Los docentes han reclamado, y con derecho, las mejoras remunerativas y de sus condiciones de trabajo a través de movilizaciones y huelgas en las cuales dejaban sentada su contrariedad por la postergación de sus justas expectativas.
Sin embargo, nunca hemos visto que estos mismos dirigentes gremiales hayan protestado y censurado el accionar de sus colegas cuando se aprovechan del mismo con fines inconfesables, cuando se aprovechan de sus alumnas con fines morbosos o cuando pretenden sacar ventaja económica de su posición cobrando por aprobar a fin de año.
Ocurre que en nuestra ciudad no pudieron terminar de peor manera el año 2019 debido a sendas denuncias que dieron lugar no solo a la intervención de las autoridades educativas sino de la autoridad judicial por tratarse de delitos.
En el primer caso, la UGEL Santa se vio precisada a retirar al docente Marco Amaro Patricio Córdova de la institución Educativa “Villa María” luego de las denuncias hasta de cuatro alumnas que señalaron ser víctimas de tocamientos indebidos por parte del docente del área de matemáticas.
Este hecho ocurrió en la víspera de la navidad cuando alumnas del primero y segundo grado de secundaria revelaron que el docente Marco Patricio Córdova aprovechaba de sus clases de matemáticas para manosear a las alumnas. Una de las afectadas dijo que el profesor le dijo que estaba copiando y que tenía un papel en el bolsillo de su blusa y de esa forma, le agarró los senos.
Otras señalaron que el profesor les tocó las nalgas con sus manos, bajo la excusa que estaban en su camino y no podía avanzar. Dichos relatos, en manuscrito por las propias alumnas agraviadas fueron incorporados en el informe que remitió el director del plantel, magister Edwin Arias Nuñuvero a la directora de la UGEL- Santa, María Inés Valverde Cueva.
Hasta el momento hay cuatro alumnas plenamente identificadas quienes han señalado que el docente Marco Amaro Patricio Córdova les ha realizado tocamientos indebidos en sus partes íntimas. El relato fue realizado ante la sicóloga del plantel quien ha podido advertir el relato coherente y gravísimo de las estudiantes.
El segundo caso censurable sucedió apenas una semana después, en el cierre del año 2019 cuando en un operativo de la Policía Anticorrupción del Santa bajo la dirección de la Fiscal Erika Aycho Armas se detuvo a la profesora Sonia Margot Reyes Molina (49) de la institución educativa “Gastón Vidal Porturas”, en circunstancias que estaba cobrando dinero a dos padres de familia a cambio de aprobar a sus hijos.
Según dio cuenta la Fiscalía, se organizó una celada para intervenir a la docente de 49 años luego que dos padres de familia denunciaran ante la Policía Anticorrupción del Santa, la exigencia de dinero por parte de Sonia Margot Reyes Molina para aprobar a dos alumnos.
Los padres dijeron que fueron sus propios hijos quienes les pidieron dinero para entregárselos a la profesora y aprobar el curso, sin embargo, no les creyeron y acudieron a hablar con la docente Sonia Margot Reyes Molina, y, grande fue la sorpresa de aquellos al comprobar que la misma profesora les pidió entre 70 y 50 soles para aprobar a sus hijos.
Por esa razón, de inmediato se apersonaron a la Policía Anticorrupción y denunciaron la exigencia de dinero. Los agentes coordinaron con la Fiscal Anticorrupción de turno y fue la doctora Erika Aycho Armas quien planificó la celada que terminó con la detención en flagrancia de la docente del colegio “Gastón Vidal Porturas”.
Este último caso es más grave en la medida que se trata de un flagrante delito, como tal no solo se detuvo a la docente sino que será sometida a un proceso inmediato y es posible que en el curso de las próximas dos semanas se tenga una condena a pena efectiva contra la docente que pretende aprovecharse de su cargo y condición.
Es realmente lamentable que en el magisterio santeño se presenten esta clase de escenarios que realmente dan vergüenza ajena, que nos dicen de la contaminación de un sector que es clave y vital para el desarrollo y progreso de los pueblos cuando se ejerce con honestidad, esfuerzo y transparencia.
El profesor es el segundo padre de un alumno y si éste ve que es un personaje libidinoso o corrompido, entonces en el futuro tendrá esas mismas y delictivas inclinaciones, por ello se requiere que en estos casos las autoridades procedan sin contemplaciones y que los gremios no se hagan “los muertitos” ante este final de olvido del 2019 para su sector.
SANCIÓN COMPLACIENTE
En la última semana del año, en una de las últimas sesiones de concejo del pleno del Municipio Distrital de Nuevo Chimbote, se sancionó al regidor Edward Palomino Tomas con 60 días de suspensión sin goce de haberes luego de ser denunciado por su esposa e hijos por violencia física y psicológica.
La sanción al regidor se sustenta en un informe emitido por la comisión disciplinaria formada por un grupo de concejales que se formó luego que se conocerá públicamente las denuncias contra el mencionado concejal.
Como se recuerda, Palomino Tomas se vio envuelto en un escándalo luego que promoviera actos de violencia en su domicilio, tras haber tomado parte en una reunión de la cual se retiró en estado etílico y discutiendo con su esposa.
Fue entonces que se generaron enfrentamientos por haber agredido a su pareja y luego enfrentarse de manera violenta con sus hijos, quienes procedieron a denunciarlo ante la Policía y ante la cual se presentó después de 48 horas a efectos de evitar que lo detengan en flagrancia de delito.
Lo cierto es que la conducta del regidor fue censurada desde un primer momento, en tiempos en los cuales se repudia la violencia de género, cuando estamos rechazando el incremento de las estadísticas por los ataques contra las mujeres y en un año que los feminicidios han aumentado de manera radical, no se puede permitir que un personaje que tiene el título de autoridad pueda caer en esta misma y perniciosa beligerancia.
De allí que muchos piensan que por su misma condición debería merecer una sanción más drástica, una medida que resulte ejemplar con el máximo de la escala referida. No lo han hecho y esperemos que sirva a los protagonistas para escarmentar.