Editorial

EDITORIAL: ::: UNA ABSURDA ODISEA :::

El último fin de semana se dio a conocer que el ex Alcalde Provincial, Estuardo Diaz Delgado, había sido liberado en la ciudad de Tumbes, luego de cumplir casi años de reclusión en ejecución de una sentencia condenatoria que se le dictó en la ciudad de Tumbes.

El ex burgomaestre chimbotano había sido liberado en la medida que estaba por cumplir la condena que se le dictó y atendiendo a la nueva norma que permite poner en libertad a personas próximas a cumplir condenas o que hayan sido condenadas a cuatro o menos años de prisión, pueden egresar de un Penal atendiendo a la pandemia que vive el país por el COVID 19.

Sin embargo, después de tanta espera, su familia finalmente no podía verlo en razón que el aislamiento obligatorio que existe en el país le impide retornar a nuestra ciudad y, por el contrario, tiene que mantenerse en cuarentena en la frontera del país, con el riesgo que representa el hecho de ser una de las ciudades en donde el virus se ha propagado en niveles realmente preocupantes.

Sin embargo, todo indica que la novelesca historia que le tocó vivir al ex alcalde Provincial estaría llegando a su final, pues se trata de una de las pocas autoridades que no ha sido acusado de actos de corrupción, pero terminó en la cárcel por un accidente de tránsito que parecía no acarrearle mayores problemas.

Esto ocurrió en la fiesta de año nuevo de hace algunos años cuando el ex alcalde viajó a los exclusivos balnearios de norte del país para recibir el año, pero se encontró con un trágico accidente en el cual perdió la vida un docente que, montado en su motocicleta, se estrelló contra el auto que manejaba el alcalde.

Todo hacía indicar que Diaz Delgado superaría este desenlace en la medida que quien estaba ebrio era la víctima, empero, la justicia de Tumbes no tomó en cuenta este detalle sino el hecho que el ex alcalde se retiró de la escena supuestamente en busca de ayuda, pero se le tomó como una fuga tras el accidente.

Este caso, como no podía ser de otra manera, derivó en un proceso penal por delito de Homicidio Culposo, una figura que no acarrea una medida de prisión pero que fue virtualmente ignorada por el alcalde que no sólo no colaboró en el juicio sino que tras ser sentenciado a una pena condicional, no le prestó la más mínima atención a las notificaciones de la autoridad judicial.

Por ello es que hace casi dos años atrás un Juez de Tumbes revocó la condicionalidad de la pena y la convirtió en pena efectiva. Estuardo Diaz fue capturado en nuestra ciudad y confinado en un Penal de Tumbes. Habría que colocar el caso de Estuardo Diaz como el ejemplo de lo que no debe hacerse cuando estamos ante un mandato judicial, peor aún cuando se trata de una ex autoridad municipal, pues el costo es realmente alto.

Estuardo Diaz termina de esta manera una absurda odisea, un tortuoso camino que se volvió terrible única y exclusivamente por su irresponsabilidad por que no supo entender que las resoluciones judiciales deben cumplirse y no ignorase.