la calle.