MERCADOS
El tema de los mercados de contingencia, en el sur, y de los mercados itinerantes, en el centro de Chimbote, son aspectos que toman el tiempo de las autoridades municipales. Por lo menos parecen haberse apasionado con los proyectos que han resultado no sólo propicios, sino efectivos para los objetivos que se busca. Tanto en Chimbote como en Nuevo Chimbote los mercados del P.J. la Unión como del Polideportivo de Bruces han quedado cortos, por ello en estos días implementan otros. La comuna Provincial del Santa implementará el segundo mercado en La Florida Baja, por los lares en donde los antiguos chimbotanos realizábamos la tradicional “paradita”, mientras que el Municipio Distrital de Nuevo Chimbote ya planifica instalar su segundo mercado de contingencia en Villa María. Y es que al margen de los beneficios que representan para los compradores al ofrecer productos más frescos y baratos, lo que se consigue con estos mercados de contingencia e itinerantes es que las amas de casa y compradores guarden distancia, que no exista congestión porque se ubican en espacios amplios y grandes, como que son recintos deportivos. Otro de los objetivos que buscan es evitar el largo desplazamiento de los compradores, es decir, que encuentren de todo en el Mercado que esté más cerca de su domicilio y de esta forma lo que se evita es la propagación de contagio. Lamentablemente, las autoridades advirtieron muy tarde que uno de los grandes focos de infección eran los mercados, estamos seguros que si estos mercados amplios, con señalizaciones para la distancia debida, se hubieran implementado antes, los porcentajes de infectados no hubieran crecido tanto en nuestra ciudad. La congestión en los mercados ha sido uno de esos factores para que los casos positivos se diseminen como un reguero de pólvora. Esperamos que estos nuevos mercados no hayan llegado demasiado tarde.
RESTRICCIONES
Y es que los esfuerzos de los municipios para evitar el contagio en los mercados vigentes no han sido suficiente. La estrechez de muchos de ellos y la convocatoria que tienen avasallaron las medidas que se implementaron. Por ejemplo, en el mercado Buenos Aires poco a poco se fue alejando a los compradores y sometiéndolos a una serie de restricciones, como que los estacionamientos se cerraron para los automovilistas y el ingreso se realizaba solo primero con el lavado obligatorio de manos, luego con la cámara de desinfección y el ordenamiento de ingreso y salida por determinadas puertas. Aún así, no se ha podido controlar el contagio, por ello es que el municipio sureño se ha visto precisado a montar el mercado de contingencia y ahora apuesta por uno más para que se impida el avance de la enfermedad. Esto no sólo es bueno sino necesario, ante la arremetida del COVID 19 y el incremento desmesurado de contagios y muertes se tiene que hacer todo lo que esté al alcance de las autoridades para enfrentar la emergencia.
PREVENCIÓN
A propósito de las restricciones en los centros de abastos, en donde se ha corroborado que muchos comerciantes se han convertido en vehículos de contagio, el Ministerio de Agricultura acaba de emitir un decreto supremo estableciendo nuevas restricciones en estos establecimientos. La norma señala que no podrán ingresar a los mercados niños ni adultos mayores de 65 años y mujeres embarazadas. Lo que se busca es impedir que los cuadros vulnerables, en este caso por tener sistemas inmunológicos más débiles que las personas adultas, se trata de evitar que las familias lleven a sus hijos al mercado cuando eso está prohibido hasta para la circulación por las calles. Lo mismo ocurre con los adultos mayores, pues quienes hacemos el mercado somos testigos que muchas mujeres y hombres de avanzada edad son los que acuden a realizar las compras y hay hasta vendedores que superan fácilmente esa edad. A ellos también alcanza la norma, así que tendrían que adecuarse si es que no quieren ser multados y perder lo que con esfuerzo han ganado en sus negocios. Frente a la pandemia hay que hacer uso de todas las alternativas posibles para reducir el alto nivel de contagio que tenemos. Ojo, guerra avisada…