Editorial

Editorial: ::: PESCANDO A CORRUPTOS :::

El hallazgo del pago de sobornos en el proyecto P-25 ejecutado durante el gobierno de Alejandro Toledo, era un tema que se veía venir y que muchos sabían que en algún momento habría de estallar para dejar sentada una estela de dudas respecto a quienes, desde Chimbote, se llenaron los bolsillos con las jugosas prebendas que solía dejar esta empresa brasileña.

Y decimos que era previsible en la medida que ya el año pasado se habían filtrado unas primeras afirmaciones que relacionaban al gran proyecto de saneamiento P-25 con el pago de las coimas que hizo la otrora todopoderosa empresa brasileña por los grandes y principales proyectos que ejecutó en nuestro país.

Para entonces, y esto lo comentamos en este mismo espacio editorial (04-07-2018), se habían filtrado algunas declaraciones de colaboradores eficaces que daban cuenta de estos pagos ocultos, empero, aquellas versiones no fueron tomadas en cuenta sino hasta el pasado 05 de septiembre, en el marco del convenio de colaboración eficaz suscrito por Odebrecht con el Ministerio Público, se pudo conocer el informe de los pagos ilícitos realizados a través de la tristemente célebre “División de Operaciones estructuradas” que montó la referida empresa.

Solo entonces los chimbotanos pudimos conocer que detrás de tan conflictivo proyecto hubo ex autoridades o ex funcionarios que manejaron el pago de sobornos bajo la mesa, que se enriquecieron a costa de un proyecto que era de vital importancia para nuestra ciudad.

En efecto, muchos deben recordar este proyecto que se planteó como una gran solución al problema del suministro de agua y descontaminación de la bahía de Chimbote pero que, infortunadamente, fue reducido en gran parte de sus objetivos.

Por ejemplo, el entonces ministro de economía Pedro Pablo Kucyznski le bajó el dedo al emisor submarino, que era el sistema de evacuación ideal para dejar de seguir contaminando la bahía de Chimbote con las aguas servidas que se arroja del colector principal y todo ello por ahorrarse unos cuantos reales que ahora sabemos ellos se los llevaron en millonarios conciliábulos.

Pero lo que más recuerdan los chimbotanos es el cuestionamiento que hicieron los funcionarios de la entonces Junta Empresarial, del Directorio y de la gerencia de Chinecas a la ejecución del proyecto con el uso de tuberías de fibra de vidrio cuando en el expediente se establecía que se debería utilizar tubería de hierro dúctil.

Las amenazas de los funcionarios de no recibir la obra llevaron a la empresa brasileña a exigir a su proveedora que invite a los funcionarios responsables de la empresa a efectos que verifiquen personalmente las ventajas de la tubería de fibra de vidrio que para entonces ya representaba la alternativa del momento.

Lo cierto es que después de ese viaje al Brasil, que se extendió hasta Medellín, el grupo de ex funcionarios entre los que se encontraba el ex regidor Leandro Pérez Rodríguez, el Ingeniero Ruber Alva Julca y el ex alcalde Valentín Fernández Bazán, se tomó la decisión de no recepcionar la obra que se había iniciado el año 2003 y estaba en su fase final.

Y eso fue lo que todos conocimos, que la obra no fue recepcionada por los funcionarios de entonces, los cuales fueron cambiados con la llegada del ex alcalde Guzmán Aguirre quien, junto a su pleno municipal, se encargaron de nombrar a otros directores y gerente general.

Ahora bien, si el sistema informático Drowsys y My Web Day, que tenía la empresa brasileña Odebrecht para ocultar a los destinatarios del dinero corrupto con codinomes (sobrenombres), ha señalado que en el caso de la coima por la obra en Chimbote por el proyecto P-25, se realizó en el año 2009, ello quiere decir que estos dineros no responden a la adjudicación de la obra sino a la recepción de la misma, en otras palabras, la empresa brasileña se vio precisada a tener que corromper a otros funcionarios para que reciban la obra con los materiales que fueron cuestionados y se liquide a efectos de cobrar hasta el último centavo al Ministerio de Vivienda, incluido un arbitraje por 8 millones de dólares.

Y en esta planilla de sobornos se advierte que los corruptos que recibieron este pago bajo la mesa son dos personajes a quienes los encargados de la empresa motejaron con los sobrenombres de “pescador” y “gordo”.

Ocurre que el ex mandamás de Odebrecht en el Perú, Jorge Simoes Barata, tenía la costumbre de colocar codinomes (sobremonbres) a los funcionarios que accedían a sus propuestas deshonestas de sobornos y lo hacía en función a la actividad o características del funcionario corrompido.

En el caso del P-25 hace alusión a un personaje de Chimbote, como tal le colocó el codinome “pescador” que es el que recibió 176 mil dólares para conseguir la firma de recepción de la obra, aun cuando existen otras planillas en que se concluye que el cobro integro de la coima fue de 774 mil dólares en la cual aparece un segundo personaje al que motejaron como “Gordo”.

Se afirma que en el mes de octubre prestará su declaración ampliatoria Jorge Barata y en estas nuevas declaraciones precisará quienes son los personajes a los cuales entregaron dinero como coima para que les faciliten las obras que se han ejecutado en el país. De allí que la expectativa es enorme para conocer quiénes son los que se aprovecharon de la necesidad del pueblo y la ejecución de una mega obra para exigir coimas.

Cabe precisar que en esta misma planilla de coima aparecen las sumas que Odebrecht pagó a los emisarios de César Álvarez por la ejecución de la obra de la carretera Chacas San Luis, documento que debería servir para que se revise las resoluciones de los magistrados de Huaraz que archivaron la denuncia en el extremo del caso de las coimas de esta obra millonaria.

Lo importante es que todo está encaminado para que pronto se pueda conocer quien se llenó los bolsillos con el millonario proyecto del P-25, se dice que podría tratarse de alguien que no es necesariamente de Chimbote, sin embargo, eso no importa ya, lo que se quiere es que lo identifiquen y lo sancionen con todo el peso de la ley. Ha llegado el momento de pescar a los corruptos, descubrir sus malas artes y ponerlos a disposición de las autoridades a efectos que los envíen al lugar que les corresponde, a los presidios en donde deben pagar sus veladas culpas.