Editorial

Editorial: ::: LA FISCALÍA NO ES UNA CHACRA :::

Tres Fiscales de Chimbote han rechazado los malos tratos que vienen recibiendo por parte de una superior y que los han motivado a tomar distancia de la actividad que realizan no solo por que no pueden ser discriminados de esa manera por razón funcional sino porque, a pesar de sus quejas, la presidencia del Ministerio Público en el distrito Fiscal del Santa se ha mostrado indiferente a sus quejas y denuncias.

Y no estamos hablando de cualquier Fiscal sino de miembros de esta entidad que han demostrado eficiencia y eficacia en sus funciones, que han dejado bien puesto el nombre del Ministerio Público cuando han formulado acusaciones o han demandado sanciones, como el caso de la Fiscal Lucia Vidal Castillo.

De acuerdo a la revelación periodística que trascendió el pasado fin de semana, la Fiscal Lucía Vidal Castillo se ha visto obligada a presentar su renuncia a la institución, en tanto que sus colegas José Antonio Sánchez y Víctor Pérez Yépez solicitaron su cambio de fiscalía debido a los maltratos de parte de Rosa Luz Castro Cárdenas, fiscal provincial penal.

La dimisión de la referida magistrada se verificó mediante carta que el pasado 6 de diciembre dirigió al Fiscal Coordinador de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa, Fernando Anticona Minchola, en el que pide su cambio de despacho debido a los maltratos de Castro Cárdenas en las relaciones funcionales que son propias de un despacho fiscal.

De la misma manera, alega que la agresora Castro Cárdenas se niega a firmar los proyectos de investigación de violencia familiar que merecían ser archivados, lo que desmerece el trabajo que con esfuerzo realizan todos los días pues si no piensa revisarlos lo mejor es que lo exprese para que no laboren en vano.

Otro hecho que ha marcado la indignación de la renunciante es la pretensión de la titular Rosa Luz Castro para que los fiscales adjuntos la acompañen a las diligencias para que tomen nota de las incidencias, a pesar que tiene asistente que es el encargado de estas actuaciones propias del despacho.

De la misma manera, con la finalidad de incomodar a sus adjuntos, no les otorga la camioneta para asistir a las comisarías y les exige que lo hagan a pie o en vehículo particular, mejor dicho que pagan su taxi, cuando se supone que la institución les facilita la movilidad para el ejercicio de sus funciones.

Es evidente que hay allí una constante agresión y hostilización por parte de la Fiscal provincial y ha llegado a extremos que la renunciante Lucia Vidal Castillo se ha visto afectada en su salud, se elevó su presión arterial y ha debido seguir un tratamiento en la medida que estos desórdenes se producen como consecuencia de los estados emocionales que son provocados por actitudes necias como las expuestas.

Los periodistas que suelen cubrir informaciones en las sedes policiales no han sido ajenos a estas denuncias que se revelan ahora contra la Fiscal Rosa Luz Castro Cárdenas, pues en alguna oportunidad los propios efectivos han confiado a los hombres de prensa los incidentes generados en sus ambientes y uno de ellos estuvo relacionado a los malos tratos que recibió el fiscal José Antonio Sánchez quien fue objeto de una agresión verbal de la Fiscal Castro en las oficinas de la DEPINCRI, tratándolo como un asistente, en otras palabras indicaron que el magistrado fue tratado como “una zapatilla”, evidenciando la agresora abuso de poder.

Es realmente lamentable que vengan sucediendo estas cosas en el Ministerio Público del Santa y mucho peor es que no exista una autoridad con la suficiente capacidad para poner orden y calmar a los malos fiscales que se exceden en sus funciones y se embriagan de poder a tal extremo que no solo actúan con prepotencia fuera de su despacho sino dentro del mismo y con su propio personal con quienes se supone debe mantener las mejores relaciones en la medida que de ello depende la buena marcha de la institución.

Ahora bien, los excesos y la prepotencia que genera el poder no son novedades en las entidades públicas, para muestra solo hace falta un botón y basta mirar lo que sucede en el Tribunal Constitucional, es decir, el máximo organismo que controla la correcta aplicación de la carta magna en el país, la instancia que dilucida una acción de inconstitucionalidad.

Allí la secretaria general y una funcionaria han denunciado públicamente a un magistrado por haberlas maltratado y humillado, han descrito hechos propios de un acto de violencia psicológica cuando han ejercido sus funciones y debieron acercarse al Vocal Eloy Espinoza Saldaña.

Este no solo les recriminó una supuesta deficiencia en su desempeño sino que las humilló, las maltrató con esa prepotencia que, afirman, todos le conocen en el Tribunal Constitucional, empero, por el hecho de tener poder y de ostentar un cargo privilegiado, no van a callar las malas formas y los excesos de un magistrado que, de acuerdo a todo lo que se ha escuchado, hace lo que se le viene en gana.

Y, lamentablemente, las denunciantes no han encontrado una mano solidaria en la acción de las autoridades, en el Tribunal Constitucional han decidido revisar el caso en enero próximo, mientras que la Ministra de la Mujer, descalificando el rol que le compete como titular del ejecutivo en la defensa de los derechos de las mujeres y en rechazo a la violencia de género, ha descartado cualquier intervención de su despacho “porque considera que hay detrás motivaciones políticas”.

Que ruin es la actitud de una mujer contra otra mujer, sin embargo, ello se ve en todos los campos, como en la Fiscalía del Santa en donde una Fiscal con los pergaminos de la Dra. Lucía Vidal Castillo, se ve precisada a renunciar al cargo porque es maltratada por otra mujer y desprotegida por otra mujer que funge de Presidenta de la Junta de Fiscales del distrito Fiscal del Santa.

Que repudiable es este escenario que envuelve las relaciones internas en la Fiscalía del Santa, debería intervenir la Fiscalía de la Nación porque en Chimbote deben hacer entender a las magistradas que la Fiscalía no es una chacra, es una entidad de prestigio a la que no se solo todos debemos respeto, sino los propios Fiscales deben comenzar por respetarla.