Su deceso fue en Cusco, a los 90 años:
Alejandro José María del Carmen Jesús Julián Viviana de la Santísima Trinidad Repullés Benito o para mejor identificar, Padre Tato, partió a la eternidad ayer a los 90 años, 59 de los cuales fueron dedicados al servicio de Dios.
La noticia fue difundida por la Congregación Jesuita en el Perú sin dar mayores detalles aunque se supo que la salud del estimado sacerdote, que sirvió en Chimbote, estaba deteriorada desde el año pasado cuando se encontraba sirviendo en el Cusco.
Su deceso ha conmocionado a la comunidad Católica de la jurisdicción de la Diócesis de Chimbote donde sirvió por 20 años, pues desempeñó una labor religiosa muy profunda como encargado de la Escuela de Catequistas para parroquias rurales, así como apoyo en algunas parroquias de nuestra ciudad y participaba de retiros espirituales en la Casa “Galilea” del balneario de “Tortugas” donde daba capacitaciones con gran carisma.
Luego de haber permanecido en la Diócesis de Chimbote, liderada entonces por Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi, se trasladó al Cusco donde su labor religiosa fue reconocida por las autoridades y el año 2019 fue homenajeado y recibió un presente que recayó en manos del Obispo debido a que no asistió por razones de salud.
El padre Tato optó por este camino, según refirió al medio cusqueño Doble AZ, por una fuerte vocación desde pequeño que surgió en la convulsionada Madrid de la guerra civil española. pero también, como una especie de aventura y desafío al peligro.
Aproximadamente a los 9 años de edad, vivió de cerca la persecución que la revolución comunista desató en España, masacrando a cuanto sacerdote y religioso se hallaba.
“Los jesuitas del Perú damos gracias a Dios por su vida ejemplar, generoso y largo servicio a la iglesia y nuestro país” escribió en su cuenta de Facebook la Orden de Los Jesuitas en la que el querido Padre Tato sirvió desde los 17 años, es decir por 73 años.